Más de 100 millones de personas están expuestas cada día en Europa a niveles de ruido que perjudican seriamente su salud. La alarmante cifra, recogida en un informe sobre contaminación acústica ambiental de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), supone que una de cada cinco personas sufre diariamente la contaminación acústica. Una pandemia nada silenciosa que ha provocado que el ruido sea ya el segundo factor de estrés ambiental más dañino en Europa, detrás de la contaminación del aire por partículas finas.

Pese al breve paréntesis que supuso el confinamiento del mes de marzo de 2020, momento en el que el silencio volvió a unas calles prácticamente vacías durante semanas, las perspectivas no son halagüeñas. Las cifras aumentarán en la próxima década tanto en zonas urbanas como rurales debido al crecimiento de las ciudades y la demanda de movilidad.
 
Las consecuencias de la contaminación acústica ya se sufren actualmente: en España, cada año, la contaminación acústica provoca más de 1.000 muertes prematuras y 4.000 hospitalizaciones derivadas, además de las más de 2 millones de personas que sufren problemas relacionadas con el descanso nocturno. Entre la población más afectada se encuentran grupos vulnerables, como ancianos, embarazadas, personas de bajos recursos y aquellas con enfermedades previas, pero también los más jóvenes.


En su informe World Report on Hearing, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que, actualmente, más de 1 billón de jóvenes están en riesgo de padecer pérdida auditiva.
 
Consecuencias del entorno laboral y de los malos hábitos de escucha
 
La Agencia Europea de Salud y Seguridad en el Trabajo (EU-OSHA) asegura que entre un 25% y un 33% de los trabajadores están expuestos a ruidos excesivos durante al menos una cuarta parte de su jornada
laboral. Una exposición prolongada que aumenta considerablemente las probabilidades de padecer pérdida auditiva. Y es que tan solo una intensidad de ruido de más de 80dB durante 40 horas a la semana  ya es suficiente para provocar daños auditivos.
 
Más allá de las consecuencias del ruido a nivel auditivo, la propia OMS advierte de que la exposición excesiva al ruido contribuye a 48.000 nuevos casos de enfermedades cardíacas e incrementa el riesgo de padecer insomnio, cambios de humor y otras deficiencias cognitivas. Sin embargo, este no es el único factor de riesgo que daña la capacidad auditiva durante la jornada de trabajo. El uso de auriculares y otros dispositivos de escucha se ha incrementado en el último año especialmente en el ámbito laboral debido a la generalización del trabajo a distancia y las dificultades para realizar reuniones presenciales. Bien sea con fines profesionales o de ocio, el rango de intensidad medio en el uso de auriculares se encuentra entre 75dB y 105dB, a pesar de que una exposición continuada en el tiempo de 80dB ya es suficiente para causar daños en el oído.

FUENTE: medicosypacientes.com