El Dr. Vicente Matas, representante nacional de Atención Primaria Urbana, explica en esta entrevista de balence de un año marcado por la COVID19 que “es fundamental que en Atención Primaria exista un presupuesto finalista suficiente y es urgente que se dedique, lo antes posible, más del 20% del presupuesto sanitario público, como se hacía en los años ochenta”.
¿Cómo ha vivido la pandemia como ciudadano y como médico?
Con mucha preocupación y tomando todas las medidas preventivas posibles, en la primera ola cuando faltaba material de todo tipo, tratando de apoyar a los compañeros, buscando material de protección, colaborando con los grupos de ciudadanos voluntarios que hicieron una gran labor confeccionando mascarillas, pantallas protectoras, batas de plástico, protectores de orejas para las mascarillas, patucos… y todo lo que se podía hacer. El mercado quedó desabastecido y los sanitarios, entre ellos los médicos, se enfrentaban a la pandemia en condiciones muy precarias, con muy poco material, mucho confeccionado por estos voluntarios a los que se ayudaba con donaciones de material, recogiéndolo de sus domicilios en los que estaban confinados y haciéndolo llegar a los centros.
También comunicando las deficiencias en los diferentes centros, colaborando en lo posible con la administración y los servicios de salud laboral, difundiendo los diferentes protocolos, cambiantes casi a diario. Haciendo un seguimiento y resumen de los datos disponibles del Ministerio mediante informes diarios, con difusión a los medios para que llegará a la población en general y a los sanitarios, incluidos médicos, en particular. La información de la evolución de datos claves es fundamental, el problema fue que los datos en demasiadas ocasiones presentaban grandes incongruencias, no eran homogéneos, cambiaron los criterios en demasiadas ocasiones y finalmente tuve que dejar de realizar los informes al no confiar en los datos que se publicaban.
Los datos a nivel internacional, central (Ministerio, Instituto Carlos III) y a nivel de CCAA presentaban importantes discrepancias, había una importante falta de homogeneidad en los criterios sobre infectados, enfermos, hospitalizados, altas, fallecimientos… discrepancias que por desgracia aún las podemos ver a diario, especialmente en los últimos días lo hemos visto con los datos sobre fallecidos, que al fin y al cabo son personas y no meros números, en los datos del Ministerio faltan una tercera parte de los fallecidos que reconoce el INE y el Centro Nacional de Epidemiología (ISCIII) mediante la vigilancia del exceso de la Mortalidad por todas las causas MoMo.
En la segunda ola se ha dispuesto de material de protección, pero ha sido necesario también vigilar y en muchas ocasiones exigir que llegue a todos los centros con la periodicidad necesaria y el adecuado para las situaciones a las que debían hacer frente los médicos, por ejemplo, la distribución de mascarilla FFP2, en ocasiones no tenían la periodicidad necesaria o no llegaban a todos los médicos que las necesitaban para las actividades de riesgo que tenían que asumir.
¿Qué lecciones ha sacado del funcionamiento del sistema sanitario durante este año?
La primera lección es que el Sistema Sanitario estaba en una situación muy precaria por los drásticos recortes que sufrió en la anterior crisis, en especial Atención Primaria con falta de presupuesto, plantilla, mucha precariedad laboral, sobrecarga de trabajo, falta de tiempo para una atención de calidad a los pacientes….
Según los datos del informe del Ministerio “Estadística de Gasto Sanitario Público” en el año 2018, se invertía (en Sanidad y Educación se debería hablar de inversión y no de gasto) poco más que en 2009 (71.145 frente 70.579 millones de euros) en cifras absolutas y mucho menos en porcentaje sobre el PIB (5,9% frente al 6,5%), pero Atención Primaria y Salud Pública, que son fundamentales para hacer frente a una pandemia, los recortes aún nos e habían revertidos y estaban muy presentes, veamos: En Atención Primaria se invertían 388 millones de euros menos (el 3,6%) que en 2009 (10.387 frente a 10.775) y en Salud Pública es aún peor, pues se invertían 359 millones de euros menos (el 31%) que en 2009 (799 frente a 1.158).
Atención Primaria soluciona más del 80% de las necesidades sanitarias de los ciudadanos y esto no puede seguir haciéndolo con un escaso 14% del presupuesto sanitario público al que se ha llegado con los recortes.
Esto sumado a unas plantillas escasas, envejecidas y con un alto porcentaje de temporalidad hizo que fueran los profesionales, entre ellos muy especialmente los miles de médicos de familia y pediatras que trabajan en AP, los que tuvieron, con su esfuerzo y a costa de su salud, que sacar adelante la asistencia sanitaria de los ciudadanos en una terrible pandemia y sin apenas reconocimiento, pues en los medios y en los datos que facilitaba el Ministerio, en la práctica solo se hablaba de hospitalizaciones y UCI, que evidentemente son fundamentales pero que no se tuvo en cuenta los cientos de miles de pacientes atendidos y controlados en AP.
