El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado el Real Decreto 583/2022, de 11 de julio, por el que se concede la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, a título póstumo, a los profesionales sanitarios y de apoyo a los sistemas de salud fallecidos en la lucha contra la pandemia.

"La crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 está suponiendo un esfuerzo extraordinario para el conjunto del sistema sanitario español. Sin la capacidad, eficacia y entrega ejemplar por parte de estos profesionales no hubiera sido posible garantizar el cuidado y la atención a los enfermos en una pandemia como la que afrontamos", señala el texto aprobado.
 
El trabajo del personal sanitario y de apoyo a los sistemas de salud dedicado a la atención de los pacientes de COVID-19 ha recibido el reconocimiento unánime de la sociedad española, por el papel insustituible de esta colectividad en beneficio del interés general. Siendo consciente de esta "encomiable labor", el Gobierno ha expresado su "máximo agradecimiento, honrando y distinguiendo su dedicación, entrega y memoria".

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) comunicó el pasado domingo día 10, el comienzo de una ola de calor en la Península, que dará lugar a un aumento paulatino y progresivo de las temperaturas, hasta el próximo jueves 14 de julio, como mínimo. Es muy probable que entre hoy martes 12 y el próximo jueves 14 de julio se conforme el periodo álgido de este episodio de ola de calor.

Los días de calor intenso obligan al cuerpo humano a hacer un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal. El calor excesivo puede alterar nuestras funciones vitales cuando el organismo es incapaz de compensar las variaciones de temperatura corporal y puede provocar problemas como la insolación o el golpe de calor, o incluso agravar patologías previas existentes.
 
El Ministerio de Sanidad mantiene activo el Plan Nacional de actuaciones preventivas frente a los efectos de los excesos de temperatura sobre la salud, a través del cual se proporciona información a los diferentes agentes implicados en el Plan con el objetivo de prevenir y reducir los efectos negativos del calor sobre la salud, especialmente en los grupos más vulnerables como son las personas mayores, las mujeres gestantes, los menores y las personas con enfermedades crónicas, así como en las personas que trabajan o realizan esfuerzos al aire libre.

Un estudio realizado por especialistas del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Infanta Leonor de Madrid, pertenecientes a la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), señala que el contagio por el virus de la covid-19 en embarazadas puede producir un incremento del grosor de la placenta, así como del flujo sanguíneo venoso umbilical.

Según informó la SEGO este martes, para la realización de este trabajo de investigación se evaluaron 57 gestantes con PCR positiva por SARS-CoV-2 en el momento de la ecografía o en el mes anterior, y otras 110 gestantes con PCR negativa, que sirvieron como grupo control para realizar la comparativa.
 
Se analizaron: biometría fetal, grosor de la placenta, lagos placentarios –cúmulo de sangre a nivel del tejido placentario– y parámetros registrados mediante el uso de eco-doppler venoso umbilical, incluido el área transversal de la vena umbilical, su diámetro, radio, velocidad y flujo venoso umbilical.

Un nuevo informe del Centro de Estudios Sindicato Médico de Granada, coordinado por el Dr. Vicente Matas Aguilera, expone la actual situación de la jubilación para los profesionales de la Medicina y propone algunas medidas para paliar, por una parte, la falta de especialistas, y por la otra, las pérdidas que supone para la pensión contributiva que las guardias no se computen como tiempo trabajado.

Los médicos generalmente cotizan para recibir una pensión contributiva muy superior a la que finalmente reciben trasaplicarles el tope de la pensión máxima. En España, ser médico especialista supone una larga carrera de, como mínimo son once o doce años de formación tras el bachillerato. Además, la profesión médica por su complejidad, dedicación, responsabilidad, estrés, exigencias, penosidad, peligrosidad, horas adicionales a la jornada con las guardias… debería tener, al igual que otras profesiones (mineros, bomberos, policía local…) un factor corrector y la posibilidad de una jubilación voluntaria entre los 60 y 70 años (como en el caso delos funcionarios).

Por otro lado, el tiempo de las guardias, en general, no cotiza a la Seguridad Social al estar por encima del tope de cotización y no computa como tiempo trabajado. Sin duda, debería considerarse tiempo trabajado a efectos de jubilación, pues un médico o una médica que haga guardias durante 30 años puede realizar una jornada total equivalente a una jornada ordinaria de más de 40 años.

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