El VI Congreso de Deontología Médica, organizado por el Colegio de Médicos de Badajoz, analizó el papel del médico ante violencia de género, la atención al final de la vida y la ética en la donación en asistolia, entre otros asuntos, y evidenció que los médicos están concienciados sobre la importancia de estimular y fomentar la Deontología Médica, pues es ésta la que debe seguir siendo la seña de identidad de la profesión médica ante los desafíos a los que se enfrenta el colectivo. Se necesita difundir el conocimiento de la Ética y la Deontología en  la formación médica, durante la vida profesional y establecer mecanismos de adaptación a los retos actuales

Pero al mismo tiempo no se podrá alcanzar lo anterior si se logra transmitir la importancia que tiene la Deontología en el quehacer del médico. Además, es necesario que la sociedad sepa de las posiciones de los profesionales, que no resultan caprichosas o aleatorias, sino que lo único que hacen son defender los valores propios e intrínsecos de la profesión médica.

En el marco del VI Congreso de Deontología Médica, la Comisión Central de Deontología (CCD) de la Organización Médica Colegial (OMC) realizó un análisis sobre  lagunas deontológicas  de actualidad y se centró en temas que generan cuestiones, en ocasiones de difícil solución, relacionadas con la práctica diaria, como el acceso a la historia clínica, los incidentes y efectos adversos, la iatrogenia y el acoso laboral en los centros sanitarios, dejando claro que “la víctima de mobbing no padece una enfermedad mental, es un profesional dañado”, según explicó el Dr. Rodríguez Sendín

La mesa, moderada por el Dr. Jacinto Bátiz, secretario de la CCD, contó con el Dr. Antonio Blanco Mercadé, como relator; y participaron como ponentes el Dr. Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la CCD; Dr. Manuel Fernández Chavero, vocal de la CCD; Dr. Ángel Hernández Gil, miembro de la CCD; y Dr. José María Domínguez Roldán, miembro de la CCD.

El Dr. Juan José Rodríguez Sendín abordó el acoso laboral en los centros sanitarios y señaló que “el mobbing no es una enfermedad, la víctima no es un enfermo mental es un profesional dañado”. Comentó que la sociedad parece instalada en un relativismo moral que favorece “la desmoralización, la irracionalidad y la insolidaridad y sufre una enfermedad cuyo síntoma más grave es la pasividad”.

La posición privilegiada que tiene el médico desde su consulta a la hora de detectar y denunciar la violencia de género le obliga a adoptar un papel activo a la hora de alertar y proteger a la víctima y estudiar al agresor, según se puso de manifiesto en la mesa dedicada a este tema en el marco del VI Congreso de Deontología Médica, celebrado en Badajoz

En la mesa, que estuvo moderada por el Dr. Mariano Casado, presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Badajoz, participaron Javier Sádaba, catedrático honorario de Ética de la Universidad Autónoma de Madrid; la Dra. María Castellano, catedrática de Medicina Legal; e Inocencia Cabezas, fiscal delegada de Violencia de Género.

La Dra. Castellano subrayó que la postura del médico ante la violencia de género debe ser “un deber moral individualizado con la persona que tenemos delante”. El procedimiento médico en la asistencia sanitaria tiene que ser la relación personal entre el médico y el paciente, partiendo del juicio crítico y cuando el facultativo se encuentra ante este escenario “la confianza es esencial para abordar y detectar esta problemática”, por lo que “la mujer tiene que encontrar una situación favorable para reconocer lo que muchas veces se niega”.

La última mesa del VI Congreso de Deontología Médica, organizado por el Colegio de Médicos de Badajoz, analizó la atención al final de la vida el punto de vista médico, político, religioso y jurídico. Los ponentes coincidieron en la importancia de abordar el tema desde un análisis en profundidad, la necesidad de potenciar los cuidados paliativos  y en que la eutanasia no es una cuestión de "blanco o negro", porque lo esencial es la situación de cada paciente

La mesa, en la que estuvo muy presente el caso de la reciente muerte en Madrid de una mujer con esclerosis múltiple en fase terminal tras suministrarle supuestamente su marido una sustancia letal, estuvo moderada por el Dr. Pedro Hidalgo, presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, y tuvo como ponentes al Dr. Marcos Gómez Sancho, expresidente de la Comisión Central de Deontología; Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura; José María Gil Tamayo, exsecretario de la Conferencia Episcopal de España y obispo de Ávila; y Mª Félix Tena Aragón, presidenta de la Audiencia Provincial de Cáceres.

El Dr. Pedro Hidalgo destacó que la mesa hablaba de 'vida digna', "que termina cuando llega la muerte, porque la muerte no es digna. La muerte es muerte. Lo bueno es vivir dignamente hasta el final de los días". La atención al final de la vida no es solamente hablar de eutanasia, suicidio asistido o sedación paliativa. "Hay que tratar de llegar al final de la vida con el mejor cuidado del paciente, porque lo que da miedo realmente no es la muerte, sino sufrir", expuso.