La necesidad de realizar sedación paliativa ha sido y sigue siendo objeto de controversia, tanto en sus aspectos clínicos, éticos y legales, como religiosos. Según expuso el Dr. Jacinto, Bátiz, director del Instituto para Cuidar Mejor de Hospital San Juan de Dios de Santurtzi, es una “buena práctica médica” cuando está indicada clínicamente y autorizada por el paciente, en el marco del IX Congreso Nacional de Ética y Deontología Médica, organizado por el Col·legi Oficial de Metges de les Illes Balears (Comib).

La mesa estuvo moderada por la Dra. Sandra Ferrer, presidenta de la Comisión de Deontología del Comib y vocal de la Comisión de Ética y Deontología Médica de la OMC, y la Dra. María Belén González, oncóloga paliativista y vocal de la Comisión de Deontología Médica del Comib. Además del Dr. Bátiz intervinieron el Dr. Enric Benito, director del Máster de Espiritualidad en Clínica de la Universidad Ramon Llull de Barcelona; y el Dr. Miguel Ángel Cuervo, médico de cuidados paliativos del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz.

El Dr. Bátiz señaló que “la frontera entre lo que es una sedación paliativa en la agonía y la eutanasia activa se encuentra en los fines primarios de una y otra. En la sedación se busca conseguir, con la dosis mínima necesaria de fármacos, un nivel de consciencia en el que el paciente no sufra, ni física, ni emocional, ni espiritualmente, aunque de forma indirecta pudiera acortar la vida.  En la eutanasia se busca deliberadamente la muerte anticipada tras la administración de fármacos a dosis letales para terminar con el sufrimiento del paciente. Como se puede ver, la sedación paliativa no tiene nada que ver con la eutanasia. La diferencia en la intencionalidad, el proceso y el resultado de una y otra es clara si se observa desde la Ética y la Deontología Médica. Con la sedación se elimina el sufrimiento de la persona y con la eutanasia se elimina a la persona que sufre”. Además, recordó que “si la sedación está indicada y el médico se negara a realizarla, el enfermo sí la podría exigir como un derecho”.

El Dr. Benito explicó que dejó la Oncología para dedicarse a los cuidados paliativos cuando no había ningún tipo de formación en este campo. Destacó que “no controlamos es el sufrimiento. Los cuerpos duelen, las personas sufren. El dolor es físico, orgánico, se puede controlar, pero el sufrimiento es existencial y es el que tratamos de abordar desde los cuidados paliativos, pero ningún otro ámbito de la Medicina lo tiene en cuenta. ¿Qué es el miedo, la incertidumbre, la angustia, la rabia, la tristeza, la ansiedad…? De esto no se sabe nada”.

A su juicio “hay eutanasia porque no se ha sabido abordar el sufrimiento, porque es algo subjetivo, intangible y lo que no es objetivable no se puede medir. El sufrimiento es el rechazo a la aceptación del presente. El dolor es controlable, el sufrimiento es opcional. Es fácil de decir, pero difícil de aceptar.  Acompañar en el proceso de morir es una escuela de vida impresionante. Hemos descubierto cosas que no se estudian en Medicina”.

Por último, el Dr. Cuervo comentó que en este tipo de escenarios “el paciente lo que busca es sufrir lo menos posible y el objetivo del médico es tratar de reducir el sufrimiento evitable” e hizo hincapié en que “la mayor parte de peticiones de eutanasia se da por una pérdida de la dignidad y una vez que actuamos sobre las fuentes de sufrimiento detectadas, en la mayoría de los casos el discurso de los pacientes cambia”.

FUENTE: www.medicosypacientes.com