Éste es uno de los principales resultados de la Encuesta Europea de Salud en España (EESE) correspondiente a 2020, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y dada a conocer este lunes.

Esa encuesta se basa en una muestra realizada sobre una muestra de unas 22.000 viviendas donde residen españoles de 15 años o más. Los resultados se obtuvieron entre julio de 2019 y julio de 2020. Se trata de un trabajo armonizado y comparable a nivel europeo que tiene como objetivo general informar sobre la salud de la población española con la finalidad de planificar y evaluar las actuaciones en materia sanitaria.
 
El INE ha publicado ya tres ediciones de esa encuesta común en la UE, con datos correspondientes a 2009, 2014 y 2020.
 
La última edición indica que un 19,8% de la población española de al menos 15 años afirmó fumar a diario en 2020, cuando ese porcentaje era de un 23,0% en 2014 y de un 26,2% en 2009, es decir, se ha producido una tendencia a la baja con un descenso de 6,4 puntos porcentuales en poco más de una década.

El impacto de la COVID-19 en otras enfermedades como por ejemplo la tuberculosis está siendo muy negativo. Algo que a priori podría parecernos una obviedad requiere algo más que nuestra atención, según los ponentes de la 9ª Jornada de Actualización en Tuberculosis que concluía el pasado 22 de abril, a falta solo del encuentro de debate y conclusión que se celebrará la primera semana de mayo.

Así lo describía por ejemplo el doctor José Caminero, neumólogo del Hospital Dr. Negrín, responsable de su Unidad de Tuberculosis y otras Micobaceriosis: “un 28 % de los casos de TB que se estiman en el mundo no está siendo diagnosticado”, cifra que el epidemiólogo Joan Artur Caylà, presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona, apuntaba a 50 y 80% en algunos países. Ambos expertos coincidieron en señalar el retroceso que eso supone en cuanto al objetivo de frenar a la tuberculosis: “en cuanto a resultados, hemos perdido una década”, se lamentó Caminero describiendo la perspectiva mundial, mientras que Caylà señaló que “en España podríamos decir que volvemos a cifras muy parecidas a las del 2015”.
 
Ambas epidemias son las  que más muertes han causado a la humanidad: la tuberculosis, la más antigua que afecta a la especie humana, la primera en enfermos y muertes, tan solo desbancada en el 2020 por la COVID-19. “En el 2020”, exponía Caylà, “porque de continuar el infradiagnóstico de la tuberculosis al final estarán equiparadas. Quizás la diferencia, como reflejó Caminero en su ponencia, es que la COVID-19 produce más muertes en los países ricos, mientras que la tuberculosis siga más vidas en los países pobres.

• Un 33% de los profesionales tiene problemas para conciliar el sueño y un 27% duerme menos de seis horas.
• Uno de cada cuatro médicos recurre a servicios de apoyo a la salud mental o se plantea hacerlo para hacer frente al malestar emocional y al agotamiento mental acumulados.
• Los profesionales echan de menos más formación en competencias emocionales, ejercicio saludable y gestión de conflictos.
• Más de un tercio de los médicos ha llegado a barajar la idea de abandonar la profesión.

El estado de salud de los médicos españoles ha empeorado notablemente durante la pandemia, llegándose a alcanzar prevalencias muy elevadas de malestar y deterioro físico, mental y emocional que pese a ligeras mejoras, nunca llegan a recuperarse. Así se desprende del estudio Repercusiones de la COVID-19 sobre la salud y el ejercicio de la profesión de los médicos de España realizado por la Fundación Galatea, la Organización Médica Colegial (OMC), el Colegio de Médicos de Barcelona y Mutual Médica y las profesoras Núria Mas, de IESE Business School y Judit Vall, del Institut d’Economia de Barcelona (IEB-UB), con la participación de 4.515 médicos españoles.

Este viernes se ha clausurado el VII Congreso de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) que ha reunido durante dos fines de semanas en el Colegio de Médicos de Toledo a 12 ponentes y 26 discursores para abordar los grandes retos éticos que tiene la profesión médica. Durante el acto de clausura se han expuesto las principales conclusiones del encuentro referentes a diferentes aspectos de la deontología médica, pero con un único hilo conductor: “la pandemia de Covid-19 ha reafirmado el deber, la responsabilidad y el compromiso ético de los profesionales de la medicina para con la sociedad”.

La clausura del Congreso ha contado con la participación de Emiliano García Page, el presidente Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha; Íñigo Cortázar, director general de Recursos Humanos del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha; la Dra. Natividad Laín, presidenta del Colegio de Médicos de Toledo; Dr. Juan José Rodríguez Sendín, presidente Comisión Central de Deontología del CGCOM; y el Dr. Raúl Calvo Rico, secretario general del Colegio de Médicos de Toledo

Previamente al acto de clausura la Dra. Valle Coronado, vocal de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Toledo ha hecho lectura de las principales conclusiones del Congreso.