Hace apenas unos días conocimos los datos de las listas de espera en nuestro país. Una lista con cerca de 850 000 españoles, lo que supone 30 000 más que el semestre anterior, una cifra que no admite interpretaciones o valoraciones. Se trata de un dato objetivamente malo.

Este persistente problema, lleva más de dos años en aumento, afecta a la calidad asistencial y el acceso oportuno a los servicios médicos, generando frustración y ansiedad en aquellos que requieren atención médica. Uno de los principales impactos de las listas de espera es el retraso en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, lo que puede tener consecuencias graves para la salud de los pacientes.

En algunos casos, estos retrasos pueden provocar la progresión de enfermedades, complicaciones adicionales e incluso un empeoramiento del pronóstico médico. Por eso, resulta fundamental dirigir buena parte de los esfuerzos en reducir la lista de espera para el primer diagnóstico, porque sin diagnostico no hay tratamiento precoz, y esa es la clave de la curación en pacientes oncológicos.

Por tanto, es imperativo volcar todos los esfuerzos en reforzar y mejorar la necesaria convergencia entre atención primaria y hospitalaria, así como fomentar y promover la colaboración entre los gestores y los jefes de servicio de los hospitales a la hora de optimizar los recursos humanos y los equipos quirúrgicos, para agilizar al máximo la solución a esas listas de espera quirúrgicas. La dimensión social de las listas de espera es otro de los aspectos que nos preocupa especialmente porque su existencia contribuye, sin duda, a la percepción de desigualdad en el acceso a la atención médica.

Aquellos con mayores recursos pueden acceder a servicios privados y evitar largos períodos de espera, mientras que otros deben esperar indefinidamente por una cita médica o una intervención quirúrgica, algo que rompe con el principio de justicia social que debe regir nuestra sociedad. Hace mucho tiempo que desde la profesión médica venimos advirtiendo de la necesidad de un pacto de Estado y de políticas y medidas concretas para garantizar un acceso equitativo y oportuno a los servicios de salud.

Esto incluye aumentar la capacidad de atención, mejorar la gestión de recursos, optimizar los procesos de derivación y priorización, y fomentar la colaboración entre los diferentes niveles del sistema de salud. No obstante, todos estos cambios deben de contemplar visiones a corto, medio y largo plazo con medidas transversales que transformen el modelo de salud generando, a través de la educación en salud o los hábitos de vida saludables, un tránsito de lo reactivo a lo preventivo que derive en un sistema de prevención y promoción de la salud que evite la enfermedad antes de tratarla.

En definitiva, las listas de espera en la sanidad española representan un desafío significativo para la calidad asistencial y la equidad en el acceso a la atención médica. Es responsabilidad de todos los actores del sistema de salud trabajar juntos para abordar este problema y garantizar que todos los ciudadanos reciban la atención médica que necesitan de manera oportuna y adecuada. Comencemos.

Dr. Tomás Cobo Castro

Presidente de la Organización Médica Colegial

FUENTE: medicosypacientes.com


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