El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos ha reconocido la labor del Cuerpo Militar de Sanidad con la condición de Colegiado de Honor Nacional con emblema de oro, un galardón que se entregará los próximos 16 y 17 de noviembre durante la próxima Convención de la Profesión Médica

La distinción fue aprobada por la Asamblea General del CGCOM a propuesta del Dr. Tomás Cobo, vicepresidente primero de la corporación, quién realizó un recorrido histórico por el origen de la Sanidad Militar desde el siglo XVIII hasta nuestros días, para poner de relieve el trabajo, labor y misión de este cuerpo y su aportación a la sociedad alrededor del mundo durante siglos.

Antes de comenzar su intervención, el vicepresidente primero del CGCOM quiso resaltar la extraordinaria labor de este grupo de profesionales e incidió en la importancia de hacer "más visibles las acciones que la Sanidad Militar lleva a cabo en la población civil". Además, destacó que los militares están muy avanzados en telemedicina y en bioterrorismo y, por ello, dijo que “es preciso que tengamos un contacto más directo, que aprendamos de ellos y que la gente conozca lo que hacen” - subrayó.

La Sanidad Militar ligada a la historia de la Medicina española

El Dr. Cobo comenzó su exposición aludiendo al memorial que el Dr. Pedro Virgili elevó al Rey Fernando VI en 1747, en el que le indicaba la falta de cirujanos en la Armada y como ésta aumentaba el número de muertos en el ejército. El resultado de esta demanda fue que al año siguiente se fundó en Cádiz el Real Colegio de Cirujanos de la Armada, origen de los otros Colegios de Cirugía que se fueron creando por toda España a partir de ese momento.

Años después, en 1780, Antonio Gimbernat y Mariano Ribas, discípulos de Virgili en Cádiz, fundaron el Real Colegio de San Carlos en Madrid, donde también se formaban cirujanos civiles.

Pero si hubo una fecha destacada para la Sanidad Militar – según expuso el Dr. Cobo - fue junio de 1802, año en el que el Ayuntamiento de Santa Fe de Bogotá solicitó la intercesión del rey de España, Carlos IV, para erradicar la epidemia de viruelas que amenazaba la ciudad. Con este motivo, el rey Carlos IV, que había perdido un hijo a causa de la viruela, ordenó a Francisco Javier Balmis (1753-1812), un médico militar español y cirujano honorario de la corte, organizar la misión sanitaria, la primera en gran escala, que partió de A Coruña en la corbeta “María Pita” el 30 de septiembre de 1803.

La Real Expedición Humanitaria la integraron diez médicos y veintidós niños del Hospicio de La Coruña, acompañados de Isabel López directora del instituto. El Dr. Cobo explicó que considerando que para la época no existían medios de conservación, los niños se utilizaron como transportadores a los cuales se realizaba una pequeña incisión en los brazos con una lanceta (bisturí), colocándose el virus sanador. El método utilizado fue “el de brazo a brazo realizado cada diez días para mantener en forma activa el virus” – dijo.

En 1836 se publicó el “Decreto Orgánico del Cuerpo de Sanidad Militar”, donde aparece por primera vez la denominación como tal.  Este texto divide esta organización en tres Facultades: Médicos, Cirujanos y Farmacéuticos, estableciendo los Grados, Asimilaciones y estudio de Uniformes y Divisas.

Grandes referentes de la Sanidad Militar: Ramón y Cajal, Gómez Ulla, Pagès y Jordà

Ramón y Cajal, Gómez Ulla, Fidel Pages o Durán Jordá, son algunos de los grandes referentes de la Medicina española y mundial relacionados con la Sanidad militar a los que el Dr. Tomás Cobo hizo mención durante su exposición para explicar la importancia y excelencia de este cuerpo.

El vicepresidente de la OMC comenzó haciendo mención al premio Nobel de Medicina, Dr. Ramón y Cajal, quién formó parte de este colectivo cuando se trasladó a Cuba como capitán en 1874 (Vista Hermosa). Posteriormente fue diagnosticado de paludismo agudo, lo que provocó que un año más tarde se le concediera el adelanto de la licencia.

El Dr. Fidel Pages, es otro de los grandes nombres a los que se refirió Tomás Cobo. Pages, fue un médico reputado por ser el descubridor de la técnica de anestesia epidural. En 1909 llegó Melilla a tiempo para atender las bajas producidas en el Desastre del Barranco del Lobo, donde tuvo la oportunidad de poner en práctica esta técnica anestésica. Un mes después de la publicación de su artículo sobre la Anestesia Metamérica (1921) se produjo el Desastre de Annual; y en septiembre fue nombrado capitán médico y jefe de uno de los equipos quirúrgicos del Hospital Docker de Melilla, donde asistió a centenares y centenares de heridos.

También recordó al Dr. Durán Jordá, artífice de la creación del primer banco de sangre de toda España (Barcelona), así como por realizar tests para sífilis y malaria con el fin de evitar transfusión de sangre infectada. Incluso adquirió un aparato de RX para descartar donantes con TBC y creó además un sistema de conservación de la sangre que permitía su traslado y fácil administración en el mismo frente de batalla.

