Alrededor de 19 millones de bebés (14%)  nacidos cada año en todo el mundo están en riesgo de sufrir un daño cerebral permanente pero prevenible y alteraciones en la función cognitiva debido a la falta de yodo en los primeros años de vida, según un informe de UNICEF

El informe titulado "Un futuro más brillante: protegiendo el desarrollo temprano del cerebro mediante la sal yodada", subraya que la deficiencia de yodo es la principal causa de daño cerebral prevenible en todo el mundo, más del 25 por ciento de esos niños en riesgo, cerca de 4,3 millones, vive en el sur de Asia.
 
"La insuficiencia de yodo durante el embarazo y la infancia da como resultado déficits neurológicos y psicológicos, lo que puede reducir el cociente intelectual del niño entre 8 y 10 puntos", según se indica, al tiempo que "esto se traduce en grandes pérdidas en el capital cognitivo de naciones enteras y, por lo tanto, en su desarrollo socioeconómico".


Por ello, el informe pide integrar la yodación de la sal en los planes nacionales para apoyar la nutrición de los niños y el desarrollo del cerebro en la primera infancia, alinear las agendas de yodación de sal y de reducción de la sal, y establecer sistemas de vigilancia para identificar poblaciones no alcanzadas.
 
"Los nutrientes que recibe un niño en los primeros años influyen en el desarrollo de su cerebro para toda la vida, y pueden potenciar o quebrar sus posibilidades de un futuro próspero", según el asesor de nutrición de UNICEF, Roland Kupka.
 
"Al proteger y apoyar el desarrollo de los niños en sus primeros años, podemos lograr grandes resultados para los niños a lo largo de su vida", añadió. Asimismo, ambos organismos han resaltado que la yodación de la sal "es rentable y económicamente beneficiosa", antes de argumentado que "se calcula que cada dólar gastado en la yodación de la sal tiene un retorno aproximado de 30 dólares por una creciente capacidad cognitiva futura".
 
El informe recoge además que, pese a que en Asia Meridional vive la mayor proporción de bebés que padecen este riesgo, la región tiene la segunda mayor tasa de cobertura de sal yodada, llegando al 87 por ciento -por detrás de Asia Oriental y Pacífico, donde llega al 91 por ciento-.
 
La cobertura más baja ha sido registrada en África Oriental y Meridional, donde alrededor del 25 por ciento de la población no tiene acceso a la sal yodada, lo que deja a 3,9 millones de bebés cada año desprotegidos contra los trastornos provocados por la carencia de yodo.
 
"El yodo es fundamental para el desarrollo infantil", subrayó Greg S. Garrett, director de política alimentaria de GAIN. "Debido a los esfuerzos colectivos de los gobiernos, la industria, la sociedad civil, UNICEF, GAIN y otros, estamos a punto de poder garantizar la ingesta sostenible de yodo para todos los niños", añadió
 
Sin embargo, indicó que "aún queda mucho por hacer para poner fin a la deficiencia de yodo y esperamos que otros se unan a los esfuerzos para ampliar aún más la yodación de la sal en las áreas a las que es más difícil acceder".
 
El informe aboga, además, por fortalecer los sistemas de regulación para hacer cumplir la legislación existente sobre yodación de la sal y reconocer la creciente importancia de los alimentos enriquecidos como posibles fuentes de sal yodada.
 
FUENTE: medicosypacientes.com