Corporaciones médicas y científicas son de la misma opinión sobre la necesidad de que los ciudadanos estén informados y puedan acceder libremente al conocimiento, y al mismo tiempo estar protegidos, una función que atribuyen directa y corresponsablemente a la Administración, considerando que debe asumirla con el máximo rigor y contundencia posible. Así lo expresaron ayer durante la jornada “Pseudociencias y pseudoterapias. Una verdad igualmente incómoda”, organizada por la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) y la Confederación Sociedades Científicas de España (COSCE), en la que también participó la Organización Médica Colegial, a través de su tesorero y coordinador del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias, Dr. Jerónimo Fernández Torrente
Como antídoto ante las pseudociencias, los expertos recomiendan transmitir conocimiento científico y pensamiento crítico y no dar categoría de “contrincante científico” a las pseudociencias y pseudoterapias, así como denunciar con fuerza sus pseudoprácticas y falacias. En ello insistió el representante de la Organización Médica Colegial, Dr. Jerónimo Fernández Torrente, durante su intervención que inició transmitiendo su felicitación a los nuevos ministros de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, y de Ciencia, Innovación y Universidades, Carmen Montón y Pedro Duque, respectivamente.
El Observatorio OMC contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias, como explicó el Dr. Fernández Torrente, es una herramienta colegial para informar, sobre todo, e intentar combatir todas esas prácticas fraudulentas. “Se encuentra a total disposición de los Colegios de Médicos, Consejerías de Sanidad, Administraciones, Sociedades Científicas, Asociaciones de Pacientes y medios de comunicación, específicamente en el área sanitaria y de salud”, según remarcó.
Según explicó el representante de la OMC en otro momento de su intervención, "la práctica de la medicina científica a la que los médicos están obligados por su corpus doctrinal, la lex artis ad hoc y el Código deontológico (art. 26.1; 26.2; 7.1 y 7.4), se diferencia de las pseudociencias en que aplican medicina y técnicas que han sido desarrolladas bajo el método científico y son la base de los sistemas de Seguridad Social europeos.
Lamentó que se esté generando un “universo pseudocientífico” paralelo al científico, que no se rige “ni por los valores, ni por comportamientos, ni prácticas” que se observan en la auténtica ciencia. Como advirtió, en este sentido, "las pseudoterapias son una falsa ciencia que engaña y contamina a la población".
Como parte de la solución, el representante de la OMC abogó por acercar más conocimiento científico a los ciudadanos y, sobre todo, a los jóvenes, así como denunciar los casos de mala praxis profesional, y combatir con todas las herramientas profesionales, colegiales y legales dichas pseudoprácticas, ya que, como remarcó, "No se puede jugar con seguridad de los pacientes”.
El Dr. Fernando Carballo, presidente de FACME, coincidió con el resto de participantes en que “las pseudoterapias y las pseudociencias no son terapia ni ciencia; no hay pseudociencia ni pseudoterapia, solo ciencia y tratamientos médicos”. Carballo advirtió del riesgo de este tipo de actividades y recuerda que “cuando se postulan como innovación, los tratamientos deben ser investigados con métodos científicos y normativa adecuada”. “Sin esa validación no poseen evidencia terapéutica y no pueden ser considerados tales tratamientos. En caso de patologías graves, como el cáncer, ponen en serio riesgo a los pacientes al ofrecerse como falsas alternativas terapéuticas”, ha indicado el presidente de la Federación.
Desde FACME se destacó, además, que "la actuación médica se dirige a la oferta de soluciones para los problemas de salud que hayan demostrado seguridad y eficacia. Lo que no oferta un equilibrio adecuado entre riesgo y beneficio no puede ser considerado, ya que existe una potencialidad de daño inaceptable".
Por parte de COSCE se defendió que “estas creencias no solo pretenden, y lo van consiguiendo en parte, convertir la ignorancia en un gran negocio a costa de la cultura, la seguridad y la salud de los ciudadanos, sino que, además, son un camino para mantener a la sociedad sumida en la ignorancia, en las creencias ‘reveladas’ y en la docilidad”.
La COSCE avisó, además, que “las pseudocienciencias en realidad no existen, son la penumbra ancestral que permanece tras el conocimiento aportado por la ciencia, penumbra que se alimenta y expande mediante el llamado mercadeo de la duda, de la que luego nos rescatan con el negocio de la certeza”.
FUENTE: medicosypacientes.com