El director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), José Graciano da Silva, urge a parlamentarios de todo el mundo a situar la seguridad alimentaria y la nutrición en lo más alto de la agenda política, ya que según asegura el número total de personas que pasan hambre y de aquellas que presentan obesidad podría igualarse en pocos años. Así lo expuso en la Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Desnutrición que se celebra ayer y hoy en el Senado en Madrid
"Es fundamental que los Gobiernos de todo el mundo actúen sin demora para adaptar y mejorar los marcos legales, políticos e institucionales para acabar con el hambre y asegurar dietas nutritivas y saludables para todos”, recordó José Graziano da Silva a los casi 200 parlamentarios de 80 países de todo el mundo reunidos en la Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y Malnutrición que se celebra en Madrid. “Como responsables de la aprobación de leyes y de la revisión de los presupuestos, pueden jugar un papel fundamental en la promoción de la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición en sus respectivos países”, añadió.
“Esta cumbre representa una oportunidad para afrontar este auténtico desafío planetario desde un enfoque multilateral, el único prisma efectivo desde el que identificar soluciones, como bien ha dicho el Director General de la FAO, y poner en marcha las medidas y la legislación necesarias en sus respectivos países para lograr el objetivo Hambre Cero en 2030”, afirmó el Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
“Y para situar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el centro de todas las políticas y las prioridades públicas, de situar este debate en una posición central y de dar respuesta a las necesidades de la sociedad tomando como referencia los valores universales que a todos nos unen”, añadió.
Hace tres años, destacó el Director General de la FAO, al aprobar la Agenda 2030 los líderes mundiales definieron la erradicación del hambre y de todas las formas de malnutrición (el llamado concepto Hambre Cero) como condición imprescindible para un mundo más justo y más pacífico.
“Paradójicamente, desde entonces el hambre no ha parado de crecer”, enfatizó Graziano da Silva. Según los últimos datos de la FAO y de otras agencias de la ONU, 821 millones de personas –el 11 por ciento de la población mundial- pasa hambre. Simultáneamente, han aumentado también otras formas de malnutrición y hay ya 2.000 millones de adultos con sobrepeso, de los cuales 672 son obesos.
La globalización de la obesidad
“Si no encontramos formas concretas para detener ese aumento constante, el número de obesos pronto será tan alto como el de personas que pasa hambre”, afirmó el Director General de la FAO. “Tenemos que lograr sistemas alimentarios que proporcionen alimentos saludables y nutritivos accesibles para todos”, añadió destacando que la obesidad debe ser tratada como un asunto público, y no exclusivamente como un problema individual de las personas.
“No podemos culpar solamente a la madre y a la familia si un niño es obeso”, dijo. El problema se da tanto en países desarrollados como en países en desarrollo, incluso allí donde hay hambre. Un fenómeno al que Graziano da Silva se refirió como “globalización de la obesidad” recordando que “8 de los 20 países en los que aumenta de forma más rápida están en África”.
El motivo principal tras este alarmante aumento, explicó, es que los sistemas alimentarios actuales no suministran dietas saludables y que, en todo el mundo, las personas consumen cada vez más alimentos industriales altamente procesados, con pocos nutrientes y alto contenido en grasas saturadas, azúcar, sal y aditivos químicos. Otro de los impulsores es que este tipo de alimentación es que es más barata y fácil de preparar que los alimentos frescos, especialmente en zonas urbanas.
“Desafortunadamente, la comida procesada también es más conveniente para el comercio internacional. Eso afecta en gran medida a las poblaciones de países que importan la mayor parte de sus alimentos, como las islas del Pacífico y del Caribe”, explicó Graziano da Silva. “Hay ejemplos de países como México y Vietnam, que registraron un aumento del consumo de alimentos y bebidas importadas no saludables en el marco de acuerdos de libre comercio”, añadió.
Como responsables del bienestar de sus ciudadanos, que incluye el derecho a una alimentación adecuada, los Estados deben empoderar, alentar y educar a las personas para que adopten dietas saludables y aprobar legislación específica parar mejorar la nutrición, afirmó Graziano da Silva.
Impulso de los parlamentos a la transformación de los sistemas alimentarios
El Director General de la FAO destacó que existen “excelentes ejemplos recientes” de acción parlamentaria en ese sentido: Canadá, por ejemplo, ha prohibido el uso de algunos tipos de grasas artificiales en la producción de alimentos y Argentina va por ese mismo camino. Chile también aprobó una ley para garantizar un etiquetado más completo y más comprensible para el consumidor, sobre todo para los niños.
Graziano da Silva presentó la publicación “El desafío de la nutrición’, en la cual la FAO y la OMS presentan una serie de medidas que los parlamentarios pueden tomar como ejemplo para transformar los sistemas alimentarios, desde la producción de alimentos a su consumo final.
Es fundamental, por ejemplo, promover políticas para diversificar la producción y facilitar el consumo de alimentos frescos producidos localmente por la agricultura familiar.
También es importante introducir la educación nutricional en los programas académicos y regular la publicidad dirigida a los niños.
“A pesar de los recientes retrocesos, un mundo sin hambre y malnutrición todavía está al alcance, pero debemos actuar con rapidez y decisivamente. Es nuestra responsabilidad común impulsar la voluntad política que nos permita garantizar que todos pueden alimentarse con dignidad. El Hambre Cero para 2030 todavía es posible si todos trabajamos juntos”, concluyó el Director General de la FAO.
Sánchez, seguro del "papel estratégico que jugarán las mujeres" en la erradicación del hambre
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que también participó en la inauguración de la Cumbre, destacó la importancia de las mujeres en la lucha contra el hambre.
Según Sánchez, solo con promover su acceso a la titularidad de la tierra se podrían reducir en hasta 150 millones el número de personas malnutridas en todo el mundo.
Solo este dato "debería convencernos del papel estratégico que jugarán en la lucha contra la desnutrición global si les damos las herramientas necesarias", agregó.
A su juicio, éste será "el siglo de las mujeres" de cara a conseguir el Objetivo de Desarrollo Sostenible número dos (Hambre 0) en 2030.
El presidente del Gobierno subrayó que "cuando acabe el día de hoy, 7.000 niños habrán muerto a causa del hambre; mañana serán 14.000, y dentro de un año 2.600.000 niños habrán fallecido por causas relacionadas con la manutrición". Recordó además que uno de cada cuatro niños y uno de cada tres, en algunos países, tienen malnutrición crónica, por lo que "sus vidas estarán marcadas en el futuro". "Serán más propensos a desarrollar enfermedades crónicas, muchos de ellos no irán a la escuela, presentarán un menor desarrollo y, en general, se verán abocados al círculo vicioso de la pobreza".
"Todo esto resulta aún más difícil de entender cuando sabemos que una gestión adecuada de la agricultura proporcionaría alimentos nutritivos a todos los habitantes del planeta", recalcó.
De ahí la importancia de la Agenda 2030, que "supone una nueva forma de trabajar", y de las alianzas o frentes parlamentarios como las que esta Cumbre promueve, concluyó Sánchez.
FUENTE: medicosypacientes.com