El sellado y ajuste de la ventilación de un ala hospitalaria aumenta dramáticamente su capacidad de contener y aislar un mayor número de pacientes.

Un equipo investigador de la Universidad de Colorado ha ideado un concepto para mejorar la gestión hospitalaria de infecciones mediadas por patógenos aerotransportados. En la correspondiente publicación, aparecida en la revista American Journal of Infection Control, los científicos proponen un enfoque basado en la ingeniería para reducir la exposición a diversos tipos de contaminantes del aire.

Este enfoque incluye el sellado de un pabellón de 30 camas y la preparación de un área de taponamiento en las salidas de incendios del mismo, tras lo cual se reduce en un 60% el suministro de aire y se bombea hacia afuera todo el aire a la máxima capacidad del sistema de ventilación.

Debido a que el aire es extraído más rápidamente que el aire entrante, se genera una presión negativa dentro del pabellón. En la monitorización de la presión durante 24 horas mediante sensores colocados en los accesos y en el interior del pabellón se constató el mantenimiento del gradiente de presión a lo largo de todo el periodo. Esto garantiza que al abrir las puertas el aire exterior entra pero el interior no escapa al resto del hospital.

Shelly Miller, directora de la investigación, afirma que con este método el personal debe seguir llevando equipamiento protector, ya que resulta difícil mantener las habitaciones de los pacientes a una presión inferior a la de los pasillos u oficinas del personal.

FUENTE: immedicohospitalario.es


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