El presidente del Foro de la Profesión Médica (FPME) y de la Organización Médica Colegial (OMC), Dr. Serafín Romero, pide que todos los entornos sanitarios se impregnen de la relación médico-paciente como respaldo a la solicitud presentada ayer oficialmente por el Foro de la Profesión Médica (FPME) para que dicha relación sea reconocida como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” a salvaguardar por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

El Dr. Romero participó en la presentación, ante los medios de comunicación,  del Documento que fija las bases de esta solicitud en la que el Foro de la Profesión Médica lleva trabajando desde hace un año y que, como indicó, “va a servir de embajador para el camino que hemos de labrarnos desde el plano político, social y profesional con el fin de alcanzar la meta que el FPME se ha propuesto de convertir esta relación en un bien social para la humanidad”.

La decisión de emprender este proyecto, según señaló, parte de la defensa de la profesión médica de esta relación con el paciente pero también para protegerla y promocionar sus bondades desde el punto de vista terapéutico. Un ejemplo muy claro, como puso, está en la Atención Primaria donde esta relación alcanza su máxima expresión.

Asimismo, el presidente de la OMC consideró esencial que los futuros profesionales se impregnen desde el punto de vista asistencial, formativo, laboral, docente, de especialidades,… de lo que significa esta relación que, como dijo, “nos ayuda a ser médicos al completo porque en sí representa la esencia de la Medicina”. 

En otro momento de su intervención explicó los pasos que se están dando en el plano internacional para recabar el respaldo de organizaciones médicas de todo el mundo. En este sentido, destacó la adhesión expresada, recientemente, por la Ordem Dos Médicos de Portugal (ver información MedicosyPacientes), a través de su presidente Dr. Miguel Guimaraes, en su reciente visita a España, y con el que se ha acordado un próximo encuentro bilateral monográfico sobre este tema cuyas conclusiones serán trasladadas a los ministros de Sanidad de ambos países. Igualmente, se trasladó información del proyecto al representante de la Orden de Médicos de Francia Dr. Patrick Bouet. 

Otra acción prevista de cara a su difusión, como explicó el Dr. Romero, es su presentación ante los integrantes de la Confederación Latinoiberoamericana de Entidades Médicas (CONFEMEL) para conseguir su apoyo, y, posteriormente, trasladar la petición a la Asociación Médica Mundial (AMM). 

El presidente del FPME apeló al Gobierno de España así como al Congreso y el Senado a que tomen la iniciativa respecto a esta solicitud, ya que, como explicó, son estas “las vías para hacer llegar el proyecto ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)”. En este sentido, el Dr. Romero avanzó que las negociaciones ya están en marcha, como también lo corroboró el coordinador del proyecto y presidente de honor de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) Dr. Patricio Martínez, quien informó en la rueda de prensa que el pasado martes “fue presentada la moción, a través del Partido Popular, para que el Gobierno de España tome en consideración enviar a la UNESCO esta solicitud”. 

Como señaló al respecto el Dr. Martínez, “necesitamos el compromiso del Gobierno para esta propuesta” para la que “no se requiere financiación ni costes de ningún tipo, sino que se trata sobre todo de una inversión y, por tanto, es de justicia que la relación médico-paciente sea reconocida como bien inmaterial de la humanidad, defenderla y protegerla de su deterioro y de constantes amenazas”, según sus palabras.

Amenaza de mercantilización

Como advirtió, al respecto el Dr. Martínez, la relación médico-paciente se encuentra amenazada por la mercantilización y la intersección de un conjunto de factores de índole político, social, económico, industrial y tecnológico así como por otros que emanan de la propia Medicina, y que “contribuyen a deshumanizar la asistencia e, incluso a poner en peligro la salud de los ciudadanos”, lamentó.

Desde el punto de vista político aludió a la gestión de los responsables sanitarios que, en ocasiones, llega a unos límites en los que se antepone a los derechos de los ciudadanos enfermos en beneficio de otros intereses, y que “los médicos no debemos permitir”, recalcó.

La amenaza derivada de la influencia económica, del gasto sanitario y de la mercantilización es entendida por el Dr. Martínez como uno de los principales enemigos de esa relación, “Acaban convirtiendo al paciente, primero, en usuario y después en cliente, alterando, en suma, la naturaleza de la misma”. 

Además de estas amenazas, el también ex secretario gral. de CESM se refirió a los riesgos derivados de la tecnificación de la Medicina. La fascinación tecnológica, la e-salud, los ordenadores, “todo ello son signos del deterioro que mina esta relación”. 

Sin embargo, no todas las amenazas son de carácter externo sino también dentro de la Medicina existen elementos que ponen en peligro dicha relación interpersonal en el ámbito de la salud, refiriéndose, tal como así lo recoge el documento, a amenazas derivadas de la hiperespecialización, de los conflictos de intereses, del desfase entre la teoría y la práctica o de la falta de integración en la pluralidad social.

En definitiva, como concluyó hay que hacer todo lo posible por preservar este bien social que es el más importante del acto médico, y que ha perdurado a lo largo de más de 38 siglos para aliviar, acompañar y evitar el sufrimiento del paciente. 

“Larga y valiosa tradición” 

A esta “larga y valiosa tradición” se refirió también el Dr. Miguel Ángel García, secretario de Estudios Profesionales de CESM, que hizo una exposición, durante su intervención, de cómo ha ido evolucionando la relación médico-enfermo, y que ha sido plasmada en el Documento presentado por el FPME, como parte de la justificación de la solicitud dirigida a la UNESCO. 

De siglo en siglo y de generación en generación, como indicó el Dr. García, “se han ido transmitiendo los valores y la esencia de modelo relacional”. A partir de la Medicina Hipocrática, enmarcada en un conjunto de valores, de entre los que cabe destacar la beneficencia. De ahí se pasa a la Medicina medieval de la que destacó el nacimiento de la hospitalidad en torno a la asistencia a los enfermos. 

A partir del siglo XVII se produce un gran avance en el conocimiento médico, una etapa, como explicó, en la que prevalece el concepto de enfermedad sobre el del paciente y que logra evolucionar, a partir del siglo XIX, transformándose en una conciencia social, dando lugar a la “medicina socializada”. Los movimientos sociales de esta etapa culminan en los derechos a la salud y en el diseño de sistemas sanitarios que intentan acercar la atención sanitaria a todo aquel que la necesita. 

Hacia mediados del siglo XX, según expuso, comienzan a reconocerse a nivel público los derechos de los pacientes que se muestran cada vez más concienciados, gestándose dinámicas mucho más participativas por parte de éstos, con una mayor involucración de los profesionales médicos.

De esta nueva dinámica de la relación, cada vez más personificada, surge un nuevo movimiento, a partir de 2002, como es el profesionalismo como expresión de  “profesionales comprometidos con su compromiso profesional” y del que esta solicitud es una manifestación más, según el Dr. García. 

En definitiva, como se puso de manifiesto, la relación médico-paciente tiene una constatada y amplia evidencia en cuanto a beneficio social, terapéutico y económico y mejora de los resultados en salud y por ello, y como primer paso, el Foro de la Profesión Médica tiene esperanzas de obtener el reconocimiento por parte de las autoridades españolas de esta relación como patrimonio cultural.

Fuente: medicosypacientes.com