La humanización en los profesionales es necesaria para garantizar una atención sanitaria de calidad, integral y centrada en la persona, en la que no solo se tenga en cuenta la enfermedad sino la situación, el contexto social y el trato con el paciente, que es entendido como un todo. La humanización del profesional requiere de formación específica y valores como la compasión, cercanía, empatía, confianza o respeto con el objetivo de dignificar la condición humana allí donde la vida es más frágil y dependiente.

Así lo pusieron de manifiesto profesionales del ámbito sanitario y pacientes en el marco de la I Jornada sobre la Humanización como valor de las profesiones sanitarias, organizada por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) en la sede de la corporación médica.

Concretamente se abordó en la mesa “Visión humanística de las profesiones sanitarias” que estuvo moderada por el Dr. Serafín Romero, vicepresidente Primero de la OMC y FFOMC; y que contó con la participación del Dr. Luis Ángel Oteo, consultor de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) y profesor Emérito de la Escuela Nacional de Sanidad; Rosa Salazar de la Guerra, enfermera y directora Gerente del Hospital de Guadarrama; Daniel Gil Martorell, vicedecano del Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid; Dra. Manuela Cabero Morán, vicepresidenta de Cruz Roja Española; y Esther Sabando, secretaria de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes.

El Dr. Romero, tras reconocer el valor humanístico de todos los ponentes en su ámbito profesional y de actuación, introdujo el tema de la mesa aludiendo a que desde las profesiones sanitarias y sus organizaciones se han puesto en marcha mecanismos para seguir las directrices marcadas por el gran médico humanista del siglo XXI, el Dr. Albert Jovell de reconocer la “virtud” de los profesionales que ponen en valor a la persona que sufre.

Recordó que es preciso complementar la Medicina basada en la evidencia con una Medicina basada en la efectividad y puso en relieve que "se debe de pasar de una metodología de abordaje de enfermedades a impregnarse de atención al enfermo". Además, puntualizó que cualquier plan de humanización debe contemplar el cuidado del cuidador.

Aludiendo a las palabras que el Papa Francisco pronunció a los médicos latino-iberoamericanos en su encuentro el pasado año: “Me gusta bendecir la mano de los médicos como signo de reconocimiento a esa compasión que se hace caricia de salud” recordó que la humanización va muy unida a la compasión y que la compasión forma parte de la definición del profesionalismo médico que desde la OMC se ha puesto en marcha. “Hablar de excelencia profesional –aseguró- en cualquier profesión sanitaria es hablar de compasión” pero concretó no hay que “dejar que las dificultades económicas conviertan el humanismo en caridad porque son cosas diferentes”.

Dr. Oteo: “Los profesionales sanitarios son la cara de la humanización del SNS”

El Dr. Oteo puso en relieve que la actitud que identifica a los médicos como profesionales de la salud entronca existencialmente con el significado más trascendente de la dignidad de la persona en un modelo de humanización de los servicios asistenciales caracterizado por el respeto y protección de la salud y la vida.

El humanismo es dignificar la condición humana, para el Dr. Oteo, algo que, a su juicio, debe estar impregnado en el modelo asistencial “siendo los profesionales sanitarios la cara de la humanización del SNS”. Como consultor de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) explicó que en su misión la humanización es un principio clave. “Sin humanización no hay hospitalidad”, apuntó.

El valor, la fortaleza y la misión identitaria de los profesionales de la salud confluye y se sustenta, tal y como explicó, en una alianza para dignificar la existencia humana allí donde la vida es más frágil y dependiente y en principios y valores universales e intemporales, tales como la integridad, la compasión, la capacidad de discernimiento bioético, el altruismo, la relación empática y confiable, la calidez afectiva y la dignidad existencial en la forma y manera de atender y cuidar a la persona enferma y necesitada.

Hizo referencia a que “el ser y el hacer de nuestras prácticas asistenciales adquiere su plenitud y sustantividad en el proceso de humanización en el servicio a los pacientes” y recalcó que “la humanización de la asistencia sanitaria constituye la base identitaria del profesionalismo ético y socialmente responsable”. Explicó que la primera meta del profesionalismo sanitario es un ideal moral, que debe guiar toda conducta y práctica profesional para promover el bienestar de los pacientes.

Finalmente, expuso que “no debemos olvidar estas ideas sobre la Humanización y la Dignificación de la persona, sino seguir construyendo a partir de ellas”.

Rosa Salazar: “La Atención Sanitaria sin humanización no es una atención de calidad”

Rosa Salazar explicó que cuando hablamos de humanizar la asistencia Sanitaria, “hablamos de hacerla digna para la persona, coherente con sus valores y con su esencia” y en esta tarea las organizaciones sanitarias tienen una misión que cumplir, que es “satisfacer las necesidades en materia de salud de los pacientes y familiares”.

