El IX Congreso Nacional del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) ha puesto en marcha el espacio “Diálogos PAIME: Los caminantes del PAIME y sus huellas” para hablar de las personas que han marcado en la trayectoria de este programa impulsado por el Colegio de Médicos de Barcelona y auspiciado por la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC).

Han intervenido en este encuentro el Dr. Serafín Romero, expresidente de la FPSOMC; y el Dr. Jaume Padrós, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona. Asimismo, ha sido moderado por la Dra. Manuela García Romero vicepresidenta segunda de la FPSOMC y del CGCOM. Coordinadora Nacional del PAIME.

Inició el turno de debate la Dra. Manuela García Romero quien puso en valor la celebración de este encuentro: “esperamos que en este espacio las reflexiones de los doctores, su visión y experiencias en el PAIME, nos ayuden a generar propuestas de valor para la mejora continua en el apoyo y en la atención a la salud del colegiado; en definitiva, cumplir más y mejor con nuestro compromiso deontológico”.


Tras presentar a los doctores Romero y Padrós, “expresó su reconocimiento y agradecimiento por el trabajo que habéis realizado y que ha hecho posible que hoy contemos con el PAIME en todos los Colegios de Médicos”. Asimismo, afirmó que “en el momento actual el PAIME es conocido y está presente en todos los Colegios, aunque con realidades diferentes según las distintas comunidades autónomas”.

En su intervención el Dr. Serafín Romero reiteró la petición que ha venido solicitando que le PAIME sea considerado un programa de salud pública. Es decir, que su financiación y funcionamiento se publique anualmente en el Boletín Oficial de Estado (BOE).

“Deberíamos de plantear que este esfuerzo que hacen las profesiones, y en especial la médica, que destinan parte de sus servicios de responsabilidad social a la seguridad de los ciudadanos sea reconocido en el Boletín Oficial del Estado (BOE) como un programa de utilidad pública. Tendría que tener un reconocimiento que permitan desde la garantía de los Colegios profesionales mantener unos niveles de calidad asistencial altos y que los ciudadanos van a tener a unos profesionales que disponen de acceso a programas específicos para el cuidado de su salud”, expuso.

Sobre cómo convencer a las administraciones para que colaboraren con el PAIME abogó por que “hay que recurrir a los evangelistas del Paime: los consejeros convencidos de sus bondades como Roberto Sabrido, José María Vergeles y Jesús Aguirre para convencer a todos sus colegas, incluidos los más reticentes, y luego, con todos ellos, ir al Ministerio de Sanidad para buscar una fórmula financiera estable".

En su opinión, además debería realizarse un documento con un argumentario sobre la utilidad del PAIME que fuera igual en todas las provincias de España. “Con ello pondríamos sobre la mesa la evidencia de un programa único en España que refleja el compromiso de la profesión médica sobre el control profesional y la seguridad en la atención de los pacientes”, aseguró.

Aunque este programa nació en el Colegio de Médicos de Barcelona su valor y función está extendido por todo el territorio español y es totalmente exportable en todos los países y en otras profesiones. Prueba de ello, es que la Fundación Galatea, que gestiona el programa a nivel de Cataluña, ha hecho acciones en el entorno europeo e internacionales.

Desde la FPSOMC y bajo el auspicio de la OMC en foros internacionales del ámbito iberoamericano se han puesto en marcha experiencias concretas y realidades en países como Uruguay y Costa Rica y se ha seguido con interés en países como Argentina. También existen experiencias en el mundo anglosajón, en países como Reino Unido, Canadá, Australia; así también en la Ordem Dos Médicos de Portugal. Asimismo, se han firmado acuerdos con pilotos y jueces sobre este programa.

Por su parte, el Dr. Jaume Padrós expuso que el PAIME tiene dos almas: “Una preservar la salud del médico, proteger y ayudar al médico enfermo en su dolencia y proporcionar un tratamiento teniendo en cuenta que los médicos cuando estamos enfermos acostumbramos a no comportamos como recomendamos a nuestros pacientes, y otra ejercer el control de la praxis para así garantizar la calidad asistencial a los ciudadanos y preservar la salud de los médicos. Cuando la rehabilitación no es posible, el PAIME permite proteger a los profesionales y acompañarlos hacia la incapacitación”.

En su opinión, el PAIME tiene como función fundamental proteger a la población que atiende estos médicos y garantizar la buena praxis. “Es un instrumento de control del ejercicio en la rama asistencial para atender a compañeros con enfermedades mentales y/o conductas adictivas. Pero del bienestar profesional y psicoemocional no se encarga el PAIME son las administraciones las que tienen que cuidar de sus profesionales”, señaló el Dr. Padrós.

Es por ello que abogó por avanzar en la desestigmatización de la salud mental “como elemento necesario para ayudar a los compañeros sanitarios y establecer como prioridad la cura desde el punto de vista preventivo y el análisis bienestar”. “El papel de las administraciones es atender el malestar psicoemocional de los profesionales. La vigilancia de la buena praxis es nuestra”, sentenció.

En esta línea, afirmó que esta praxis y atención a los profesionales médicos debe estar bajo el paraguas de la administración. “El máximo responsable de la salud de todos es el Sistema Nacional de Salud (SNS) incluida la de sus médicos”, expuso.

La necesidad de políticas y medidas preventivas, así como destinar los recursos necesarios para hacerlas efectivas, así como reforzar el papel de los servicios de salud laboral y su coordinación con el PAIME, son acciones para el Dr. Padrós que en su conjunto van en la línea de priorizar la salud pública y la seguridad clínica.

Tras poner en valor la respuesta del PAIME durante la pandemia de COVID-19 destacó entre sus hitos en la trayectoria de del programa es la puesta en marcha del contrato terapéutico colegial como instrumento básico para el manejo de los casos más difíciles y de riesgo. “Esto se ajusta a la perfección al modelo de programa de acompañamiento y no represivo que, al mismo tiempo, sirve de control y garantía del ejercicio. También fue decisivo el momento en que apostamos por hacer extensivo el modelo asistencial del PAIME a otros profesionales de la salud”, concluyó.

FUENTE: medicosypacientes.com


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