La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl-CCC) recomienda que los padres no den las tradicionales uvas de Nochevieja a los niños menores de cinco años, ante el "riesgo de atragantamiento o asfixia"

El vicesecretario general de esta sociedad, Raimundo Gutiérrez, hizo hincapié en que "esta fruta, por sus cualidades en cuanto a su forma y textura, puede provocar una obstrucción en las vías respiratorias y, si no se actúa de forma rápida, puede llegar a provocar la muerte".

En este sentido, señaló que según un reciente estudio publicado en la revista 'Nurs Child Young', las uvas consumidas enteras –con la piel y las pepitas– son la tercera causa de asfixia relacionada con la comida en menores de cinco años y por ello recomendó modificar su forma, cortándolas en varios trozos, quitándole la piel y las pepitas para, así, evitar un episodio de aspiración.

La mayor parte de estos atragantamientos se producen en niños menores de dos años, porque "es en esta franja de edad cuando aún no tienen los dientes desarrollados, el sistema deglutorio del niño es inmaduro y la posibilidad de que una parte de un alimento o cuerpo extraño pase a la vía respiratoria es más alta".

Cuando esto ocurre, la tos originada por la aspiración puede ser efectiva y conseguir expulsar lo que la provoca, pero Gutiérrez explicó que "no siempre sucede así" y "puede producirse un deterioro del estado respiratorio que, en ocasiones, puede desencadenar en neumonía, enfisema pulmonar, algunas infecciones o, incluso, la muerte".

Por último, destacó que aparte de las uvas, también destacan "los frutos secos y, entre los objetos inanimados, los juguetes o piezas pequeñas de estos, así como los globos, todos ellos muy presentes en estas fechas".

FUENTE: medicosypacientes.com


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