El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha admitido que no se vislumbra en un "futuro previsible" el retorno a la 'vieja normalidad', y ha asegurado que la actual pandemia podría ser "peor" si los Gobiernos y la población mundial no siguen los principios básicos de salud pública: lavado de manos, distanciamiento físico, uso de la mascarilla, taparse al toser y quedarse en casa si se está enfermo.

"No hay atajos para salir de esta pandemia", ha señalado en una rueda de prensa telemática celebrada en Ginebra, donde ha abogado por que "cada líder, cada gobierno y cada persona hagan su parte para romper las cadenas de transmisión y poner fin al sufrimiento colectivo".

"No digo que sea fácil; claramente no lo es", ha continuado, pero para conseguirlo hay una hoja de ruta hacia una situación en la que "puede ayudar a controlar la enfermedad y continuar con nuestras vidas". Esta hoja de ruta se basa en su enfoque en reducir la mortalidad y suprimir la transmisión; en una comunidad empoderada y comprometida que toma medidas de comportamiento individual en interés de los demás; y en un liderazgo gubernamental fuerte y la coordinación de estrategias integrales que se comuniquen de manera clara y consistente.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, a través del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano (SEFV-H), recibió el año pasado 37.778 notificaciones de sospechas de reacciones adversas a medicamento, de las cuales el 37 por ciento eran graves.

Así se desprende del último informe de actividad del SEFV-H correspondiente al año 2019, en el que se recoge un resumen sobre las características de las sospechas de reacciones adversas a fármacos, concluyendo que la tasa de notificación global en 2019 se estimó en 80 casos por cada 100.000 habitantes.

Se entiende como reacción adversa, tal y como se explica en el informe publicado por el organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, cualquier respuesta dañina y no intencionada a un medicamento, así como los errores de medicación que produzcan daño al paciente.

Un nuevo estudio liderado por el Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra (UNAV) ha detectado 680 servicios especializados en cuidados paliativos pediátricos en la región europea, solo 10 de ellos en España. El trabajo indica que el número no alcanza a atender las necesidades de la población española, pues cada año mueren 170.000 niños sin acceso a ellos.

Se trata del primer estudio que analiza el estado de los cuidados paliativos pediátricos en la región europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los resultados, publicados en el 'Journal of Pain and Symptom Management' y recogidos por la Agencia SINC, engloban datos de 51 países.

"El sufrimiento relacionado con la enfermedad es uno de los problemas más ignorados en la agenda de salud global de la población pediátrica. Pero su abordaje tiene un impacto incalculable en el bienestar de los pacientes y sus familias", afirma Natalia Arias-Casais, autora principal del artículo.

La Comisión Asesora COVID-19-OMC, puesta en marcha por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), ha hecho público su sexto Informe, en este caso sobre la preparación del Sistema de Salud español ante crisis de Salud Pública, en el que destaca la necesidad de reforzar y activar las estructuras de Salud Pública ante la previsible aparición de nuevas crisis, en base a lo aprendido durante la pandemia por COVID-19.

Una serie de factores hacen prever la aparición futura de nuevas crisis de Salud Pública: cambio climático, comercio global, movilidad transcontinental y megaciudades. Ante este panorama la Comisión Asesora COVID-19-OMC reclama a los poderes públicos españoles acciones y planes para responder a estas crisis que suponen una “obligación insoslayable”. Los planes de respuesta a las crisis de salud pública deben integrar todos los niveles institucionales y territoriales, creando un sistema de alerta global y respuesta rápida, según sostiene este documento.

Con las lecciones aprendidas de la COVID-19, este informe pone de manifiesto una serie de recomendaciones o propuestas en este ámbito entre las que destacan el refuerzo de las estructuras central y autonómicas de Salud Pública;  activar y conectar a la Atención Primaria para sumar su red a la acción preventiva, asistencial y de control; preparar los Hospitales estimulando la flexibilidad interna mostrada y aportando medios externos para atender picos de demanda; potenciar la telemedicina con tecnología, organización y marco legal; preparar las Residencias de mayores y centros sociosanitarios y conectarlas sólidamente con el Sistema Sanitario y el Sistema de Salud Pública; proteger, cuidar y entrenar a los profesionales sanitarios y asegurarles los medios para trabajar y protegerse; y, finalmente, conseguir un amplio acceso y disponibilidad de los sistemas de información, así como la interoperabilidad a las bases de datos clínicos.

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