Una cuarta parte de los países africanos ha incrementado su número de servicios paliativos desde 2006, según se desprende de una investigación liderada por el Programa Atlantes de la Universidad de Navarra y publicada en 'Lancet Oncology'

El estudio señala un crecimiento desigual en la región, ya que algo más del 80% de los servicios detectados en el continente se encuentran en Sudáfrica, Kenia y Uganda. Estas tres naciones han experimentado un crecimiento sustancial en los últimos 12 años: han pasado respectivamente de 120 a 210, de ocho a 44 y de ocho a 34.

Por otro lado, se han creado servicios en países donde no existían: Namibia, Sudán, Etiopía, Lesoto, Ruanda, Costa de Marfil y Libia.


Además de la implementación de servicios, el equipo de investigadores ha analizado a través de la literatura científica otros indicadores del desarrollo de los cuidados paliativos en África: las políticas sanitarias, el estatus de la educación en esta disciplina, la disponibilidad de medicamentos para combatir el dolor y la vitalidad de la actividad profesional.

En concreto, ha explicado la Universidad de Navarra, existen políticas independientes de cuidados paliativos en Malawi, Mozambique, Ruanda, Suazilandia, Tanzania y Zimbabue. Asimismo, Costa de Marfil, Kenia, Ruanda, Sudáfrica y Tanzania tienen integrados estos cuidados en su política sanitaria.

Los datos revelan que los paliativos en África dependen en gran medida de fundaciones y donantes externos, como es el caso de Sudáfrica y Nigeria. Por otro lado, el aspecto económico supone una de las principales barreras de acceso a estos cuidados, como ocurre en Costa de Marfil y Marruecos. El Gobierno de Uganda destina parte de su presupuesto nacional específicamente a esa área de la salud.

En cuanto a la formación de profesionales, hay diplomas de posgrado en paliativos en Kenia, Sudáfrica, Uganda y Tanzania. Esta disciplina médica está incluida en la formación de grado de los médicos en Botsuana, Costa de Marfil, Egipto, Etiopía, Kenia, Malawi, Nigeria, Sudáfrica, Uganda y Zambia. También se ofrece en el currículo de las enfermeras en Botsuana, Kenia, Malawi, Sudáfrica, Uganda y Zambia.

Con respecto a los medicamentos para combatir el dolor, la falta de opiáceos es algo generalizado en África. Países como Costa de Marfil, Egipto, Nigeria y Ruanda tienen estrictas limitaciones para su uso y prescripción. Otros, como Tanzania o Etiopía, requieren permisos especiales para prescribir o administrar morfina. Sudáfrica tiene el consumo más alto de este fármaco en el continente y Túnez el consumo per cápita más elevado en las naciones no anglófonas.

Por último, en el apartado de vitalidad de la profesión, las organizaciones nacionales de cuidados paliativos son fundamentales para el desarrollo de estos en los distintos países. Destaca la labor de la Asociación Africana de Cuidados Paliativos (APCA), el organismo paraguas que proporciona formación, apoyo y defensa de esta disciplina en el continente.

Los principales autores del artículo son Carlos Centeno, investigador principal del Programa Atlantes del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra; John Rhee, de la Facultad de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York; Eduardo Garralda, del programa Atlantes del ICS y del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA); Carlos Torrado, Santiago Blanco e Ibone Ayala, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra; Eve Namisango, de la Asociación Africana de Cuidados Paliativos y King's College London; Liliana de Lima, de la Asociación Internacional de Centros de Cuidados y de Cuidados Paliativos; y Richard A. Powell, del Grupo de Desarrollo de la Salud MWAPO.

FUENTE: medicosypacientes.com


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