Indicó que los profesionales sanitarios tienen el compromiso de servicio con la sociedad, en aras de restablecer, mejorar o mantener su salud. “Hablar de humanización no es solo un buen trato en las relaciones asistenciales, implica más, compromete y apela a la calidad del ser humano”, profundizó.

De la labor que se desempeña en el Hospital de Guadarrama puso en valor la importancia de una atención individualiza y personalizada. “No se trata solo de realizar un conjunto de actuaciones cuidadoras, sino que tenemos que trasmitir a la persona un cuidado especial para ella, hacerla sentir que para nosotros es importante”, analizó.

Por ello, desde el centro trabajan por desarrollar un “Hospital Centrado en el Paciente” y en él realizan actividades terapéuticas como un huerto, un jardín, acercamiento a los jóvenes de institutos o programas de visitas de mascotas.

“La Atención Sanitaria sin humanización no es una atención de calidad. Cuidar es una tarea eminentemente humana, no se puede cuidar de otro si no vamos más allá del proceso asistencial, si no atendemos a la persona”, concluyó Salazar.

Daniel Gil Martorell: “Son necesarias sinergias entre el Trabajo Social y la Medicina humanista para proporcionar una asistencia centrada en la persona”.

Daniel Gil Martorell expuso que para poder hablar de humanismo hay que respetar tres premisas principales: cuidarse uno mismo, cuidar a otros y cuidar las instituciones. “Sin estas ideas no se puede comprender el sufrimiento de otras personas”, señaló. Además, el humanismo se sustenta en los principios básicos de dignidad, libertad e igualdad.

Incidió en la importancia de establecer sinergias entre el Trabajo Social del ámbito sanitario y la Medicina humanista para proporcionar una asistencia centrada en la persona. “La atención del paciente debe ser realizada de una forma integral, como un todo, teniendo en cuenta todos los aspectos sanitarios y sociales que le rodean”, matizó el experto quien abogó por los equipos multidisciplinares entre distintos profesionales para lograr tal fin.

Para Gil Martorell las organizaciones profesionales cumplen un papel fundamental en la defensa de los derechos de los pacientes, pero para ello deben trabajar de forma coordinada.

Dra. Manuela Cabero: “La humanización requiere un aprendizaje no se puede improvisar”

El principio más importante, y el primero de los siete que tiene el movimiento internacional de Cruz Roja es el principio de la Humanidad, entendida como prevenir y aliviar el sufrimiento humano en todas las circunstancias, según expuso la Dra. Manuela Cabero.

Sin embargo, hay retos en la acción humanitaria que son muy difíciles de solventar y muchas veces el principio de la Humanidad y los principios éticos chocan con la seguridad en el terreno. “Atiendes a un paciente y te están amenazando de muerte o te obligan a sacar del quirófano a un enfermo por meter a otro”, señaló.

Para la Dra. Manuela Cabero Morán la humanización requiere un aprendizaje, ya que “no se puede improvisar” y el voluntariado solo “no sirve”. “Hay que enseñar a los médicos el modo de tratar a los pacientes que cuando están enfermos están en el momento más vulnerable de su vida. Hay que quitarles el miedo y la incertidumbre que rodea a la enfermedad”, aseguró.

Por ello, defendió la importancia del trato cercano con el paciente y el respeto a sus decisiones, el hacerle sentirse seguro. “Quitar y aliviar esos miedos forma parte del ejercicio de la Medicina. Los miedos son distintos en cada lugar pero como médicos tenemos que aliviarlos siempre y darles seguridad en cualquier lugar del mundo”, dijo.

La ayuda humanitaria tiene que ver con la calidad, el impacto y los métodos de trabajo. “Los valores y los principios éticos son el fundamento de una agencia de socorro y la cooperación entre quienes responden a los desastres es, cada vez más, un imperativo ético”, concluyó la doctora.

Esther Sabando: “La humanización garantiza la atención centrada en la persona”

Esther Sabando agradeció a la OMC por haber sido invitada a esta jornada y a la Comunidad de Madrid el haber contado con los pacientes en el ‘Plan estratégico de humanización’. “La humanización garantiza la atención centrada en la persona y eso es algo que nos preocupa a los pacientes”, afirmó.

Sabando definió “humanizar” como “impregnar de dignidad la asistencia” no solo en el ámbito hospitalario sino en el contexto social y añadió que “detrás de un paciente hay un todo, hay miedos y vulnerabilidad y por ello debe ser atendido de una manera holística”.

La información y la comunicación son elementos clave en la humanización según expuso porque “contar un diagnóstico con humanidad repercute de forma buena en los pacientes”, concluyó.

Fuente: medicosypacientes.com


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