Más 100.000 ictus se producen cada año en España, cada seis minutos uno, siendo la primera causa de mortalidad en mujeres y personas con discapacidad y segunda causa en hombres; además es más frecuente y doble de mortal en pacientes que padecen una fibrilación auricular, según expertos de Atención Primaria congregados en una Jornada organizada por la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) donde abogaron por los programas de cribado como una estrategia de prevención y detección de esta enfermedad

La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más frecuente en la práctica clínica, una enfermedad que se caracteriza por latidos auriculares descoordinados y desorganizados, produciendo un ritmo cardíaco rápido e irregular. Uno de cada cuatro ictus que se producen en España se debe a esta enfermedad, que padecen un millón de personas y que tiene una alta prevalencia de infradiagnóstico debido a su ausencia de síntomas. 
 
Estos temas fueron abordados durante la Jornada "Anticoagulantes Orales y Fibrilación Auricular no Valvular en Atención Primaria", un encuentro científico organizado por la Fundación para la Formación de la OMC (FFOMC) donde expertos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) presentaron el "Estudio Escondida" y analizaron la situación actual del ictus en España y principales estrategias de prevención en estos pacientes.


El Dr. José Ramón repullo, director técnico de la FFOMC, fue el encargado de inaugurar la Jornada donde se presentó el estudio para la caracterización e identificación de pacientes con fibrilación auricular no valvular que actualmente no reciben anticoagulación oral, un tema, a su juicio, "poco conocido en España" y que supone "un problema de salud de incidencia creciente". Tal y como expuso, esta Jornada permite "enriquecer el debate de cómo mejorar el tratamiento de nuestros pacientes".
 
Moderada por el Dr. José Mª Lobos Bejarano, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria en el Centro de Salud Jazmín, la mesa contó con la participación del Dr. Diego Vargas Ortega, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria, Unidad de Hospitalización del Hospital de Alta Resolución el Toyo, Almería, quien abordó la situación del ictus en España y el Dr. José Polo García, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria, Centro de Salud Casar de Cáceres quien presentó los resultados del Estudio. Finalmente el Dr. Lobos analizó las enseñanzas y aportaciones de este Estudio y el marco de mejora.
 
Tal y como señalaron los expertos aproximadamente 100.000 pacientes presentan un ictus en España cada año.  De los cuales el 20% viven menos de 6 meses, el 30% presentan grandes secuelas y donde un 25% presenta un cuadro asintomático.  En este último es para los expertos donde reside la magnitud del problema. La Fibrilación Auricular es una enfermedad que no presenta síntomas pero que padecerla aumenta el riesgo de sufrir un ictus, concretamente supone uno de cada 4 ictus (30.000 al año). Además presenta el doble de mortalidad respecto al resto de ictus, requiere un mayor tiempo de hospitalización y necesidad de rehabilitación, y duplica la discapacidad asociada y la demencia respecto a otros ictus.
 
En la fibrilación auricular no-valvular (FANV) con riesgo tromboembólico asociado, las Guías Clínicas recomiendan inequívocamente la anticoagulación oral indefinida, orientada al primer objetivo terapéutico en estos pacientes, que es la prevención del ictus y otras embolias sistémicas. Sin embargo, no todos los pacientes la reciben debido a múltiples factores, relacionados a menudo con el entorno asistencial, el médico, el propio paciente, así como el tipo de tratamiento disponible.
 
Con la excepción de los pacientes en los que el riesgo de la anticoagulación sea mayor que el beneficio esperado (por ejemplo, aquellos con riesgo hemorrágico alto y bajo riesgo embólico), la anticoagulación oral está generalmente indicada en la FA no valvular. El beneficio de la anticoagulación se ha documentado -frente al no tratamiento- en una reducción del riesgo relativo de ictus de un 67%. La antiagregación hoy día tampoco es una opción, ya que aporta un mínimo beneficio que se ve sobrepasado por el riesgo de sangrado.
 
Los anticoagulantes orales clásicos tipo antivitamina K (AVK) son eficaces en términos de reducción de embolismo, pero presentan algunos problemas que pueden estar relacionados con su ausencia de utilización en algunos casos, como es la necesidad de una monitorización cercana de la intensidad de la anticoagulación (INR), múltiples interacciones farmacológicas, con alimentos o productos de herbolario, y sobre todo, la variabilidad de dosis requerida tanto inter-individual como en el propio paciente a lo largo del tiempo. Estos factores sin duda contribuyen a que, en nuestro medio, en torno al 40% de los pacientes con AVK no alcancen un rango de control adecuado.
 
La llegada hace unos años de los anticoagulantes orales de acción directa (ACODs), que elimina muchos de los problemas de los AVK, puede permitir que más pacientes tengan acceso a un tratamiento que de otro modo se habría desestimado, además de ser una alternativa contrastada para aquellos pacientes con mal control del INR. Los ACODs han demostrado en los ensayos clínicos pivotales, en múltiples meta-análisis y en amplios registros de pacientes del “mundo real” en cientos de miles de pacientes, ser más seguros que los AVK (en términos de reducción de hemorragias graves, incluida la intracraneal) y tan eficaces o más que estos, con una mayor simplicidad de uso.

FUENTE: medicosypacientes.com