El pleno del Parlamento Europeo ha dado luz verde a los nuevos límites específicos de exposición en el lugar de trabajo para once sustancias cancerígenas o mutágenas, como el polvo de sílice, que sufren especialmente los trabajadores de sectores como la construcción, la química, la industria maderera y el textil

Además de para el polvo de sílice cristalina respirable -que se desprende en la extracción, talla o triturado de materiales como el cemento o el ladrillo-, también se introducen topes para el epoxipropano, el butadieno, el nitropropano, la acrilamida, algunos compuestos de cromo, óxido de etileno, o-toluidina, fibras cerámicas refractarias, bromoetileno e hidracina.
 
La nueva legislación cubre así once sustancias que no se contemplaban en la directiva anterior, de 2004, y actualiza los límites para otras dos sustancias que ya están listadas -los serrines de maderas duras y el cloruro de vinilo monómero-, a la luz de nuevos datos.
 
Además, se pide a la Comisión Europea que estudie la posibilidad de incluir las sustancias reprotóxicas en esta directiva como muy tarde en el primer trimestre de 2019.


Por último, la nueva normativa establece unos requisitos mínimos para eliminar y reducir todos las sustancias cancerígenas y mutágenas. E incluye la obligación de las empresas de identificar y evaluar los riesgos de los trabajadores que están expuestos a algunas de estas sustancias, así como de evitar la exposición donde existan riesgos.
 
El cáncer es la primera causa de mortalidad ligada al trabajo en la Unión Europea, representando cada año el 53% de las muertes relacionadas con la actividad profesional.

FUENTE: medicosypacientes.com