Garantizar la seguridad de la misión médica en contextos de violencia donde los ataques a los profesionales sanitarios, pacientes, instalaciones sanitarias y transportes se han convertido en un objetivo de guerra es una tarea ardua para organismos como Médicos Sin Fronteras, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) o Cruz Roja Española con los que colaboran la Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC (FCOMCI). En estos casos, la formación de los profesionales, la adaptación y comprensión de los diferentes contextos, la colaboración con los actores locales, el desarrollo de procedimientos y medidas de gestión de protección y denunciar los ataques, pueden ser las herramientas más apropiadas para lograr unos mínimos de seguridad a la hora de proporcionar asistencia sanitaria y acabar con la impunidad de quienes vulneran las normas internacionales.
Así se puso de manifiesto durante el Panel “La misión médica en contextos de violencia. Atención Sanitaria en Peligro”, celebrado en el marco del II Congreso de Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial (OMC) organizado en Santander a través de la Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC (FCOMCI) y del Colegio Oficial de Médicos de Cantabria (COMCantabria).
Este panel fue moderado por el Dr. Serafín Romero Agüit, vicepresidente primero de la OMC y FCOMCI y en él participaron el Dr. Giovanni Trambaiolo, asesor de operaciones del HCiD Project del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR); Mercè Rocaspana, coordinadora médica de Médicos sin Fronteras, en varios países de África y Oriente Próximo; y Diego Guerrero, voluntario Gestión de Seguridad Cruz Roja Española.
El Dr. Romero inició la mesa aludiendo a los datos del CICR de ataques contra la asistencia sanitaria que reflejan que en el periodo entre 2012 y 2014 se cuantificaron 2.400 ataques en 11 países. Para el vicepresidente de la FCOMCI estos ataques no son solo contra el personal de salud, “sino son ataques a pacientes, instalaciones y medios de transporte necesarios para hacer llegar la ayuda humanitaria a estos contextos”.
En 2015, 75 hospitales gestionados y apoyados por Médicos Sin Fronteras (MSF) sufrieron 106 bombardeos y ataques con grandes pérdidas de vida y material médico de los cuales 63 fueron en siria. Además, según expuso el Dr. Romero, 654 trabajadores de la salud han muerto en el conflicto de Siria y el 60% de los hospitales funcionan parcialmente o están fuera de servicio.
“Los ataques contra la asistencia sanitaria no son daños colaterales son ataques deliberados e ilegales"
Manifestó que cuando se producen ataques a misiones humanitarias, y especialmente, sanitarias, “lo que se producen no son daños colaterales son ataques planificados deliberados e ilegales que incumplen las legislaciones internacionales” y denunció que estos ataques afectan siempre a las poblaciones desamparadas, desprotegidas y “a los que menos tienen”.
Tras señalar que el ataque sistemático a la asistencia sanitaria se ha convertido en un arma de guerra que “genera mucho sufrimiento”, el Dr. Romero explicó que desde el ámbito de los Colegios de Médicos se intenta luchar contra esta forma de agredir “sea en el terreno que sea”.
Por ello, cada uno en su entorno y cada organización tienen, en su opinión, una altísima responsabilidad para ayudar a difundir el mensaje de los compañeros que en primera línea sufren estos ataques. Un papel que han asumido la OMC y la FCOMCI a través de su trabajo conjunto con MSF y Cruz Roja denunciando estas situaciones. “Desde nuestras instituciones hemos exigido ante organismos internacionales médicos como la Asociación Médica Mundial (AMM) la condena de estos ataques para que no queden impunes”, señaló el Dr. Romero y recordó, además, que se ha solicitado reiteradamente, el respeto al Derecho Internacional Humanitario y los Protocolos de Ginebra.
“Prestar asistencia a los heridos, independientemente del bando al que pertenezcan”
Para el Dr. Giovanni Trambaiolo el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es una organización que tiene la misión humanitaria de proteger la vida y la dignidad de las víctimas de los conflictos armados y de otras situaciones de violencia, así como de prestarles asistencia.
Prestar asistencia a los heridos, independientemente del bando al que pertenezcan, es la idea que dio origen al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la media luna roja hace más de 150 años y de esta idea, según expresó el experto, también nació el derecho internacional humanitario, el conjunto de reglas que protege los que no participen al conflicto: los heridos, los civiles, y los detenidos.
