La aplicación de mensajería instantánea WhatsApp es el canal por el que más bulos de salud se comparten, según las conclusiones del "Informe EHON ¿Cómo actuar frente al Dr. Google?", editado por el Instituto #SaludsinBulos y presentado ayer a la opinión pública en el Hospital La Princesa de Madrid

Este informe es fruto del consenso de más de 40 representantes de sociedades científicas, organizaciones de pacientes, colegios profesionales y asociaciones de periodistas, así como algunos de los mayores líderes de opinión en redes sociales en salud, y ha contado con la colaboración de Sandoz, división de Novartis. “El 50% de los participantes consideran que la popular red de mensajería instantánea es el principal medio por el que se difunden los bulos de salud. La facilidad de su uso y su gran penetración en la población española, han hecho a WhatsApp una agente clave en la propagación de las fake news”, explica Carlos Mateos, coordinador de #SaludsinBulos y director de la agencia de comunicación COM Salud.
 
Junto a WhatsApp, las redes sociales Twitter y Facebook comparten la segunda plaza como canales de difusión de bulos para el 11% de los encuestados. “El principal peligro del Whatsapp es que la alerta nos llega a través de una fuente de confianza, no se puede actuar de manera masiva para informar con rigor y está muy extendido entre la población, por lo que se presta para la difusión de bulos con rapidez”. El I Estudio sobre Bulos en Salud, presentado en noviembre, los médicos españoles encuestados también apuntaban a la responsabilidad de los canales de comunicación digitales en la propagación de noticias falsas. Las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea como WhatsApp son para el 77% de los cuestionados las principales causas del aumento de los bulos.


Por otra parte, la gran mayoría de los participantes en la jornada (88%) considera que los profesionales sanitarios han de asesorar a los pacientes sobre los contenidos web más fiables y dos tercios de los encuestados (65%) creen que debería estar penalizada la difusión de contenidos de salud que perjudiquen a los pacientes. Además, el 92% de los asistentes sugiere que debería haber en los navegadores indicadores de fiabilidad del contenido de las páginas web de salud.
 
Otra de las cuestiones a debate fue el papel clave que juega la relación médico-paciente a la hora de contrastar información. Para la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, Carina Escobar, “proteger y fomentar la relación de los  profesionales sanitarios con los pacientes, contribuye a que los pacientes tengamos un mayor criterio y conocimiento a la hora de analizar la información disponible sobre nuestra patología y cuidados de la salud.  Ayuda a los pacientes a preguntar sin miedos, a contrastar la información que hayan encontrado por redes sociales y mejorar sus búsquedas con orientación profesional sobre cómo y dónde encontrar las mejores fuentes que contribuyan a mejorar su salud”.

Necesidad de información veraz y contrastada
 
Todos los agentes sanitarios coinciden en que es necesario que los profesionales sanitarios hagan una labor más didáctica y empática al transmitir información a los enfermos. “El paciente que no obtiene en consulta la información que necesita, la busca por su cuenta. Con la consecuencia de seguir recomendaciones sin criterio científico. Un paciente que recibe orientación del profesional sanitario sobre cómo buscar en la Red es más colaborativo. Además, puede aumentar la confianza en el profesional. Decirle a un paciente que deje de mirar en internet porque todo es falso no conseguirá disuadirle de las búsquedas en la mayoría de los caos: lo único que conseguimos es dejarle solo ante el universo de la información y la desinformación online”, asegura la farmacéutica Marián García, autora del blog ‘Boticaria García’ y embajadora de #SaludsinBulos.
 
“En este sentido, los profesionales de la salud tenemos la obligación de coordinarnos y trabajar juntos para encontrar la fórmula idónea para que la información de la que disponen los usuarios en la Red sea veraz y contrastada. Debemos tener la capacidad de neutralizar, responder y aclarar cualquier bulo o información sesgada que pueda circular por internet. Con una intervención ágil evitaremos que falsedades y bulos se propaguen y se instalen en la mente de los usuarios, evitando entre otras consecuencias, el efecto nocebo”, afirma Rafael Martínez, director médico de Sandoz Iberia.
 
Por último, los comunicadores de salud quieren un papel más activo en la lucha contra las fake news. “El reto no es sólo servir de filtro en la información, contrastando fuentes, y divulgando en un lenguaje sencillo, sino también aprovechar las oportunidades de las redes sociales, los influencers en salud y las claves del posicionamiento online para llegar más y mejor con sus mensajes”, finaliza Carlos Mateos coordinador de #SaludsinBulos, una iniciativa de la agencia de comunicación COM Salud y la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES) para combatir los bulos de salud en la Red a través de información, formación a profesionales sanitarios y pacientes, análisis y tecnología para la divulgación y detección de contenidos falsos.
 
Esta plataforma cuenta con la colaboración de una treintena de organizaciones sanitarias entre sociedades científicas, grupos cooperativos de investigación, asociaciones de pacientes, organizaciones colegiales y asociaciones del ámbito de la comunicación científica.
 
FUENTE: medicosypacientes.com