La Organización Médica Colegial (OMC) ha dejado claro que unas Urgencias infradotadas, unidas a la falta de la especialidad académica para estos servicios, aumentan tanto la Medicina Defensiva como la iatrogenia, o daño al realizar intervenciones perjudiciales, aseveración que se produjo durante la presentación del estudio de la práctica médica en los Servicios de Urgencias Hospitalarios, gracias a la colaboración de esta corporación y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).
Prevenir el riesgo
El presidente de la OMC, el doctor Serafín Romero, situó el documento presentado dentro del trabajo que realiza la institución en materia de práctica clínica e iatrogenia, con vocación de liderar las políticas de seguridad de los pacientes en aquellas situaciones de contacto más próximo con ellos y caracterizadas por su mayor riesgo potencial, mediante la definición de escenarios compartidos con SESPAS, según explicó.
También expresó Serafín Romero su preocupación por la Medicina Defensiva, que repercute en un exceso de indicaciones diagnósticas e intervenciones clínicas. De ahí la necesidad, postuló, de tener el baremo de daños sanitarios que no impulsaron ni Dolors Montserrat ni Carmen Montón como antecesoras en el cargo de la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo. Este Baremo sería, según su criterio, un recurso muy útil para asumir los problemas o errores que genera la práctica médica, como se recogió en la edición del Código Deontológico de 2011.
La mencionada por Romero es una verdadera carta de derechos y obligaciones de los médicos en España, según sus palabras, con mención especial a su artículo número 17, según el cual, cada médico está obligado, desde la moral profesional, a informar de manera honrada al paciente sobre todas las circunstancias adversas no esperadas.
Cultura de la seguridad
También recordó el máximo representante de la OMC que la profesión médica fue la única en reconocer que algunos de sus miembros pueden enfermar, tal como se contempla en el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME). De esta manera, se evita que esta circunstancia pueda afectar a sus pacientes.
Romero reiteró que la corporación que preside defiende la cultura de la seguridad desde la responsabilidad, en contraste con algunos deberes no asumidos aún por la propia Administración, lo que redunda, criticó, en conflictos de intereses de algunas aseguradoras y que algunos facultativos no puedan asumir algunos seguros de responsabilidad profesional, por ser muy onerosos.
También hay terceras víctimas
Citó también el máximo exponente de la OMC a las terceras víctimas, que siempre suelen ser las instituciones, cuando se habla de errores profesionales. Para ello, puso el ejemplo, ajeno a la Medicina, de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid, que no pareció ser responsable directa de la mala praxis de algunos de sus componentes, en clara alusión al escándalo de los títulos de máster regalados a algunos políticos.
De igual forma, también recordó Romero a los pacientes que no es posible disponer siempre de la eficacia al 100 por cien y que no existe el riesgo cero, por lo que pidió responsabilidad a los ciudadanos, demostrable, por ejemplo, al acudir a los centros de salud en época de gripe, en lugar de saturar las urgencias hospitalarias. Todo ello con el dato alarmante de que hay territorios en los que se usan más estas últimas que la propia Atención Primaria, durante todo el año.
Ciencia, conciencia y acción
La expresidenta de SESPAS, la doctora Beatriz González López-Valcárcel, cifró en 12 las entidades que conforman esta organización, caracterizada por su transversalidad y multidisciplinaridad, ya que incluye profesionales de la Epidemiología, el Derecho Sanitario, la Sanidad Ambiental y otras áreas, además de la medicina.
En relación con las recomendaciones de acción recogidas en el estudio, esta ponente celebró poder difundir un mayor conocimiento sobre la iatrogenia, como problema de Salud Pública, en este acto y el seminario celebrado en horario vespertino.
Según Beatriz González López-Valcárcel, se vive en una sociedad muy medicalizada en la que la población presiona hacia una Medicina que se defiende desde el falso supuesto de que “hacer más, siempre es mejor”, cuando, razonó, muchas veces ocurre lo contrario en la práctica médica.
Finalmente, la que fuera en su día máxima responsable de SESPAS destacó el carácter pionero en España del estudio mencionado, al recoger de forma valiente las opiniones y temores de los médicos que trabajan en Urgencias.
Exceso de pruebas y demoras
Uno de los dos coautores del estudio es el doctor Andreu Segura, que partió de la base de que la postura defensiva del médico es un beneficio secundario respecto al bien del paciente, que siempre es el principal, lo que deriva en retrasos en las decisiones clínicas y se configura como uno de los mayores riesgos de iatrogenia, lo que conduce, además a que haya sobre diagnósticos y sobre tratamientos, mediante decisiones que nunca son inocuas.
Andreu Segura inició su resumen del estudio con el dato de que, en los últimos tiempos, se disparó la presión judicial de los pacientes, en opinión del 91,3 por ciento de los médicos consultados. Todo ello en un contexto en el que el 88,01 por ciento no se ve respaldado por las autoridades, aunque sí sienten el aliento de sus compañeros de servicio (67%) y por el apoyo de la Dirección del centro, en caso de conflicto legal confirmado: 79,1 por ciento.
En cuanto a los datos sobre quejas formales recibidas por los médicos en primera persona, Segura citó, a través del documento del grupo de trabajo de SESPAS y la OMC un 54,5 por ciento de reclamaciones y un 23,6 por ciento de denuncias y demandas.
Advirtió este ponente de que son muy peligrosos los falsos negativos y falsos positivos. Además, pidió que no se estigmaticen los errores porque esto lleva a que no se reconozcan. Igualmente, reclamó que los centros asistenciales tengan cauces establecidos para asumir los errores, siempre de una manera constructiva.
Urge la especialidad
El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Zamora, el doctor Sebastián Martínez Fernández, explicó que el trabajo presentado responde a un claro imperativo de la experiencia nacida de las Urgencias, al ser un servicio distinto a los demás, aspecto que requiere potenciar su formación mediante una especialidad que todavía no se consiguió hasta la fecha, de parte del Ministerio de Sanidad. Entre las lagunas existentes, citó la ignorancia legal del efecto de la práctica médica en estos servicios.
Habló Sebastián Martínez Fernández del miedo que comparten muchos urgenciólogos, aunque muchos de ellos no lo reconocen abiertamente en sí mismos, motivado, principalmente, por trabajar en un espacio asistencial en el que siempre se toman decisiones importantes, muchas veces con muy poco tiempo.
Sobre los recientes fallecimientos acaecidos en algunos servicios de Urgencias, Martínez Fernández refirió que hay puntas de presión asistencial, como en la temporada de gripe, que requeriría refuerzos en el número de los médicos, algo que no siempre es posible porque no se pueden encontrar los médicos necesarios.
Urgencias infradotadas
El presidente de Honor de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) y presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), el doctor Tomás Toranzo, puso el dedo en la llaga al afirmar que la fuente de errores, además de la iatrogenia, en las urgencias es que son servicios más infradotados y muchas veces están soportados por residentes de cursos iniciales del MIR.
Por todo ello, Tomás Toranzo pidió una mejor definición de las plantillas de los servicios y más formación, junto a las necesarias recomendaciones de buen uso. A parte de lo cual, comprendió que los ciudadanos acudan allí donde creen que les van a solucionar sus problemas.
También estuvo presente en este encuentro el doctor José Ramón Repullo, quien es el director técnico de la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) y colaborador habitual de Acta Sanitaria.
FUENTE: actasanitaria.com