Así lo hizo desde los primeros meses de la guerra en el frente de Aragón durante la Guerra Civil Española, donde empleó neveras eléctricas para su conservación, muy raras en la época, y para el transporte en camiones frigoríficos. Un camión Diamon de cuatro toneladas con dos grupos electrógenos, que se dedicaba al transporte de pescado del norte, convenientemente acondicionado permitió a finales de agosto de 1936 por primera vez en la historia transportar sangre para transfusión a una distancia de unos 300 km.

Para el Dr. Cobo “no se puede hablar de Sanidad Militar en España sin poner en valor la figura del Dr. Mariano Gómez Ulla” – aseguró. En este sentido destacó la creación, durante el desembarco de Alhucemas en 1925, de un hospital ambulante de campaña que podía ser trasportado e instalado a poca distancia de la línea de contacto, lo que favoreció que las operaciones quirúrgicas se llevaran a cabo con urgencia, salvando muchas vidas.

En abril de 1927, el Dr. Gómez Ulla ascendió a teniente coronel. La experiencia adquirida en la Primera Guerra Mundial y en las campañas de Marruecos lo convirtieron en una figura quirúrgica de referencia, practicando toda clase de cirugía, excepto la cardíaca.

El inicio de la Guerra Civil sorprendió a Gómez Ulla en Madrid, donde continuó su labor profesional como cirujano en el hospital de Carabanchel, hasta que fue destinado al hotel Palace, donde fueron trasladados los enfermos por razón de seguridad. La actitud incómoda del cirujano en la zona republicana suscitó en él su fuga, pero en febrero de 1938 fue detenido, procesado y encarcelado. Condenado a muerte, no fue ejecutado al interceder la Cruz Roja Internacional. Finalmente, fue canjeado por el médico republicano doctor Bago, médico vasco condenado a muerte. Al finalizar la guerra volvió a Madrid, siendo ascendido a general y se le nombró jefe de los Servicios de Cirugía del Ejército. Durante el periodo 1941-1945 fue presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.

Colaboración del CGCOM con la Sanidad Militar

La Sanidad Militar opera en zonas de conflicto y en los países con catástrofes o situaciones complejas para dar apoyo médico no solamente a las fuerzas armadas y al combatiente, sino que mediante la instalación de hospitales en zonas sin infraestructuras sanitarias, atiende a toda la población civil de alrededor y que ha sido herida en algún conflicto, tiene enfermedades importantes o que necesitan intervenciones quirúrgicas.

Con el objetivo de dar a conocer esta gran labor, desconocida para muchos, así como incorporar los aprendizajes de estos profesionales al resto de facultativos, el CGCOM ha establecido en los últimos años una estrecha colaboración con el Cuerpo Militar de Sanidad que se ha visto reflejada, entre otras acciones, en compartir espacios de conocimiento comunes en el Congreso de Cooperación de la OMC en 2017 o el Congreso Internacional de Sanidad Militar celebrado en Cantabria este mismo año.

La corporación también promovió un curso para acercar a los estudiantes de Medicina de la Escuela Militar de Sanidad, el Programa de Atención al Médico Enfermo (PAIME), e incidir en la importancia de la protección, promoción y prevención de la salud del médico, en concreto de los futuros profesionales de este colectivo, muchas veces sometido a presiones y que ejerce su labor en contextos difíciles.

La Teniente Coronel Médico Ana Betegón, primera mujer española en dirigir un Hospital de campaña en Afganistán, premio a la Trayectoria Profesional

Durante la próxima Convención de la Profesión Médica, la corporación reconocerá el trabajo de la Teniente Coronel Médico Ana Betegón con el Premio a la Trayectoria Profesional.

La Dra. Betegón es médico militar con el grado de teniente coronel médico. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Su formación complementaria se ha centrado en áreas médicas relacionadas con actividades realizadas en medios extremos y no habituales como la Medicina Hiperbara, o hipobara, soporte vital en combate, prevención de legionelosis, etc... Ha participado como responsable médico en misiones militares en Afganistán (2002, 2005, 2009, 2011 Y 2015). Ha sido profesora en Zaragoza y Madrid y médico en Unidades Militares varias (Brunete, Regimiento de Infantería motorizada, Unidad Médica Aérea de apoyo al despliegue, etc…). Excelente deportista y campeona de España de tiro con arma corta. Sus tareas han sido pioneras para una mujer destacando su excelente competencia profesional, reconocida con varios Premios como el de la Cruz al Mérito militar, la medalla de la OTAN, y la Cruz de la Orden de San Hermenegildo.

Tras más de 12 años participando en varias misiones sanitarias militares en Afganistán, se convirtió, con 52 años, en la primera mujer en dirigir un hospital de campaña -Role 2, en términos militares- en la base de Herat, en Afganistán.

FUENTE: medicosypacientes.com


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