Un estudio realizado por especialistas del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Infanta Leonor de Madrid, pertenecientes a la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), señala que el contagio por el virus de la covid-19 en embarazadas puede producir un incremento del grosor de la placenta, así como del flujo sanguíneo venoso umbilical.
Según informó la SEGO este martes, para la realización de este trabajo de investigación se evaluaron 57 gestantes con PCR positiva por SARS-CoV-2 en el momento de la ecografía o en el mes anterior, y otras 110 gestantes con PCR negativa, que sirvieron como grupo control para realizar la comparativa.
Se analizaron: biometría fetal, grosor de la placenta, lagos placentarios –cúmulo de sangre a nivel del tejido placentario– y parámetros registrados mediante el uso de eco-doppler venoso umbilical, incluido el área transversal de la vena umbilical, su diámetro, radio, velocidad y flujo venoso umbilical.
El flujo sanguíneo venoso umbilical puede considerarse una medida directa de la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan al feto a través de la vena umbilical, que es el único vaso que lleva sangre desde la placenta hasta el feto. Este estudio midió el flujo sanguíneo venoso umbilical para determinar las repercusiones hemodinámicas fetales de la infección placentaria por SARS-CoV-2.
Placenta
Tras el análisis de los datos obtenidos, se constató que el grosor de la placenta fue significativamente mayor en las embarazadas con SARS-CoV-2 que en grupo control en los tres trimestres. El dato también fue mayor en el resto de parámetros anteriormente citados. Cabe resaltar que no se encontraron diferencias en la biometría fetal, ni se comunicaron casos problemas de crecimiento intrauterino o muerte fetal.
Una de las autoras del estudio, la doctora Eva Mª Soto Sánchez, explicó que “el Hospital Universitario Infanta Leonor fue uno de los más castigados por la pandemia de la covid-19 durante la primera y segunda ola en Madrid. El estudio surgió de la observación de un aumento del grosor placentario y de lagos venosos en nuestras gestantes infectadas por SARS-CoV-2”.
Por ello, “decidimos verificar estos hallazgos ecográficos y comprobar si se asociaban a una disminución del flujo sanguíneo que llega de la madre al feto, lo que podría asociarse a casos de abortos, restricción de crecimiento, o muerte fetal”, añadió.
Del mismo modo, en el estudio se comprobó que la velocidad de la vena umbilical fue significativamente mayor en el grupo de gestantes con infección por SARS-CoV-2 que en el grupo control en los tres trimestres. Esto provoca un aumento del flujo venoso umbilical independientemente de la edad gestacional en la que se produzca la infección.
Estos hallazgos se correlacionan perfectamente con los estudios anatomo-patológicos que describen un proceso inflamatorio placentario inducido por el SARS-CoV-2 que penetra en la placenta. En el contexto del proceso inflamatorio, parece existir un mecanismo compensatorio a nivel placentario, que origina un aumento de la velocidad media de la sangre de la vena umbilical y el consiguiente aumento del flujo umbilical que garantiza el aporte de nutrientes necesario para el desarrollo y crecimiento óptimo del embrión y feto.
FUENTE: medicosypacientes.com