La Vocalía de Médicos Tutores y Docentes presentó en el Pleno del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) un informe sobre una encuesta de situación de los tutores en la que se analiza el ámbito de trabajo, los años como tutor, el número de MIR que tutorizan, y el tiempo que dedican a la docencia MIR, entre otros aspectos

El Dr. Francesc Feliú, vocal de Médicos Tutores y Docentes, presentó la encuesta en la que participaron 26 Colegios y se obtuvieron 970 respuestas. El 57,8% fueron mujeres y el 42,2% fueron hombres. El 48,2% fueron del ámbito de la Atención Primaria y el 51,8% del ámbito hospitalario.

El 59,7% de los encuestados afirmaron llevar más de seis años como tutor. El 93,1% eran remunerados y el 6,9% no. El 43,1% afirmó tener 1 o 2 residentes y el 22% señaló que 4. Respecto al tiempo docente, el 26,6 subrayó que lo realizaban fuera del horario laboral y el 32,4% invertían más de tres horas al mes.  Sobre los comentarios recibidos, el informe recoge que es una tarea estimulante para la práctica profesional ser tutor, una opción enriquecedora y necesaria, una actividad gratificante y una oportunidad para compartir inquietudes.


Algunos comentarios incidían en que hay residentes a los que se le aprueban la rotación con la intención de que no vuelvan a rotar y al final se consigue un pool de especialistas que ocupan un puesto de trabajo pero no tienen la formación adecuada suponiendo un grave problema para el sistema.

El Dr. Feliú también expuso su participación en el XIV Curso de verano en Enseñanza e Investigación en Bioética, celebrado en el Centro de Formación del Colegio de Médicos de Zaragoza, donde analizó la situación de la bioética en la etapa formativa.

La enseñanza en bioética está plenamente regulada en el Grado de Medicina con la Orden ECI/332/2008. Lo que se propone es mejorarla y, si se puede, ampliarla y dotarla de transversalidad y longitudinalidad.

No obstante, en la Formación Sanitaria Especializada (FSE), es decir, en la formación de nuestros Médicos Internos residentes (MIR), se da la paradoja que por un lado optamos por una  evaluación formativa por áreas competenciales en las que se incluye la “enseñanza” no sólo de conocimientos y habilidades clínicas, sino de valores, actitudes, comportamientos y ética (profesionalismo), pero dicha formación en ética sólo está presente el programa formativo en 9 de las 55 especialidades médicas oficialmente reconocidas. De dichas 9 especialidades, sólo en cinco los contenidos en formación ética están detallados (Medicina Familiar y Comunitaria, Oncología Médica, Oncología Radioterápica, ORL y Obstetricia y Ginecología). En las cuatro restantes, la mención es tan solo un breve esquema.

Por otro lado, para que el tutor de residentes pueda desempeñar plenamente sus funciones se considera que debe tener, entre otras habilidades y aptitudes, la posibilidad de poder “cultivar” la vivencia ética de la profesión. Y ahí reside la otra paradoja: ¿quién forma al formador en cuestiones de ética médica?. No existe en España un programa específico, homogéneo y uniforme de formación al médico tutor, y por supuesto, menos todavía relativo a competencias en bioética.

La adquisición en estas competencias por parte de los futuros médicos especialistas se considera clave en su formación para hacer frente a los retos y desafíos de la medicina actual, como por ejemplo la revolución tecnológica, la atención al paciente cada vez más senil, frágil, pluripatológico y con procesos cada vez más cronificados. Es decir, para compensar y actuar como “contrapeso” a la creciente “deshumanización” en la que parece convertirse la medicina del presente.

FUENTE: medicosypacientes.com


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