Es necesario que la violencia de género deje de ser invisible en las consultas médicas, y para ello “es imprescindible tenerla en cuenta como un problema real de salud y una posibilidad diagnóstica”, asegura la Dra. Irmina Saldaña Alonso, médica de Atención Primaria y miembro del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SOMAMFYC), con motivo del Dia Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer

La Dra. Saldaña Alonso repasa en esta entrevista la situación de las médicas y los médicos de Atención Primaria ante este tipo de situaciones, cómo detectar indicios o sospechas en la consulta, plantear preguntas introductorias para detectar y confirmar un maltrato o cómo seguir acompañando a la víctima tras detectar un caso de violencia de género. “La violencia de género es un problema de salud pública por su magnitud, gravedad y repercusiones que no solo influyen en lo biológico sino también en factores psicológicos y sociales que deja una profunda huella con secuelas a corto, medio y largo plazo en las mujeres y en su entorno familiar y social”- afirma.

Para esta experta, el 25 de noviembre es un día muy relevante porque la violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos que interpela a toda la sociedad, los derechos humanos no son negociables y los derechos de las mujeres son irrenunciables. Lamenta que existan sectores negacionistas porque “es imprudente y carece de rigor, como sociedad no podemos permitirnos retroceder en un asunto de tanta trascendencia porque puede tener consecuencias muy graves para la educación de generaciones presentes y futuras,  para la salud de las mujeres y de la sociedad en su conjunto”.


Atención Primaria parece clave para abordar la violencia de género puesto que es la puerta de entrada al sistema sanitario ¿Se está haciendo lo suficiente? ¿Hay voluntad por parte de responsables políticos y gestores?

La violencia de género es un problema de salud pública aun escasamente diagnosticado. Hemos avanzado mucho en las últimas décadas, aunque queda por hacer y por mejorar. Como todo problema complejo, precisa medidas amplias y diversas. Reivindico un aumento de la financiación de las medidas educativas y preventivas desde la infancia, el aumento de los recursos para la atención y apoyo de las víctimas que abarque también a las mujeres y menores afectados que no deseen un proceso judicial, y un aumento de la financiación para la formación de todos los agentes implicados en el trabajo multidisciplinar que aborda de este fenómeno.

¿Por qué cuesta detectar casos de violencia de género en Atención Primaria? ¿Qué está fallando?

La violencia de género es invisible si no la tenemos en cuenta como un problema de salud y como una posibilidad diagnóstica. Debemos hacer el esfuerzo de ponernos las gafas que nos permitan ver con perspectiva de género. Resaltaría los resultados del Informe del estudio cualitativo “La Violencia de pareja contra las mujeres y los servicios de salud” publicado en 2004 que analizabalas razones y expectativas con las que se acercan las mujeres que sufren violencia de género a los servicios de salud; y las actitudes y comportamientos de las y los profesionales sanitarios ante esta demanda. Este estudio confirma lo que he observado en mis años de trabajo en Atención Primaria. Las mujeres tienden a consultar por las consecuencias, no se reconocen inicialmente como mujeres maltratadas; hubieran deseado que su profesional sanitario les hubiese “tirado de la lengua”; y las respuestas de los servicios de salud no son siempre las que hubieran esperado. Algunas actitudes de las y los profesionales de la salud no ayuda a las expectativas de las mujeres. Predomina la dificultad para entender por qué la mujer llega a esa situación y se mantiene en ella; La respuesta ante la violencia varía en función de su sensibilidad y de su saber hacia este problema; La propensión a la confidencia ni es favorecida ni es correspondida en muchas ocasiones; y por último la obligación legal de realizar el parte de lesiones cuando detectamos un delito es una barrera.

Como profesionales de la salud cuanta más sensibilidad y más conocimiento tengamos: más búsqueda activa haremos, más favoreceremos la confidencia para que nos hablen de su problema, detectaremos más y de manera más precoz, y tendremos más seguridad para abordarlo y tratarlo.

¿Están las médicas y los médicos de familia preparados para abordar esta problemática en sus consultas?

Nos falta formación ya que no es obligatorio en nuestro currículum. Ese aprendizaje debería comenzar en la universidad, y seguir reforzándose durante la especialidad MIR. La falta de conocimientos y seguridad en este tema, la sobrecarga asistencial y burocrática que tenemos en nuestras consultas no favorecen una respuesta homogénea profesional.

Basada en su experiencia y conocimientos ¿Qué reglas básicas deben conocer los facultativos? ¿Cuentan con una formación mínima?

