El CESMG (Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada) elaboró en 2011 un informe sobre las previsiones y las necesidades de las jubilaciones de los médicos durante la década 2020-2030. Con el análisis de la situación actual, insisten en la necesidad de encontrar soluciones y mejorar las condiciones de jubilación de los profesionales de la Medicina.

En 2011 se elaboró en Granada un amplio informe-propuesta sobre la jubilación del personal facultativo de las instituciones sanitarias del Sistema Nacional de Salud que, por la actualidad del tema, entendemos que merece la pena publicar de nuevo, teniendo en cuenta que, aunque en lo básico sigue vigente, fue realizado hace diez años.
 
El objetivo era plantear la necesidad de un régimen flexible de jubilación, entre los 60 y los 70 años, para todos los facultativos sanitarios.

En nuestro país llegar a ser Médico significa recorrer un largo camino formativo que no admite, desde ningún punto de vista, comparación alguna con el resto de profesiones derivadas de titulaciones universitarias. Nota extraordinaria para acceder a la facultad, seis años de estudios universitarios (360 créditos ECTS), un año para preparar el MIR y 4 o 5 años de formación especializada. En resumen, tras un mínimo de 11 o 12 años de intensa y competitiva dedicación formativa, puede presentarse en sociedad el médico como un profesional reconocido y legalmente habilitado para ejercer la medicina, rondando los treinta años de edad, transcurrido más de un tercio de su esperanza de vida.

La reciente Asamblea General de otoño de la Asociación Médica Mundial, celebrada de forma virtual desde Londres entre los días 7 y 15 de octubre, ha aprobado, a propuesta del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España (CGCOM), entre otros, una resolución de urgencia sobre la represión a médicos nicaragüenses.

La resolución insta al gobierno de Nicaragua a proteger a los profesionales de la salud, así como a evitar o modificar cualquier regulación legal que perjudique la autonomía profesional de los médicos y resalta el papel de los médicos en el país centroamericano.

Actualmente, Nicaragua se encuentra en la fase de expansión acelerada y transmisión comunitaria de la COVID-19. Es urgente que las autoridades sanitarias impulsen todas las medidas necesarias para contener el avance de la pandemia.

El aumento exponencial de casos de la COVID19 ha provocado un colapso en el sistema de salud pública y privada de Nicaragua: a la falta de productos sanitarios básicos se suma el hecho de que decenas de médicos y profesionales sanitarios se han contagiado y un gran número ha fallecido.

Cerca de 3 millones de personas mueren al año por parada cardíaca extrahospitalaria en el mundo, un grave problema de salud pública que se puede prevenir y evitar. Para ello, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP) unen fuerzas con el objetivo de promover la conciencia y mejorar la respuesta ante una parada cardíaca mediante la educación de los ciudadanos.

Todos los años el día 16 de octubre se celebra en Europa el Día de concienciación ante la Parada Cardíaca, que fue creado en el año 2012 por iniciativa del Parlamento Europeo, una efeméride que desde 2018 se celebra a nivel mundial.

En este año 2021 se enfoca fundamentalmente sobre los supervivientes de una parada cardiaca, haciendo hincapié en campañas para crear la conciencia de que todo el mundo puede aprender a hacer Reanimación Cardiopulmonar (RCP), facilitando los cursos de RCP básica en las escuelas y lugares públicos.

La COVID-19 persistente afecta de manera desigual según el género, según resultados que se presentarán en el 72ª Congreso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), que se celebrará de forma virtual los días 14 al 16 de octubre de 2021.

Las mujeres sufren de manera más frecuente la COVID-19 persistente en el rango de edad que va entre los 50 a los 60 años, pero los hombres permanecen más tiempo en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y presentan más lesiones faringo-laríngeas y patologías deglutorias.
 
La COVID-19 persistente se define como la permanencia de síntomas incapacitantes tras la infección aguda por SARS-CoV-2 de más de 4-12 semanas tras el inicio de los síntomas. Puede ocurrir entre un 10 y un 20 por ciento de los pacientes sintomáticos que han padecido la enfermedad.

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