El Dr. Jerónimo Fernández Torrente, tesorero y coordinador del Observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias e intrusismo sanitario de la Organización Médica Colegial (OMC), participó en las VII Jornadas Formativas Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) 2.0, celebradas en la sede del Colegio de Médicos de Madrid, y señaló que “para cumplir con la lex artis el médico debe abstenerse de emplear procedimientos y prescribir medicamentos que no estén basados en la evidencia científica o en la eficacia clínica comprobada, aunque el paciente lo consienta”. En esta sesión titulada ‘Medicina científica y deontología médica Vs. pseudociencias y pseudoterapias’, el CEEM se posicionó en contra de la pseudomedicina porque “suponen un problema de salud”
El Dr. Fernández Torrente, explicó que “el riesgo de asumir que las pseudoterapias, tienen un papel en el tratamiento del sufrimiento humano va unido al debate ético del papel del placebo en la terapéutica” y manifestó que “cualquier obstáculo al acceso a este tipo de atención puede considerarse como una pérdida de oportunidad y, por tanto, como un posible fallo del sistema de salud”.
La seguridad del paciente se ha consolidado como una de las estrategias prioritarias del Sistema Nacional de Salud Español (SNS), y así es recogida en el Plan de Calidad para el SNS, en el que se explicitan objetivos y acciones para su desarrollo en colaboración con las comunidades autónomas, las sociedades científicas, los pacientes y las instituciones académicas y de investigación. Estos objetivos están orientados a promover nuevas sinergias en la implantación de políticas para la Seguridad del Paciente que permitan ofrecer una asistencia más segura y de mayor calidad en nuestro Sistema Nacional de Salud.
El Dr. Fernández Torrente, aseguró que “no existen medicinas alternativas, sino intentos de alternativa a la Medicina, sin fundamento científico reconocido” e insistió en que “la razón científica debe formar parte de la “razón ética, y sin la primera no puede construirse la segunda”.
Añadió que “la mejor garantía para las administraciones, los ciudadanos y los pacientes, es una profesión vertebrada adecuadamente, consciente de sus limitaciones, legalmente autorizada, que tenga las normas deontológicas y de autorregulación exigibles y que al mismo tiempo esté sujeta a un control externo”.
El coordinador del Observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias e intrusismo sanitario de la OMC incidió en que las pseudoterapias basadas en la “falsa ciencia“, representan un gran peligro porque existe el riesgo de que los pacientes abandonen terapias médicas efectivas por prácticas que no han demostrado de valor curativo, y esto puede ocasionar graves problemas de salud e incluso la muerte y por la posibilidad más que frecuente de retrasos peligrosos y “pérdida de oportunidad“ en la aplicación de fármacos, procedimientos y técnicas reconocidas y avaladas por la comunidad científica.
“Independientemente del abandono de un tratamiento médico, algunas pseudoterapias, por sí mismas, pueden tener efectos negativos sobre la salud, suelen producir daños económicos o morales en los pacientes, provocan el encarecimiento de los procesos, que reciben atención múltiple, genera intrusismo en la profesión médica, con un preocupante aumento con el uso de Internet y las sectas están habitualmente relacionadas con las prácticas de pseudociencias”, señaló.
El Dr. Fernández Torrente concluyó que “ningún sanitario debería ofrecer pseudoterapias en su práctica clínica” y que “el médico tiene la obligación de informar al paciente de que las prácticas tradicionales no convencionales, alternativas y/o complementarias no son una especialidad dentro de la medicina científica y, por lo tanto, las formas de capacitación certificada dentro de estas áreas no constituyen una capacitación especializada reconocida por la comunidad científica ni legalmente en la mayoría de los países; ni forman parte , en de los contenidos propios del acto médico”.
Desde el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina insistieron en que se oponen firmemente al uso de prácticas diagnósticas y terapéuticas sin eficacia demostrada en pacientes, “especialmente de las medicinas sin evidencias científicamente demostradas”.
Los estudiantes de Medicina consideran que estas terapias sin fundamento científico son peligrosas para la salud de los pacientes y por eso no deberían ni siquiera enseñarse en las facultades ni formar parte de ningún proceso formativo de los futuros médicos. “El derecho del paciente a la protección de su salud se encuentra por encima de todo, no pudiendo de ninguna manera ponerse en peligro por utilizar terapias o tratamientos no basados en la experimentación empírica y medida y que no están sujetas a los principios específicos de las pruebas de razonamiento”, aseguraron.
Los estudiantes de Medicina consideran que estas medicinas alternativas “suponen un problema de salud“, ya que no se le receta al paciente el tratamiento idóneo en función de la evidencia científica del momento, sino que “se le ofrecen en su lugar medicinas sin estas evidencias con posibles efectos secundarios no conocidos, lo que llevará en numerosas ocasiones a agravar el pronóstico del paciente y dificultar su tratamiento“.
FUENTE: medicosypacientes.com