La Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) ha concedido sus premios 'Jesús Galán 2020" a los mejores expedientes de huérfanos protegidos por la institución, dotados por 5.600€ cada uno. En esta ocasión, las galardonadas son la Dra. Victoria Lobo, graduada en Medicina, y Teresa Irigoyen, graduada en Ingeniería Mecánica y Aeroespacial.

La Dra. Victoria Lobo, con 27 años, ha sido premiada en la categoría al mejor expediente en Medicina, con 5 matrículas de honor a lo largo de su carrera. Perteneciente al Colegio de Médicos de Asturias, es beneficiaria de la Fundación para la Protección Social de la OMC desde los 24 años cuando su padre, médico, falleció y de la que ha recibido tres becas para los estudios de medicina y la ayuda para la solicitud del título.

En la categoría de mejor expediente académico de un huérfano/a licenciado/a de otra carrera superior, la premiada ha sido, Teresa Irigoyen, con 25 años, grado en Ingeniería Mecánica y Aeroespacial con 28 matrículas de honor. Esta licenciada pertenece al Colegio de Médicos de Toledo y ha estado protegida por la Fundación desde los 23 años. Entró en la Fundación como Huérfana, cuando falleció su padre, y ha tenido la ayuda de la Fundación con una beca para máster y la ayuda para la solicitud del título.

Los aspectos éticos y deontológicos de la pandemia de Covid-19, así como la situación epidemiológica de cada país, fueron abordados durante una reunión plenaria del Consejo Europeo de Órdenes Médicas (CEOM), que fue celebrada por videoconferencia y que contó con la participación de una representación del Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM).

Este encuentro telemático, cuya celebración estaba prevista en la ciudad Salónica, en Grecia, contó con la delegación española encabezada por el Dr. José María Rodríguez Vicente, secretario general del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), y el Dr. José Ramón Huerta, coordinador del Área Internacional del CGCOM.

En su reunión de primavera, que fue suspendida a causa de la pandemia, y que tenía como sede San Remo, Italia, tenían previsto celebrar las elecciones para la renovación de la junta directiva del CEOM que se han pospuesto.

Un estudio liderado por investigadores del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y publicado en la revista British Medical Journal estima que la letalidad de la infección por SARS-CoV-2 en población no institucionalizada en España se sitúa entre un 0.8% y un 1.1%.

El trabajo, realizado a partir de los datos aportados por el Estudio Nacional de Seroepidemiología ENE-COVID, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) y el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), estima que la letalidad de la infección -la proporción de muertes entre las personas infectadas- durante la primera onda epidémica es mayor entre hombres que entre mujeres, y asciende significativamente a partir de los 50 años, situándose entre el 12% y el 16% en los varones mayores de 80 años.

Para realizar este estudio se ha contado con la información aportada por los más de 61.000 participantes en las tres primeras rondas del estudio ENE-COVID, que permiten estimar el número de personas infectadas en nuestro país, y con las cifras de fallecidos obtenidas combinando los datos de la RENAVE y el exceso de muertes estimado por el MoMO. Los datos de la RENAVE ofrecen información sobre las defunciones entre los casos de COVID-19 diagnosticados y notificados por las comunidades autónomas. Por otra parte, el MoMo proporciona información del exceso de muertes durante la pandemia, sin poder distinguir cuáles están causadas directamente por el nuevo virus y cuáles son consecuencia de otros factores asociados o no a la situación sufrida durante la pandemia.

España invierte poco más de 300 euros por habitante a investigación y desarrollo, menos de la mitad que la media de países europeos al destinar sólo un 1,14% de su Producto Interior Bruto (PIB) a I+D, según los datos publicados este viernes por Eurostat. Se coloca así en el decimo octavo puesto por detrás de países como Polonia o Grecia.

Los países de la Unión Europea dedican el 2,19% de su PIB a lo que se conoce como I+D, mientras que España se encuentra un punto por debajo, casi a la mitad. El año pasado, todos los países europeos juntos destinaron 306.335 millones de euros a investigación, de los que España aportó sólo 14.229 millones.
 
Por tanto, la contribución de España a la investigación europea representa un 4,6%, mientras que países como Alemania aportan más de una tercera parte (36%) de toda la inversión en I+D, seguida de Francia -que dedica más de 50.000 millones de euros- o Italia.

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