Con motivo del Día de la No Violencia que se celebra el sábado 2 de octubre, Médicos y Pacientes entrevista a D. Manuel Yanguas para conocer el trabajo de la Policía Nacional en este ámbito, sus líneas de actuación y las novedades que se están implementando para frenar esta lacra para cuyo final “es imprescindible la denuncia”, según afirma el Comisario.

Tras la reforma del Código Penal de 2015, agredir o intimidar de forma grave a un profesional sanitario se considera delito de atentado. Los agresores pueden llegar a cumplir penas de prisión de entre 3 meses y 6 años, incluso cuando el ataque se produjese fuera de su lugar de trabajo, motivado por su condición de sanitario. Para mejorar e incrementar la respuesta de la Policía Nacional ante las agresiones a estos profesionales, en el año 2017 se creó la figura del interlocutor policial nacional sanitario. Manuel Yanguas, jefe de la Unidad Central de Seguridad Privada (UCSP), sustituye desde el junio a Javier Galván, ahora responsable de la Unidad de Servicios Internos de la Policía, como interlocutor Policial sanitario desde el pasado mes de junio.


Hace más de cuatro años que se creó la figura del Interlocutor Policial Sanitario ¿Qué ha cambiado desde entonces y a qué retos se enfrenta ahora?

Hace cuatro años aprendimos a conocernos mejor. El personal sanitario y la policía no teníamos la relación que tenemos ahora, con canales de comunicación mucho más fluidos. Además, hemos pasado de un modelo de actuación en el que la policía actuaba cuando se producía la agresión y ahora tratamos de prevenir las conductas violentas. También hemos implementado el asesoramiento después de las agresiones. Por otra parte, los retos son: acabar con las agresiones y hacer que salgan a la luz todas las agresiones que se produzcan. Esta última sería la parte previa al fin de estas conductas.

Usted aseguró que la actividad del interlocutor policial sanitario es “muy necesaria y por eso vamos a seguir en la línea e incluso incrementar la actividad”. ¿Qué acciones contempla ese aumento de actividad?
 
Estamos incrementando la formación que damos al personal sanitario y no sanitario que trabajen dentro de los centros sanitarios, así como a los vigilantes de seguridad de estos espacios.
 
En su reunión de verano en la OMC expresó su preocupación por las agresiones reincidentes que suponen en torno a un 15% del global, ¿hay alguna medida o estrategia ya en marcha para reducirlas? ¿En qué consiste?
 
Consideramos que las agresiones que se producen de forma reincidente surgen porque el agresor tiene la sensación de que no pasa nada, y si no pasa nada pues ‘lo vuelvo a hacer’. Para evitar esto hemos hecho una propuesta a la Secretaría de Estado de Seguridad para que un protocolo que hay de denuncias in situ, en el mismo lugar que se realiza la agresión, se aplique al ámbito sanitario. Es decir, todas las agresiones que se produzcan en servicios o centro sanitarios se puedan denunciar en el mismo momento. Acudiría un vehículo radiopatrulla, se presentaría la denuncia y se citaría al agresor para juicio en una o dos semanas.  Además, en caso de que este agresor vuelva a reincidir la pena será mayor. Con esto pretendemos luchar contra ese 15% de reincidentes.
 
¿Cómo van a implementar las líneas de actuación para que, además de a los médicos y a los técnicos, incluyan esta protección frente al resto del personal no sanitario?
 
De las dos formas que ya hemos comentado. Este último modelo de denuncias in situ también podría ser utilizado por el personal que trabaje en el centro sanitario, no sólo a los médicos. El otro sería la formación que también pretendemos que se extienda entre el resto del personal que trabaje en estos centros.
 
¿Es necesario la formación en este campo? ¿Recomienda el Curso para la prevención de las agresiones de la Organización Médica Colegial?
 
Hemos elaborado un tríptico que estamos repartiendo en los distintos centros sanitarios. Además, hemos creado una serie de vídeos con recomendaciones para el personal que trabaja en centros sanitarios. En cuanto al curso de la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial, nos parece ideal. Consideramos que es un curso fundamental puesto que lo hacen médicos para médicos. El nuestro se encarga de complementarlo.
 
Tras lo vivido en la pandemia ¿Se van a implementar acciones encaminadas a prevenir las agresiones telemáticas o el acoso en redes sociales?
 
Desde la Policía se está tratando de forma apropiada, es decir, las agresiones telemáticas se tratan como tal y las agresiones en redes sociales también. Me refiero a que son un tipo delincuencial específico. Lo que sí necesitamos es que se produzca la denuncia porque este tipo de conductas realizadas por esas vías son menos comunes que se denuncien debido a que implican menos consecuencias físicas.
 
Con la progresiva vuelta a la normalidad y la saturación de listas de espera, etc. ¿prevén un aumento de las agresiones?
 
Nosotros no consideramos que la vuelta a la normalidad vaya a producir un aumento en las agresiones. Por el contrario, al normalizarse la situación se va a disminuir la tensión que había con el confinamiento y la enfermedad.
 
¿Qué consejos le daría a un sanitario que percibe una situación complicada que puede derivar en un episodio de violencia verbal o física?
 
El profesional médico tiene que manejar la situación. Tiene que emplear técnicas de control de la situación e impedir que la situación vaya a más.
 
¿Por qué es importante denunciar y qué mensaje le mandaría al personal sanitario que no denuncie este tipo de agresiones por miedo a tener que identificarse en ese momento?
 
Para conocer el problema tenemos que saber dónde y cómo se produce para poner los medios necesarios tenemos que saber exactamente qué se está produciendo. La denuncia es la única vía para erradicar el problema.
 
¿Considera que la sanción entre 3 meses y 6 años de prisión para el agresor a un profesional sanitario es acorde al delito?
 
Considero que la pena es adecuada según el Código Penal. Está proporcionada con los delitos similares o conexos. Hay que tener en cuenta que estamos hablando del tipo básico. A esto se le puede sumar lesiones u otras acciones que puedan suponer un delito.
 
¿Hay un perfil de agredido y de agresor?
 
Según los datos que tenemos, el perfil del agresor es de un varón entre 36 y 55 años y de nacionalidad española. En cuanto al agredido, hemos observado que a pesar de que el 75% del personal sanitario son mujeres, prácticamente la agresión es indistinta, con un 51% de mujeres agredidas y un 49% de varones. No parece que exista una agresión basada en el género.
 
Siempre se dice que las agresiones que vemos son la punta del iceberg ¿Cuándo llegaremos a visibilizar la gran mayoría?
 
Nos queda seguir trabajando como lo estamos haciendo ahora, todos unidos. La OMC, el Ministerio y la Policía tenemos que promover la denuncia y conocer los hechos.
 
¿Qué balance hace de los más de diez años del Observatorio Contra las Agresiones de la OMC? ¿Hacia dónde debe caminar ahora?
 
Consideramos que el trabajo que ha hecho el Observatorio es fantástico. Fueron pioneros y lo han hecho muy bien. Ahora pueden avanzar junto a otras instituciones como la Policía, el Ministerio y otros colegios profesionales. Es decir, avanzar todos juntos con el mismo programa que tienen ustedes, que es inmejorable.

FUENTE: medicosypacientes.com


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