• Un 33% de los profesionales tiene problemas para conciliar el sueño y un 27% duerme menos de seis horas.
• Uno de cada cuatro médicos recurre a servicios de apoyo a la salud mental o se plantea hacerlo para hacer frente al malestar emocional y al agotamiento mental acumulados.
• Los profesionales echan de menos más formación en competencias emocionales, ejercicio saludable y gestión de conflictos.
• Más de un tercio de los médicos ha llegado a barajar la idea de abandonar la profesión.

El estado de salud de los médicos españoles ha empeorado notablemente durante la pandemia, llegándose a alcanzar prevalencias muy elevadas de malestar y deterioro físico, mental y emocional que pese a ligeras mejoras, nunca llegan a recuperarse. Así se desprende del estudio Repercusiones de la COVID-19 sobre la salud y el ejercicio de la profesión de los médicos de España realizado por la Fundación Galatea, la Organización Médica Colegial (OMC), el Colegio de Médicos de Barcelona y Mutual Médica y las profesoras Núria Mas, de IESE Business School y Judit Vall, del Institut d’Economia de Barcelona (IEB-UB), con la participación de 4.515 médicos españoles.

Este viernes se ha clausurado el VII Congreso de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) que ha reunido durante dos fines de semanas en el Colegio de Médicos de Toledo a 12 ponentes y 26 discursores para abordar los grandes retos éticos que tiene la profesión médica. Durante el acto de clausura se han expuesto las principales conclusiones del encuentro referentes a diferentes aspectos de la deontología médica, pero con un único hilo conductor: “la pandemia de Covid-19 ha reafirmado el deber, la responsabilidad y el compromiso ético de los profesionales de la medicina para con la sociedad”.

La clausura del Congreso ha contado con la participación de Emiliano García Page, el presidente Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha; Íñigo Cortázar, director general de Recursos Humanos del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha; la Dra. Natividad Laín, presidenta del Colegio de Médicos de Toledo; Dr. Juan José Rodríguez Sendín, presidente Comisión Central de Deontología del CGCOM; y el Dr. Raúl Calvo Rico, secretario general del Colegio de Médicos de Toledo

Previamente al acto de clausura la Dra. Valle Coronado, vocal de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Toledo ha hecho lectura de las principales conclusiones del Congreso.

La Oficina para la Financiación de los Sistemas de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe en el que insta a los gobiernos europeos a aumentar el gasto sanitario público una vez finalice la pandemia del coronavirus.

En un prólogo del informe, el director regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge, y la directora de la División de Políticas y Sistemas de Salud de País de la OMS/Europa, Natasha Azzopardi-Muscat, señalan que para evitar cometer los "errores del pasado" los gobiernos necesitarán invertir más fondos públicos en salud, incluso cuando se enfrentan a una creciente presión presupuestaria, con el fin de poder abordar el retraso creado por la interrupción de los servicios de salud, mitigar los efectos negativos de la atención no prestada y para fortalecer la preparación de futuros 'shocks' sanitarios.
 
"Los gobiernos también deben prestar atención a cómo se utilizan los recursos del sistema de salud con el fin de evitar una mayor ampliación de las desigualdades", añaden en el trabajo los expertos de la OMS, tras señalar que el gasto en salud creció antes de la crisis financiera de 2008.

La Comisión Europea el pasado mes de marzo presentó una propuesta sobre la creación de un certificado verde digital con el fin de facilitar la libre circulación en la Unión Europea, según recoge el último Boletín Europa Al Día que elabora el Departamento de Internacional del CCGOM.

Se trata de una solución a escala de la UE, gracias a la que los Estados dispondrán de una herramienta digital armonizada y cuyo objetivo fundamental es que sea fácil de usar, no discriminatoria y segura. Su uso dejará de ser necesario cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declare el fin de la emergencia de salud pública internacional.
 
Los certificados serán válidos en toda la UE, además de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Los Estados miembros continuarán teniendo la responsabilidad de las decisiones acerca de las restricciones de salud pública de las que puedan eximir a los viajeros, pero igualmente deberán aplicar sus exenciones a los titulares de dicho certificado.

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