Las complicaciones relacionadas con el embarazo son la principal causa de muerte entre las niñas de 15 a 19 años a nivel mundial, según denuncia un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que alerta del alto coste que supone para las familias del tercer mundo dar una atención sanitaria adecuada a las embarazadas y madres

Debido a que las adolescentes todavía están creciendo, corren un gran riesgo de complicaciones si se quedan embarazadas. Además, sus hijos corren mayor riesgo de morir antes de cumplir los cinco años, según el informe 'Madres sanas, bebés sanos', publicado este lunes por UNICEF.

El texto constata que en comparación con las mujeres que se casan siendo adultas, las niñas forzadas a casarse tienen menos probabilidades de recibir atención médica adecuada durante el embarazo o de dar a luz en un centro de salud.

Por lo general, las niñas víctimas de matrimonio infantil, tienen que cuidar de muchos niños; a menudo, más que las mujeres que se casan siendo adultas. "Esto frustra sus propias oportunidades en la vida y aumenta la carga económica global para sus familias", denuncia UNICEF.


En Camerún, Chad y Gambia, más del 60% de las niñas de 20 a 24 años que se casaron antes de cumplir los 15 años tenían tres o más hijos, en comparación con menos del 10% de las mujeres de la misma edad que se casaron siendo adultas.

"Estamos fallando a la hora de facilitar atención de calidad a las madres más pobres y vulnerables", reconoció Fore. "Demasiadas madres continúan sufriendo sin cesar, especialmente durante el parto. Podemos detener este sufrimiento y salvar millones de vidas ofreciéndoles un par de manos cualificadas, instalaciones funcionales y una mejor calidad de la atención sanitaria antes, durante y después del embarazo", apostilló.

Alto coste de la atención materna

El informe destaca además que más de 5 millones de familias de África, Asia, América Latina y Caribe dedican cada año más del 40 por ciento de sus gastos no alimentarios de hogar en servicios de salud materna. Ello implica que millones de madres están "en riesgo debido al coste prohibitivo de la atención médica, la falta de acceso a servicios y profesionales cualificados y el matrimonio infantil", según el informe.

Casi dos tercios de estos hogares, alrededor de 3 millones, están en Asia, mientras que aproximadamente 1,9 millones están en África. Según el informe, "los costes de la atención prenatal y los servicios de parto pueden disuadir a las mujeres embarazadas de buscar atención médica, poniendo en peligro la vida de las madres y sus bebés".

"Para demasiadas familias, los costes derivados del parto pueden ser catastróficos. Si una familia no puede afrontar estos gastos, las consecuencias pueden ser fatales", explicó la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore. "Cuando las familias recortan en salud para reducir el gasto en atención sanitaria materna, tanto las madres como sus bebés, sufren", ha remachado.

El informe señala que, aunque se ha avanzado mucho en todo el mundo para mejorar el acceso de las mujeres a los servicios de maternidad, cada día más de 800 mueren por complicaciones relacionadas con el embarazo. Al menos 7.000 niños nacen muertos todos los días y la mitad de ellos estaban vivos cuando comenzó el parto. Además, 7.000 bebés fallecen durante el primer mes de vida. "La realidad es dura para las mujeres que viven en mayor situación de pobreza. En el sur de Asia, tres veces más mujeres ricas reciben cuatro o más visitas de atención prenatal, que las mujeres de familias más pobres", explica el informe.

"Cuando se trata de mujeres que dan a luz en instalaciones sanitarias, la brecha entre las más pobres y las más ricas es de más del doble en África occidental y central", señaló. Los médicos, las enfermeras y las parteras desempeñan un papel fundamental para garantizar la seguridad de las madres. Sin embargo, cada año se producen millones de nacimientos sin la asistencia de profesionales cualificados durante el parto. Según el análisis, de 2010 a 2017, la cobertura de personal de salud aumentó en muchos países. Sin embargo, esta ampliación de personal, ha sido mínima en los países más pobres donde los niveles de mortalidad materna y neonatal fueron los más altos.

Por ejemplo, de 2010 a 2017, la cobertura aumentó de 4 a 5 trabajadores de salud por cada 10.000 personas en Mozambique y de 3 a 9 en Etiopía. En Noruega, el aumento fue de 213 a 228 profesionales sanitarios por cada 10.000 habitantes durante el mismo período.

FUENTE: medicosypacientes.com