Las nuevas directrices, según ha informado la OMS Europea, "proporcionan pruebas claras del daño que la contaminación del aire inflige a la salud humana y recomiendan nuevos niveles de calidad del aire para proteger la salud de las poblaciones, al reducir los niveles de contaminantes atmosféricos clave, algunos de los cuales también contribuyen al cambio climático".

La contaminación del aire es una de las mayores amenazas ambientales para la salud humana, junto con el cambio climático, por este motivo, el próximo 22 de septiembre publicará las nuevas Directrices mundiales de calidad del aire, para ayudar a orientar la legislación y las políticas para reducir los niveles de contaminantes del aire y disminuir la carga de morbilidad que resulta de la exposición al aire contaminado en todo el mundo.
La OMS estima que alrededor de 7 millones de muertes prematuras cada año se deben a los efectos de la contaminación del aire, y más de 500 000 de esas muertes ocurren en la Región de Europa de la OMS. Una acción concertada para reducir la contaminación del aire salvaría vidas y reduciría la carga de morbilidad.
 
Desde mediados de la década de 1980, el Centro Europeo de Salud y Medio Ambiente de la OMS en Bonn, Alemania, ha coordinado el desarrollo de una serie de directrices de la OMS sobre la calidad del aire. Proporcionan niveles de referencia para varios contaminantes del aire que, si se logran, darían como resultado una reducción significativa del riesgo para la salud.

Según afirman desde SECPAL, la preparación para una pandemia debe incluir la prestación de servicios de cuidados paliativos integrados, tanto para quienes resultan afectados como para los pacientes que no padecen COVID, incluidas las personas mayores con enfermedades crónicas, que no deben ser desatendidas en emergencias y que sufren más por las medidas restrictivas de aislamiento.

La COVID-19 ha sido y continúa siendo una abrupta llamada de atención para los sistemas de salud con respecto a sus carencias y debilidades para atender adecuadamente las emergencias de salud pública. Esto incluye los cuidados paliativos, cuya aportación ha demostrado ya su valor en estas situaciones.
 
Además, la OMS ha documentado que, debido a la pandemia, muchos pacientes sin COVID no acudieron citas de diagnóstico y tratamiento, incrementándose el número de pacientes con enfermedad avanzada; así, han aumentado, por ejemplo, los pacientes que necesitan control del dolor por cáncer u otras enfermedades avanzadas.

El teniente coronel Armando Munayco, subsecretario de Sanidad Táctica de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencia (SEMES), ha coordinado al equipo de 21 militares -profesionales de la Medicina y la Enfermería- que han ofrecido atención sanitaria a los cerca de 2200 refugiados que el Ministerio de Defensa ha evacuado desde Kabul recientemente.

En este sentido, Afganistán ha supuesto para las Fuerzas Armadas un gran reto logístico y operativo donde todas las áreas implicadas se desarrollaron enormemente y donde el apoyo sanitario ha sido ingente. En palabras de Armando Munayco, las condiciones extremas de temperatura, las amenazas o los largos tiempos de evacuación, entre otros factores, exigen que el personal sanitario destacado dominase dichas tácticas y procedimientos que en el ámbito asistencial se enmarcan en la actual Medicina de Urgencias y Emergencias en Operaciones.
 
Uno de los puntos a destacar por el teniente coronel es la importancia de esta especialidad más allá del ámbito militar. "Su valor radica en el propio Sistema Nacional de Salud, como en la inmensa mayoría de los países de nuestro entorno. El manejo de los procesos tiempo-dependientes a nivel prehospitalario y hospitalario no se improvisa y requiere de gran formación específica", EXPLICA.

Un total de 102 médicos han participado durante 2020 en las labores de cooperación internacional para el desarrollo y la acción humanitaria en países en vías de desarrollo, siendo Latinoamérica y África los continentes que cuentan con mayor número de profesionales médicos españoles desplazados.

Gracias al convenio firmado por la Fundación para la Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial (FCOMCI) y Mutual Médica, los médicos cooperantes y voluntarios que se desplacen a otros países para ejercer labores sanitarias contarán, a partir de ahora, con coberturas que les aseguren en caso de enfermedad o fallecimiento durante su estancia fuera de España.
 
Más mujeres cooperantes que hombres
 
El perfil del cooperante, de acuerdo con los datos del Registro de la FCOMCI, es el de una mujer de entre 35 y 45 años, aunque también se aprecian tanto médicos jubilados como residentes que deciden hacer labores sanitarias.

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