La cocaína, con un 34 por ciento, es la sustancia que provocó más demanda de tratamiento, con un 34%, y supera por primera vez al alcohol, cuyo porcentaje se sitúa en un 31,2%, según los datos difundidos ayer de la 5ª edición del Informe del Observatorio de Proyecto Hombre

La tendencia en la demanda de tratamiento por cocaína es, de esta manera, ascendente, puesto que en el informe referido al año anterior, 2016, el dato era de un 31,1 por ciento.Por otro lado, un 44,4 por ciento de los demandantes de tratamiento se situan en el rango de edad de los 29 a los 49 años, pero también es el motivo principal por el que los jóvenes, de 18 a 28 años, quieren rehabilitarse: un 32,3%.
 
La edad media de la persona que quiere tratarse en Proyecto Hombre por consumo de cocaína es de 36,2 años y la edad de consumo se sitúa en los 20 años, por lo que pasan 16 años entre el inicio y el tratamiento. "Aunque pueda parecer un tiempo largo, es el menor en comparación con otras sustancias", indicó la directora general de la Asociación Proyecto Hombre, Elena Presencio.


Por sexo, del total de las personas que acude a Proyecto Hombre a tratarse por cocaína, un 88 por ciento son hombres y casi un 12 por ciento mujeres. Sin embargo, dentro de unos parámetros similares de consumo, los hombres consumen 10,8 veces más cocaína que las mujeres.
 
En este contexto, Presencio recordó la situación de las mujeres que acuden a tratamiento en el Proyecto Hombre. "Tienen una problemática mayor en cuatro de las cinco áreas estudiadas en el observatorio", ha manifestado.
 
"Están más desempleadas, más dependientes económicamente, son más víctimas de abuso, tienen más problemas de salud, menos nivel de estudios y 10 veces más cargas familiares cuando inician tratamiento; todo ello sin hablar de la estigmatización social", añadió
 
El modo de convivencia, indicador que contempla los últimos tres años, de las personas consumidoras de cocaína que llegan a la institución es en un 27,5% personas que conviven con su pareja e hijos, un 25 por ciento con sus padres y un 18,8 por ciento con su pareja.
 
Por otra parte, un 66 por ciento de las personas que acuden a Proyecto Hombre para tratarse esta circunstancia había estado trabajando a tiempo completo también durante los tres años previos al ingreso o la mayor parte de ese tiempo. Además, sólo el 46 por ciento de las personas con adicción a la cocaína tienen en su trabajo su fuente principal de ingresos, aunque si se habla de otras sustancias este porcentaje desciende al 29 por ciento.
 
Por último, en referencia al nivel de estudios, los adictos a la cocaína no los tienen en un 43 por ciento, más del 48 por ciento tienen estudios básicos y un 8 por ciento universitarios.
 
En este sentido, el experto de la comisión de evaluación de Proyecto Hombre, Félix Rueda, ha hecho un llamamiento a destruir el mito de que la cocaína es una droga de clase media-alta. "Consumen cocaína todas las clases sociales", indicó.
 
Tal y como explicó Presencio, los datos que arroja el informe son "confluyentes" con los proporcionados igualmente por el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanía en su informe de este ejercicio.
 
"Tiene constancia de un aumento de la disponibilidad de la cocaína en Europa que se debe a una mayor producción y cultivo de cocaína en América Latina y un aumento de la disponibilidad de la droga en varios países", ha añadido la directora general de la Asociación Proyecto Hombre, que atiende a 16.000 personas y sus familiares anualmente.
 
Los varones, más afectados
 
Sin referirse específicamente de la cocaína, los demandantes de tratamiento en Proyecto Hombre, que atiende a 16.000 personas anualmente, son hombres en un 84,3 por ciento y mujeres en un 15,7 por ciento.
 
El rango de edad más usual es el de 36 a 40 años, con un 23,7 por ciento de personas, seguido de los 30 a los 35 años, con un 18,9 por ciento.
 
Es destacable, asimismo, el asunto de los abusos emocionales, físicos y sexuales de las personas que acuden a rehabilitarse de su drogadicción. Un 49,2 por ciento del total refieren haber sufrido abusos emocionales a lo largo de su vida, un 26,8 por ciento abusos físicos y un 7,5 por ciento abuso sexual.
 
Los abusos desglosados por sexo arrojan que un 68,7 por ciento de las mujeres y un 45,6 por ciento de los hombres han sufrido los emocionales. Mientras, abuso físico y sexual acusan mayores diferencias. Refieren físicos un 48,8 por ciento de las mujeres frente al 22,7 por ciento de los hombres y sexuales un 26,7 por ciento de las mujeres y un 4 por ciento de los hombres.
 
En referencia al nivel de estudios, casi 6 de cada 10 personas, un 58,7 por ciento, presentan un nivel de estudios inferior a secundaria.
 
Por último, desde esta asociación se considera necesario hablar del uso de alcohol y otras drogas. Así lo aseguró el presidente de la Comisión de Evaluación de Proyecto Hombre, Jesús Muller, la cocaína "no debe desviar la atención" de otras drogas.
 
Tras la cocaína, la sustancia más consumida y que motiva el tratamiento es el alcohol, en grandes cantidades, para un 15,7 por ciento de las personas. El cannabis y la heroína se sitúan en un 7,1 por ciento y un 3,9 por ciento, respectivamente.
 
Por otra parte, el 31,2 por ciento de las personas en tratamiento afirma padecer algún problema médico crónico que interfiere en su vida, porcentaje que se incrementa hasta el 41,3 por ciento en las mujeres.
 
El Observatorio también se ocupa de problemas psiquiátricos y, en este sentido, los más prevalentes son la ansiedad severa, con un 66,2 por ciento, seguida de depresión severa, un 51,8 por ciento, y problemas de comprensión y memoria, un 50, 5 por ciento.
 
FUENTE: medicosypacientes.com


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