Es muy importante no juzgar a la mujer, recibirla a solas, y hacerle saber que la creemos. Debemos respetar el ritmo de cada mujer y sus decisiones. En mi opinión es clave priorizar a la mujer, hacerle un acompañamiento, y garantizar su seguridad.

Podemos aprovechar la relación de confianza y la propensión a la confidencia para atrevernos a indagar al igual que lo hacemos por otros temas de salud. Algunas preguntas introductorias podrían ser: ¿Cómo es la relación con las personas que convive?, ¿Le gusta cómo la tratan en casa?, ¿Cómo es tu relación de pareja? ¿Le gusta cómo le trata su pareja?, ¿Cuándo tiene usted algún conflicto con su pareja ¿cómo lo manejan?

Es importante el adecuado REGISTRO del proceso en la HISTORIA CLÍNICA, ya que la documentación clínica tiene un valor legal. En los casos que realicemos un parte de lesiones siempre informar a la mujer de las consecuencias del proceso que se va a poner en marcha.

¿Qué indicios les ayudan a ver que una mujer es víctima de malos tratos? ¿Cuáles son los más comunes?

La violencia de género siempre tiene consecuencias para la salud de quién la sufre, a pesar de que en muchas ocasiones las mujeres no identifiquen que sus malestares son debidos a este maltrato.

Hay consecuencias diversas que van desde el asesinato, las lesiones físicas, deterioro de la salud mental, afectación de la salud sexual y reproductiva(violaciones, embarazos no deseados y/o infecciones de transmisión sexual), malestares y síntomas difusos comodolor de espalda, mialgias o artralgias, cefaleas, pérdida de apetito, problemas digestivos (dolor abdominal, desórdenes gastrointestinales, colon irritable). Es frecuente el aislamiento de las mujeres de sus amistades, familia, vecindario, asociaciones y grupos sociales.

Algunos indicadores pueden ser signos de sospecha de violencia de género en función de las lesiones como que haya retraso en la demanda de asistencia de lesiones físicas, incongruencia entre el tipo de lesiones y el mecanismo que explica como causante, o lesiones en diferentes estadios de curación. También algunas actitudes de la mujer como que esté temerosa o evitativa, sentimientos de culpa o de vergüenza, vestimenta que intenta ocultar lesiones, cambio de actitud cuando está su pareja delante, justificación de sus lesiones o quitarle importancia a las mismas. Y algunas actitudes de la pareja como solicitar estar presente en todo momento de la consulta, actitud controladora, agresiva o despectiva ante el problema de salud de su mujer, entre otras.

Si detecta indicios ¿cuál es el siguiente paso para conseguir confirmación por parte de la agredida? ¿Cómo ayudan a resolver esa situación?

Hay que valorar cada caso de manera individual. Una opción ante la sospecha es hacer alguna de las preguntas introductorias sobre cómo es su relación de pareja y si se siente bien tratada. Si la mujer nos confirma el maltrato o refiere que la relación es mala, podríamos preguntarle si alguna vez ha sentido miedo de su pareja. Se trata de una pregunta con gran capacidad para predecir malos tratos.

Si la respuesta es negativa y se mantiene la sospecha, realizaremos una valoración biopsicosocial y seguimiento en consulta.

Si la respuesta es positiva, pasaríamos a realizar una valoración completa de la situación. Hay que analizar si hay riesgo vital, los tipos de violencia que sufre (física, psíquica, sexual), el tiempo de evolución, las esferas afectadas de su salud, si existe violencia a menores a su cargo, si se plantea denunciar, el momento del ciclo de la violencia y la etapa del proceso de cambio según el modelo de Prochaska y Diclemente.

¿Su labor debe limitarse a la detección o también al acompañamiento posterior?

Nuestra responsabilidad profesional no debe limitarse a la detección. Desde la primera visita ante la sospecha procuraremos ser accesibles, tener una actitud de escucha empática y sin juicios. La violencia de género llega a producir afectaciones muy severas por lo que la detección es el inicio de un proceso de acompañamiento a esta mujer. Abordaremos con ella distintas etapas individualizando en cada caso: el proceso de identificación de la situación y relacionar sus síntomas de salud con la violencia, asesoramiento y adopción de las medidas oportunas en cada momento de su evolución. Es muy importante tener en cuenta que la mujer debe de ser la PROTAGONISTA en la toma de decisiones para permitir que vayan sanando las distintas facetas de su salud afectadas, favorecer la recuperación de su autoestima y que retome el control de su vida. Por lo tanto, será necesario un proceso de apoyo y un abordaje en equipo con aspectos sanitarios, psicológicos, jurídicos y sociales.

Cuando hay violencia los daños físicos suelen ser evidentes, pero ¿cuáles son los más comunes respecto a la salud mental?

