La Comisión de Salud Pública, en la que están representadas el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, ha avalado la dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 a las personas de 59 a 40 años, comenzando por las de mayor edad.

Según ha informado el Ministerio de Sanidad, esta dosis de recuerdo se administrará a partir de los 6 meses de la última dosis con ARNm, siguiendo las recomendaciones de la Ponencia de Vacunas.
 
Igualmente, también se ha aprobado administrar dosis de refuerzo a aquellas personas menores de 60 años que recibieron AstraZeneca, fundamentalmente los trabajadores esenciales, como profesores, bomberos o policías. En estas personas, la dosis de recuerdo se administrará a partir de los 3 meses de la última dosis.
 
Por otra parte, la Comisión de Salud Pública ha insistido en que debe priorizarse la vacunación en personas de 12 años y en aquellas personas que aún no hayan recibido ninguna dosis de la vacuna y las dosis de refuerzo en los grupos más vulnerables, es decir, los mayores de 60 años.

Las tasas de incidencia y mortalidad por ictus en todo el mundo disminuyeron ligeramente entre 1990 y 2019, pero las cifras globales siguen siendo altas, especialmente en los países de ingresos altos y medios, según un estudio publicado en la edición online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.

"El descenso se debe probablemente a los mejores servicios médicos disponibles en los países de ingresos altos, que pueden ofrecer una detección más temprana de los factores de riesgo de ictus y un mejor control de estos factores de riesgo", explica la autora del estudio, Liyuan Han, doctora de la Universidad de la Academia China de Ciencias en Ningbo, China.
 
"Pero incluso en estos países, el número total de personas con ictus está aumentando debido al crecimiento de la población y al envejecimiento --añade--. Y en todo el mundo el ictus es la principal causa de muerte y una de las principales causas de discapacidad en los adultos".

Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo han acordado esta madrugada la revisión de la directiva sobre agentes cancerígenos y mutágenos que reducirá el límite permitido de exposición al benceno y establece niveles nuevos para el níquel y el acrilonitrilo en los lugares de trabajo.

La UE quiere reforzar así la protección de los trabajadores europeos frente a sustancias cancerígenas o que puedan tener efectos negativos sobre la fertilidad. Para que el acuerdo pueda entrar en vigor necesita aún el visto bueno formal del pleno de la Eurocámara y de los Veintisiete.
 
El resultado de las negociaciones recoge la petición de los eurodiputados de que la Comisión Europea presente un plan de acción diseñado para limitar los valores de exposición profesional para al menos 25 sustancias o grupos de sustancias antes de 2022.

El pasado martes se celebró el segundo seminario del Programa de autocuidado del médico, “Dilemas éticos”, organizado por la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) junto a Esteve en el que se puso de manifiesto la necesidad de saber identificar los dilemas éticos, compartirlos entre colegas y consultar bibliografía como el Código Deontológico.

La Dra. Manuela García Romero, vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y directora académica de la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC), presentó la jornada y reflexionó sobre la situación vivida por los profesionales sanitarios durante la pandemia y su compromiso con los pacientes. También quiso recordar “a los 121 médicos y médicas que han perdido su vida” debido a la enfermedad por COVID-19.
 
La doctora García Romero explicó que este seminario sobre Dilemas Éticos, que forma parte del Programa de Autocuidado del Médico, nació tras analizar los resultados obtenidos en la encuesta realizada junto a la Fundación Galatea: “había un aumento de la mala salud percibida por los profesionales, del insomnio, de la toma de ansiolíticos, de las horas de trabajo, etc.”. Asimismo, un 30% de los encuestados afirmaron haberse enfrentado a dilemas éticos, “en muchas ocasiones lo hicieron en soledad”. También señaló “el agotamiento físico y psíquico al que se han enfrentado los médicos y las médicas en este proceso”.

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