El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alerta de que el ébola "está infectando a más niños" en el este de República Democrática del Congo (RDC) que otros brotes del virus en el pasado.

La portavoz del organismo Marixie Mercado ha detallado que "ha habido más de 750 infecciones entre niños, lo que representa un 31 por ciento de los casos totales, en comparación del 20 por ciento en brotes anteriores".

"Los últimos datos que tengo reflejan una tasa de mortalidad del 77 por ciento para los menores de cinco años", ha indicado. Los menores de cinco años suponen el 40 por ciento total de casos.

La portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Fadela Chaib ha confirmado que el organismo celebrará el miércoles una reunión de emergencia para abordar el brote.

El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), difundido esta semana, va un paso más allá de la observación de las personas que pasan hambre e informa, por primera vez, acerca de otro indicador relevante como es la prevalencia de la inseguridad alimentaria que alcanza a más del 26% de la población mundial. En el estudio de la FAO se advierte, además, del aumento de la obesidad entre la población adulta y de la anemia, sobre todo, en mujeres

El último informe de la FAO va un paso más allá de la observación de las personas que pasan hambre e informa, por primera vez, acerca de otro de los indicadores insertados en el seguimiento mundial de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: la prevalencia de la inseguridad alimentaria.
 
Alrededor del 17,2% de la población mundial, unos 1.300 millones de personas han experimentado niveles moderados de inseguridad alimentaria. Esto significa que no tienen acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes: aun cuando no necesariamente padezcan hambre, se encuentran en mayor riesgo de padecer varias formas de malnutrición y mala salud. “Si se combinan los niveles moderado y grave de inseguridad alimentaria, la estimación asciende al 26,4% de la población mundial o a un total de alrededor de 2.000 millones de personas”, señalan los expertos de la Organización.

El nuevo informe de ONUSIDA constata que cada día se producen cerca de 5.000 nuevas infecciones por VIH, de las cuales 4.400 se dan en los adultos de las que el 47% corresponden a mujeres y el 32%  a jóvenes de 15 a 24 años, además unas 500 asociadas a menores de 15 años

En 2018 había 37,9 millones de personas en todo el mundo que padecían VIH (36,9 millones en 2017), 1,7 millones contrajeron la enfermedad (1,8 el año anterior) y se produjeron 770.000 muertes relacionadas con el virus (casi 1 millón en 2017), según se desprende de un nuevo informe publicado este martes por ONUSIDA.
 
De las personas que padecían el VIH, 36,2 millones eran adultos, 18,8 millones mujeres mayores de 15 años y 1,7 millones menores de 15 años. Asimismo, 1,6 millones de adultos se infectaron por primera vez y 160.000 adolescentes menores de 15 años. Respecto a las muertes, 670.000 eran adultos y 100.000 jóvenes.

Una investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad Escuela de Medicina de Pittsburgh (Estados Unidos) y que ha sido publicada en la revista 'Annals of Surgery' constata que el trasplante de hígado de donante vivo aporta tasas de supervivencia más altas que el de donante fallecido

Cada año, se realizan aproximadamente 8.000 trasplantes de hígado, según la Red de Obtención y Trasplante de Órganos, de los cuales menos del cinco por ciento son de donante vivo. Además, aproximadamente el 25 por ciento de las personas en lista de espera mueren cada año esperando un trasplante, y las personas que finalmente reciben un trasplante a menudo han pasado un periodo prolongado en la lista de espera, lo que provoca un peor estado de salud en el momento del trasplante.
 
"Las consecuencias para los pacientes en la lista de espera pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte porque cuanto más tiempo están esperando, más enfermos se vuelven. Los trasplantes de hígado de donante vivo, junto con los trasplantes de hígado de donante fallecido, representan una oportunidad para disminuir significativamente el riesgo de mortalidad en la lista de espera, y nos da la capacidad de trasplantar a una persona antes", según los investigadores.