La violencia contra el personal de salud conduce muy a menudo a la partida de personal médico, la destrucción o el cierre de hospitales y otras instalaciones médicas, y por lo tanto la interrupción del sistema de atención de la salud. “Incansables esfuerzos para reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y la lucha contra enfermedades como la poliomielitis son aniquilados en cuestión de segundos”, denunció el Dr. Trambaiolo.
De esta situación nació el proyecto “Asistencia de salud en peligro”, al que está adherida la FCOMCI, que ha dado inicio y apoyo a numerosas iniciativas para proteger la asistencia de salud. “Su finalidad ha sido comprender mejor las cuestiones en juego, sensibilizar a la opinión pública acerca de la magnitud y las consecuencias del problema, fomentar el diálogo sobre la relevancia y la implementación del Derecho Internacional Humanitario que protege los servicios de salud, y elaborar recomendaciones prácticas para prevenir y abordar el problema”, dio a conocer.
Manifestó que mediante este programa se apoya la implementación de medidas por el personal de salud para fortalecer la seguridad de las instalaciones de salud. Además se ha conseguido una resolución adoptada por el Consejo de Seguridad sobre el tema de la protección de la asistencia de salud en conflicto. “Seguiremos trabajando para que se creen marcos normativos nacionales y se exija el cumplimiento de las normas”, concluyó.
“En Siria los pacientes tienen miedo de ir al hospital por si son atacados”
Por su parte Mercè Rocaspana afirmó que los ataques a la atención médica y a las estructuras de salud de los últimos meses y años, sobre todo en contextos como Siria y Yemen, han aumentado la vulnerabilidad de los profesionales de la salud y de los pacientes que se encuentran en estructuras amparadas por la ley e indicó que “una cosa es estar en un momento equivocado en un conflicto y otra cosa es ser deliberadamente atacado cuando estás trabajando o cuando estás siendo atendido en un hospital”.
Para MSF, según explicó, ha sido un reto trabajar en un contexto como el de Siria donde la intensidad del conflicto es muy alta y hay una falta grave de personal sanitario que han muerto o han huido y donde las estructuras están muy deterioradas y los pacientes tienen miedo de ir al hospital por si son atacados.
“Todo ello –apuntó- nos ha obligado a cambiar algunos de nuestros protocolos, dar las altas precozmente en el hospital, cambiar algunos regímenes en los medicamentos, establecer sistemas de Telemedicina y adaptarnos a la compra de materiales y medicamentos para poder atender las necesidades de una población envejecida, con algunas enfermedades crónicas y donde la incidencia de pacientes con heridas graves de traumatología, sobre todo en los niños, es muy alta”.
Debido a los continuos ataques se ha perdido mucho conocimiento médico, muchos han muerto, otros se han ido y la mayoría de los que quedan allí son estudiantes de Medicina, muchas veces afectados psicológicamente y acostumbrase a la falta de recursos. Rocaspana aludió a la falta de ginecólogos y matronas e incidió que desde MSF se trabaja desde la distancia, “porque no nos dejan acceder allí”.
“Contar con los actores locales para crear un entorno operacional con un mínimo de seguridad”
Tras poner en valor la colaboración de la FCOMCI y Cruz Roja Española en traducir el módulo en español “Asistencia Salud en peligro” para facilitar el acceso a las herramientas de formación a la comunidad hispanohablante, Diego Guerrero abordó el tema de la gestión de seguridad.
Para ello se planteó la cuestión de cómo darle seguridad a un profesional que se encuentra en contextos de conflicto armado o situaciones de extremada violencia. “En lo posible debemos de promover un entorno seguro mínimamente. Pero, ¿Cómo se garantizan esos mínimos?”, se preguntó.
Lo primero, para el experto, es contar con que las situaciones a las que nos enfrentamos son cada vez más complejas y están en continuo cambio y hay que saber adaptarse. Además, es importante, según dijo, la diplomacia humanitaria para “aumentar la influencia y contar con los actores locales con el objetivo de crear un entorno operacional con un mínimo de seguridad”, aseguró. Otro elemento vital es la seguridad basada en el punto de vista de a quien se la vas a dar.
Además, la aceptación, identificación, información, el conocimiento de las normas, comportamiento, comunicación y protección son los siete pilares básicos para la gestión de la seguridad en zonas del conflicto, tal y como expuso el voluntario de Cruz Roja Española.
Finalmente, Diego Guerrero aludió a las situaciones complicadas donde hay violencia pero no están en conflicto, que cada vez crecen más como en Guatemala y Brasil. “Hay que trabajar más en cómo garantizar la estancia de un médico en otros tipos de violencia”, concluyó.
Fuentes: medicosypacientes.com