Los trastornos de salud mental más estrechamente asociados son el trastorno de estrés postraumático, la reacción por estrés agudo, y trastornos adaptativos con síntomas ansiosos y depresivos, incluyendo somatizaciones en mayor o menor grado.

En su opinión ¿La violencia de género o machista es un problema de salud pública?

Considero la Violencia de Género un problema de salud pública por su magnitud, su gravedad y sus repercusiones.Un problema de salud pública es una situación que afecta negativamente al bienestar de las personas y de la población. Entendiendo la salud desde un modelo biopsicosocial, en Atención Primaria conocemos que en los procesos de salud-enfermedad influye no solo lo biológico sino también los factores psicológicos y sociales interrelacionándose entre ellos de una manera dinámica.

Teniendo en cuenta la prevalencia de la violencia de género, según la Organización Mundial de la Salud, el 35% de la población femenina ha sufrido alguna vez en su vida violencia física y/o sexual de un compañero sentimental o violencia sexual de otro hombre sin esa relación. Según la Macroencuesta de Violencia hacia la Mujer realizada en España en 2015 el 12,5% de las mujeres de 16 y más años han sufrido a lo largo de su vida violencia física o sexual de sus parejas o exparejas. La cifra llega al 24,2% cuando los agresores incluyen a otros hombres sin dicho vínculo.

Valorando el grado de afectación a la salud de las mujeres y convivientes, y la gravedad de estas consecuencias, sabemos que la violencia de género deja una huella profunda produciendo secuelas a corto, medio y largo plazo.

¿Cómo definiría las consecuencias de esa violencia en la vida de las mujeres y de la sociedad en su conjunto?

La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos. Es un obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática y equitativa, ya que vulnera los derechos a la vida, la salud, la seguridad, la libertad, y la dignidad de las mujeres. En consecuencia, nos interpela a toda la sociedad.

La violencia de género siempre tiene consecuencias graves para la salud de las mujeres, para su entorno familiar y social. Las y los menores pueden manifestar síntomas similares a la madre tanto físicos, emocionales y relacionales. Puede producirse retraso en su desarrollo intelectual, en el lenguaje, y en las habilidades motoras, un menor rendimiento escolar. Pueden presentar dificultades en las relaciones con sus compañeras y compañeros, e incluso llegar a manifestar comportamientos de soledad y aislamiento. Pueden aprender a afrontar los conflictos mediante la violencia y reproducir posteriormente los comportamientos de sus progenitores.

¿Qué diría a los negacionistas de la violencia de género?

En mi opinión negar la violencia de género es imprudente y carente de rigor. Los derechos humanos no son negociables, los derechos de las mujeres son irrenunciables. La realidad y los datos de numerosas investigaciones acreditan la existencia de este problema de salud pública y sus repercusiones para la salud de sus víctimas. La legislación internacional, europea y estatal nos avala. Como sociedad no podemos permitirnos retroceder en un asunto de tanta trascendencia. Su negación podría tener consecuencias muy graves para la educación de generaciones presentes y futuras, para la salud de las mujeres, y para nuestra sociedad.

Por último, podría dar recomendaciones bibliográficas y sitios web o manuales para formarse o conocer protocolos de actuación.

Recomiendo el documento “No Hacer en Violencia hacia la mujer en la pareja o expareja” y los recursos para profesionales y usuarias en Violencia de Género en el Blog “Salud Mujer y Atención Primaria” del Grupo de Trabajo Atención a la Mujer del que formo parte de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia (SoMaMFyC): https://gdtmujersomamfyc.wordpress.com/recursos-para-profesionales/violencia-de-genero/violencia-de-pareja-hacia-las-mujeres/

Para profundizar me parece muy interesante la Guía de apoyo en Atención Primaria para abordar la violencia de pareja hacia las mujeres de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid publicada en 2008, disponible en: http://www.comunidad.madrid/publicacion/ref/9545y;la Guía breve de actuación en Atención Primaria Violencia de pareja hacia las mujeres de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad Comunidad de Madrid publicada el mismo año, disponible en: http://www.comunidad.madrid/publicacion/ref/9758

Recomendaría dos enlaces con bastante información: Los recursos de la Comunidad de Madrid de Violencia de Género disponibles en http://www.comunidad.madrid/servicios/asuntos-sociales/violencia-genero; e Información estatal para la mujer que sufre VG y su entorno, para profesionales y la ciudadanía: con materiales de sensibilización y concienciación, estadísticas y estudios del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad disponible en http://www.violenciagenero.igualdad.mpr.gob.es/profesionalesInvestigacion/home.htm

FUENTE: medicosypacientes.com


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