Conviene ahora recordar, que hasta ahora son al menos 78 médicos en activo los que han perdido la vida por covid19 de ellos la mitad aproximadamente de Atención Primaria.
¿Qué medidas consideran más urgentes a implementar tras este año?
Es fundamental que en Atención Primaria exista un presupuesto finalista suficiente, es urgente que se dedique, lo antes posible, más del 20% del presupuesto sanitario público, como se hacía en los años ochenta, además a medio plazo se debe llegar al 25%. Esto posibilitará que las plantillas sean suficientes, que los medios sean los adecuados, la tecnología debe potenciarse para permitir que las consultas telemáticas cumplan con todas las exigencias legales y esté garantizada la identificación y privacidad del paciente. Es prioritario dar estabilidad a los médicos de AP, la longitudinalidad es un requisito que ahora con tanta temporalidad no está garantizada en muchos casos.
¿Cómo afecta la teleasistencia a la relación médico-paciente?
La teleasistencia debe utilizarse con las garantías adecuadas para que la relación médico-paciente se vea perjudicada. Los medios técnicos deben mejorar en todos los centros, deben permitir el teletrabajo en determinadas ocasiones y de nuevo debe acabarse con la temporalidad que afecta a más del 40% de los médicos, pues para una mejor asistencia no presencial es fundamental que el médico conozca a sus pacientes y estos a su médico, esto da confianza tanto al médico como al paciente y la teleasistencia puede convertirse en una buena herramienta para determinadas actuaciones que complementan la consulta presencial, facilitan la labor al médico y evitan exposiciones innecesarias en determinadas situaciones.
¿Echan de menos que los profesionales estén más presentes en la toma de decisiones?
Desde luego, no se ha tenido en cuenta la opinión de los profesionales en casi ninguna ocasión, llevamos años y años advirtiendo de las carencias en AP, advirtiendo de los drásticos recortes sufridos y que no se ha revertido, de la necesidad de más presupuesto, más plantilla, más medios materiales y de protección… sin resultados. Durante la pandemia se ha echado de menos, en demasiadas ocasiones, criterios de expertos, criterios científicos en definitiva criterios profesionales y no políticos. Aparte del tema de las mascarillas, las concentraciones, test… un buen ejemplo es el criterio erróneo a la hora de registrar los fallecimientos por covid, que está causando que un tercio de los fallecidos no aparecen en las estadísticas del Ministerio y ahora podemos comprobarlos con los datos del INE.
¿Qué papel ha jugado la Atención Primaria durante la pandemia?
El papel ha sido fundamental, aunque no se le ha dado la importancia que merece, tanto por parte de las administraciones como por parte de los medios de comunicación. Sin los medios adecuados, ni la protección necesaria sobre todo en la primera ola, la inmensa mayoría de los infectados por covid han sido diagnosticados, tratados y seguidos desde Atención Primaria sin los apoyos y refuerzos necesarios. Ahora cuando llega la vacuna, será igualmente en Atención Primaria donde se haga el inmenso trabajo de inmunizar a la mayoría de la población.
Una Atención Primaria bien dotada, evita que lleguen a los hospitales y las urgencias de los hospitales, pacientes con síntomas menores que pueden ser diagnosticados, tratados y controlados en sus domicilios, evitando mayores gastos y riesgos innecesarios.
¿Qué cambios estructurales se necesitan para mejorar el funcionamiento del sistema?
Todo pasa por un importante incremento de presupuesto que implique un aumento de plantilla con un porcentaje mínimo de temporalidad. Se necesitan inversión para renovar muchos centros de salud y consultorios, mejorar las comunicaciones y las conexiones a internet sobre todo en el medio rural. Todo redundaría en un incremento del tiempo que los médicos pueden dedicar a cada paciente, tiempo para poder realizar consultas domiciliarias. Con médicos sin contratos temporales mejoraría mucho la relación médico-paciente y las consultas no presenciales serían mucho más agiles y con la necesaria confianza y seguridad para el paciente y el médico en las ocasiones y para los temas en los que no es necesaria la consulta presencial, evitando exposiciones del médico y el paciente a posibles contagios.
Es necesario disminuir la burocracia, demasiados temas administrativos llegan a la consulta del médico, demasiadas necesidades de carácter social que llegan a la consulta del médico deben solucionarse en otros ámbitos y por otros profesionales.
FUENTE: medicosypacientes.com