El Foro de la Profesión Médica, en colaboración con la Fundación ASISA, ha presentado este miércoles en la Real Academia Nacional de Medicina la segunda edición del Manual de la Relación Médico-Paciente, una versión ampliada que pretende actualizar los principales retos a los que se ha enfrentado esta relación histórica en los últimos años.

En concreto, como señalaba Miguel Ángel García, uno de los autores del manual, en los cinco años transcurridos desde que se presentó la primera edición como parte del proyecto que busca declarar la relación médico-paciente como Patrimonio Inmaterial de la UNESCO, se han producido situaciones que la han afectado directamente, como es la pandemia de COVID19, a la que se le ha dedicado un capítulo específico y que obligó a médicos y otros profesionales sanitarios a exponerse por el bien público mientras la población permanecía confinada. Entonces, la relación médico-paciente se vio completamente afectada por la enorme sobrecarga asistencial que supuso y la necesidad de medidas de protección para los profesionales y los pacientes, aunque también estimuló la creatividad de unos y otros para encontrar modos alternativos de comunicarse.

A esta situación hay que sumarle el gran desarrollo de las tecnologías de la información y de sistemas de inteligencia artificial, que pueden servir tanto para facilitar el trabajo como para poner en riesgo actividades humanas de todo tipo. La implantación de estas tecnologías en el ámbito sanitario está siendo cada vez más patente y puede afectar de manera importante a la relación personal entre sanitarios y pacientes. Esta nueva situación se ha desarrollado en un bloque temático sobre la influencia de la telemedicina y las tecnologías de la información y la comunicación en la práctica asistencial y el desarrollo de esa misma relación.

Además, en el manual se mantienen contenidos de la primera edición ampliándose en algunos aspectos como la fundamentación antropológica de la relación médico-paciente, la condición de vulnerabilidad de los profesionales, la necesaria orientación de género, la inserción comunitaria y social de la actividad sanitaria y las dimensiones comunicacional y narrativa de una relación en la que uno y otro agente la van desarrollando a través de la comunicación.

Como señalaba García, es un esfuerzo de las organizaciones médicas españolas y, particularmente, del equipo de trabajo y coordinación del proyecto para el reconocimiento de la relación médico-paciente como Patrimonio de la Humanidad, que desea promover y desarrollar un aspecto fundamental y fundacional de la práctica médica, un esfuerzo que, lamenta, no llegará a ninguna parte si en paralelo no se desarrolla un esfuerzo radical de la sociedad para promover la relación médico-paciente dentro de una actividad asistencial de calidad.

En este sentido se manifestaba también Juan Carlos Hernández, quien recordaba que la relación clínica ha cambiado en las últimas décadas y ha cambiado el binomio enfermedad/salud, igual que el concepto de necesidad en salud, confundiéndose muchas veces la necesidad con la demanda y el deseo de los ciudadanos/pacientes, incorporando la necesidad sentida como una demanda al sistema sanitario.

Así, con este cambio de paradigma se necesitan nuevas herramientas, nuevos modelos de entrevista clínica, y estas herramientas serán unas entrevistas clínicas que vayan más allá de la entrevista centrada en la naturaleza del problema de salud y aborden una entrevista centrada en el paciente de manera bio-psico-social, que permita un clima emocional que redunde en la confianza como principal valor entre médico y paciente.

A esa misma confianza apelaba en su intervención Patricio Martínez, impulsor de la candidatura de la Relación Médico-Paciente como Patrimonio Inmaterial de la Unesco, quien afirmaba que ésta supone una mejora terapéutica y del tratamiento y que se ha visto amenazada por la intersección de inferencias de diversa índole a lo largo de los años. Además, agradecía a los autores su trabajo en el manual, a los profesionales su labor clínica y también a los pacientes, quienes son “la razón de ser de la profesión”.

En el acto, conducido por el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, Eduardo Díaz-Rubio, también ha participado el presidente de la Fundación ASISA, Francisco Ivorra, quien ha admitido que aunque la innovación tecnológica está llegando para quedarse y en su caso es la inteligencia artificial la que se está utilizando para cuestiones como la gestión de las agendas, si tuviera que elegir una conversación que se debería mantener entre humanos, esa sería sin duda la relación médico-paciente.

Por último, el presidente del CGCOM y del Foro de la Profesión, Tomás Cobo, ha querido destacar la importancia de la finalización del acto médico y la comunicación con el paciente, ya que “es esencial. La parte de compasión y acompañamiento que se ejerce es del todo fundamental”, sentenciaba antes de agradecer a los presentes su asistencia y a los autores su trabajo en este manual revisado y ampliado.

FUENTE: medicosypacientes.com


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