La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que uno de cada tres países con bajos y medianos ingresos se enfrenta de igual modo a la desnutrición y a la obesidad, dos problemas cada vez más conectados por los rápidos cambios en los sistemas alimentarios, según desvela un informe publicado en la revista ‘The Lancet’
La doble lucha contra la desnutrición y la obesidad se produce sobre todo en África subsahariana, Asia meridional y Asia Oriental, así como el Pacífico. Ante esta situación, la OMS señaló la necesidad de aplicar un nuevo enfoque para reducir estos dos graves problemas.
Además, tanto la desnutrición como la obesidad se asocian con problemas de salud durante generaciones. El autor principal del informe, el doctor Francesco Branca, director del departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS, advirtió de que "estamos frente a una nueva realidad nutricional”.
“Ya no podemos caracterizar a los países como de bajos ingresos y desnutridos, o de altos ingresos y solo preocupados por la obesidad. Todas las formas de desnutrición tienen un denominador común: sistemas alimentarios que no proporcionan a todas las personas dietas saludables, seguras, asequibles y sostenibles. Cambiar esto requerirá una acción en todos los sistemas alimentarios, desde la producción y el procesamiento, pasando por el comercio y la distribución, la fijación de precios, la comercialización y el etiquetado, hasta el consumo y los desechos. Todas las políticas e inversiones relevantes deben ser radicalmente reexaminadas”.
Doble lucha
En un editorial de ‘The Lancet’ que acompaña al informe, el doctor Richard Horton, editor en jefe de la revista, afirma que "la publicación de la serie de la OMS sobre la doble carga de la desnutrición se produce después de 12 meses de artículos de esta publicación que exploran la nutrición en todas sus formas”.
Casi 2.300 millones de niños y adultos tienen sobrepeso en todo el mundo y unos 150 millones de menores retraso en el crecimiento. Sin embargo, en países de bajos y medianos ingresos, estos problemas emergentes se superponen en individuos, familias, comunidades y países.
El nuevo informe de la OMS explora las tendencias que están detrás de esta intersección, conocida como “la doble carga de la desnutrición”, así como los cambios sociales y del sistema alimentario que pueden estar provocando esta situación, su explicación biológica y sus efectos, y las medidas de política que pueden ayudar a abordar la desnutrición en todos sus aspectos.
En la población estudiada, más del 30% tenían retraso en el crecimiento, más del 20% de las mujeres tenían delgadez y más del 20% de las personas tenían sobrepeso.
Dietas de alta calidad
La Organización Mundial de la Salud recordó que las dietas de alta calidad reducen el riesgo de desnutrición en todas sus formas al promover un crecimiento, desarrollo e inmunidad saludables, y al prevenir la obesidad y las enfermedades no transmisibles (ENT) a lo largo de la vida.
Entre los componentes de las dietas saludables se encuentran las prácticas óptimas de lactancia materna en los primeros dos años; una diversidad y abundancia de frutas y verduras, granos integrales, fibra, nueces y semillas; cantidades modestas de alimentos de origen animal; cantidades mínimas de carnes procesadas y cantidades mínimas de alimentos y bebidas con alto contenido energético y cantidades adicionales de azúcar, grasas saturadas, grasas trans y sal.
Para crear los cambios sistémicos necesarios para terminar con la desnutrición en todas sus formas, los autores hacen un llamamiento a los gobiernos, la ONU, la sociedad civil, los académicos, los medios de comunicación, los donantes, el sector privado y las plataformas económicas para abordar la doble carga de la desnutrición.
"Dada la economía política de los alimentos, la mercantilización de los sistemas alimentarios y los patrones crecientes de desigualdad en todo el mundo, la nueva realidad nutricional exige una comunidad ampliada de actores que trabajen de manera interconectada a escala global", destacó el doctor Branca.
"Sin una profunda transformación del sistema alimentario, los costos económicos, sociales y ambientales de la inacción obstaculizarán el crecimiento y el desarrollo de las personas y las sociedades en las próximas décadas".
FUENTE: medicosypacientes.com