Este miércoles se celebra el Día Internacional de la Mujer, una fecha que sirve para reivindicar la igualdad de género y los mismos derechos que los hombres. A este propósito han colaborado mujeres como la Dra. María Castellano, pionera en la Medicina Legal y Forense y en la lucha contra la violencia machista, que reconoce que todavía hoy, a pesar de que las cosas han ido a mejor, en muchos casos, se sigue echando en falta la presencia de las mujeres en órganos de dirección.
Jienense de nacimiento, fue la primera mujer que obtuvo una cátedra de Medicina en España (1980) con sólo 32 años. “Es esa época en los departamentos de Medicina no había muchas mujeres y las que trabajaban no habían llegado a estar presentes en los foros más relevantes. Ya había algunas profesionales en el ámbito de la Medicina, Ciencias de la Salud y Derecho. La feminización ha ido paralela en la Medicina, la Administración de Justicia y la docencia, pero realmente en la primera línea éramos muy pocas”, asegura. Además, fue la segunda mujer que ocupó el sillón de académica del Número de la Real Academia Nacional de Medicina (2012).
La Dra. Castellano es una referencia en Medicina Legal, terreno en el que la Deontología está muy presente. En este ámbito también ha sido pionera al ser la primera mujer miembro de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC). “Desde los años 70 he estado muy unida a esta rama, cuando formé parte de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Granada, posteriormente pasé 17 años en la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Zaragoza, después volví a Granada y luego he desarrollado esta labor en la Comisión Central de Deontología”. En este punto, la Dra. Castellano comenta que “la Deontología ha sido núcleo duro para los que nos hemos dedicado a la Medicina Legal, donde ya sí se empieza a percibir la presencia de mujeres”.
En la actualidad, el porcentaje de mujeres que está presente en la profesión médica ronda el 50%, sin embargo, no sucede así en las cúpulas directivas. Según reconoce la Dra. Castellano, “lo deseable hubiera sido que esas mujeres que fuimos penetrando en puestos de responsabilidad hubiéramos llegado a órganos de dirección que todavía siguen adoleciendo de una mayor presencia de mujeres”.
A pesar de la evolución de la sociedad, “estar presente en órganos de dirección exige un tiempo que las mujeres todavía no tienen, aunque pueda parecer que no es así y que con el paso del tiempo los hombres colaboran más en las tareas domésticas, lo cierto es que lo hacen con un compromiso moral menos intenso que el que tiene la mujer”, expone.
A su juicio, “la mujer no se marca como meta acceder a los puestos directivos porque sabe el compromiso de tiempo que supondría. En este punto, surge la libertad y las prioridades de la propia mujer que renuncia a objetivos profesionales en favor de los familiares”, asegura.
La Dra. Castellano recuerda que “para abarcar el ámbito familiar y personal tuve que renunciar al terreno social y actividades de ocio compartido con amigos. Mis hijos sabían que si no estaba con ellos era porque estaba trabajando. Hoy en día sigue siendo muy complicado”.
En 1997 volvió a Granada para seguir con sus trabajos en violencia familiar, creó la ‘Unidad de valoración Médico-Forense de violencia familiar’, que apoyada en un proyecto de investigación le permitió explorar a las familias en las que la mujer había puesto denuncia por maltrato. Desde entonces defendía que era necesario valorar a la mujer y a su situación de daño psicofísico, pero que también era imprescindible explorar al agresor para conocer sus patologías, sus actitudes hacia la mujer y el conflicto familiar, esta era la mejor forma de evaluar el riesgo que este hombre representaba para la integridad y la vida de la mujer. La Dra. Castellano considera que “a las mujeres hay que ayudarlas, protegerlas, impulsarlas a que retomen su trayectoria, pero también hay que estudiar al agresor”.
Así, visitó más de doscientas familias de Jaén, Granada y Málaga, aportando en los juicios orales el informe que proporcionaba al Juez datos para tomar las mejores medidas de protección de la mujer, de curación/castigo para el hombre y, también para los hijos.
Pese a que se ha tenido que mover en unos terrenos de clara presencia masculina, la Dra. Castellano reconoce no haberse sentido discriminada por ser mujer y señala que en sus maestros encontró apoyo para alcanzar sus proyectos. “Ahora solo percibo respeto y cariño”, concluye.
Fuente: medicosypacientes.com