La Dra. Manuela Cabero Morán, vicepresidenta de Cruz Roja Española, ha compaginado durante más de 20 años su trabajo como médico y cirujana especialista en Anestesiología y Reanimación en el Hospital de Toledo con su labor como cooperante en diferentes países del mundo. Ahora ya jubilada, continúa esa labor, en Cruz Roja Española, defendiendo con firmeza su primer principio universal, la humanidad, entendida como prevenir y aliviar el sufrimiento humano en todas las circunstancias y en cualquier parte del mundo.

La Dra. Cabero participará hoy en la I Jornada sobre Humanización como valor de las profesiones sanitarias, organizada por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) en la sede de la OMC.

Cooperante en la guerra de Bosnia, Irak, Senegal, El Salvador, Sierra Leona y en los campos de refugiados de Grecia, del que acaba de venir hace 6 semanas, defiende la importancia del trato cercano con el paciente, el respeto a sus decisiones, el hacerle sentirse seguro y quitarle el miedo en cualquier lugar del mundo. “Quitar y aliviar esos miedos forma parte del ejercicio de la Medicina. Los miedos son distintos en cada lugar pero como médicos tenemos que aliviarlos siempre y darles seguridad”, asegura en esta entrevista.

 - ¿Qué peso tiene la visión humanística en la profesión médica?

Puede haber en algunos momentos una visión sesgada y en otros una más amplia. Lo primero que trato de enseñarles a los residentes nuevos es que el trato con el paciente debe ser siempre cercano.

Aunque la humanización es una característica inherente a la actividad asistencial, en el momento actual se hace preciso “re-humanizar” porque en los últimos años los esfuerzos de los sistemas sanitarios se han centrado fundamentalmente en la búsqueda de la excelencia científico-técnica de la asistencia, descuidándose otros atributos de dicha atención relacionados con la esfera personal y familiar. De ahí, que como subraya, en esta entrevista concedida a "MedicosyPacientes", el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Dr. Sánchez Martos, la humanización se ha convertido en todo un "reto de calidad". Todos estos aspectos se abordan hoy en la I Jornada de Humanización como Valor de las Profesiones Sanitarias que se podrá seguir por streaming.

-¿Qué se entiende por Humanización de la asistencia en pleno siglo XXI? ¿Por qué esta necesidad de “Re-humanizar” la asistencia sanitaria?

-La humanización de la asistencia sanitaria consiste en poner en valor la dignidad e individualidad de cada persona prestando una asistencia personalizada; consiste  en atender a las personas desde su concepción holística, dando respuesta no solo a sus necesidades físicas, sino atendiendo también su esfera emocional, social y espiritual; consiste en  hacer partícipes a los ciudadanos proporcionándoles la información y formación precisa para que puedan participar de forma proactiva en la toma de decisiones; y consiste en considerar no solo a los pacientes, sino prestar especial atención a las necesidades de los familiares que los acompañan y sus cuidadores principales. La humanización pone también el foco de atención en los profesionales que los atienden, verdaderos agentes de humanización, a los que es preciso  cuidar, favoreciendo una comunicación adecuada, fomentando su participación, reconociendo esfuerzos y logros, promocionando la formación y capacitación; en definitiva, poniendo en valor la profesionalización y vocación.

Garantizar la seguridad de la misión médica en contextos de violencia donde los ataques a los profesionales sanitarios, pacientes, instalaciones sanitarias y transportes se han convertido en un objetivo de guerra es una tarea ardua para organismos como Médicos Sin Fronteras, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) o Cruz Roja Española con los que colaboran la Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC (FCOMCI). En estos casos, la formación de los profesionales, la adaptación y comprensión de los diferentes contextos, la colaboración con los actores locales, el desarrollo de procedimientos y medidas de gestión de protección y denunciar los ataques, pueden ser las herramientas más apropiadas para lograr unos mínimos de seguridad a la hora de proporcionar asistencia sanitaria y acabar con la impunidad de quienes vulneran las normas internacionales.

Así se puso de manifiesto durante el Panel “La misión médica en contextos de violencia. Atención Sanitaria en Peligro”, celebrado en el marco del II Congreso de Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial (OMC) organizado en Santander a través de la Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC (FCOMCI) y del Colegio Oficial de Médicos de Cantabria (COMCantabria).

Este panel fue moderado por el Dr. Serafín Romero Agüit, vicepresidente primero de la OMC y FCOMCI y en él participaron el Dr. Giovanni Trambaiolo, asesor de operaciones del HCiD Project del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR); Mercè Rocaspana, coordinadora médica de Médicos sin Fronteras, en varios países de África y Oriente Próximo; y Diego Guerrero, voluntario Gestión de Seguridad Cruz Roja Española.

El Dr. Romero inició la mesa aludiendo a los datos del CICR de ataques contra la asistencia sanitaria que reflejan que en el periodo entre 2012 y 2014 se cuantificaron 2.400 ataques en 11 países. Para el vicepresidente de la FCOMCI estos ataques no son solo contra el personal de salud, “sino son ataques a pacientes, instalaciones y medios de transporte necesarios para hacer llegar la ayuda humanitaria a estos contextos”.

El Parlamento Europeo ha hecho pública una propuesta de resolución sobre la salud de los médicos en el entorno laboral, solicitando que se establezcan nuevas directrices a raíz de observarse un incremento de suicidios en este colectivo, con mayor porcentaje entre las mujeres.

Según cifras manejadas por el Parlamento Europeo, y como muestra de la situación que se vive en el conjunto de Europa, la tasa de suicidios entre los médicos en países como Francia es tres veces superior a la de la población general, con un 14 % de muertes por esta causa entre los médicos frente al 6 % de la población general.

Se considera que las difíciles condiciones de trabajo de los facultativos contribuyen al alto porcentaje de ideas suicidas, ya que las horas trabajadas van, en ocasiones, de 60 a 70 horas semanales en países como Francia.

Una tendencia similar se observa en otras partes del mundo como es el caso de Estados Unidos donde 400 médicos se suicidan cada año, es decir, con una tasa superior en un 70 % en los hombres y superior en un 250- 400 % en las mujeres con respecto a la población general.

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