El consejero de Sanidad de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado, defendió la necesidad de ampliar el Plan Nacional de la Hepatitis C para universalizar el uso de los nuevos antivirales de última generación a pacientes más leves, como fibrosis F0 y F1, pero advirtió de que habrá que ver cómo se paga y el impacto presupuestario que tiene la medida, durante su intervención en los Desayunos Sociosanitarios de Europa Press

En el acto estuvieron presentes los doctores Juan Manuel Garrote, secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC); José María Rodríguez Vicente, vicesecretario de la OMC; Manuel Muñoz García de la Pastora, presidente del Colegio de Médicos de Ávila; Joaquín Fernández de Valderrama, presidente del Colegio de Médicos de Burgos; Enrique Guilabert, presidente del Colegio de Médicos de Segovia; José Ramón Huerta, presidente del Colegio de Médicos de Soria; Antonio Otero, presidente del Colegio de Medicos de Valladolid; y Sebastián Martínez, presidente del Colegio de Médicos de Zamora, entre otras personalidades del ámbito sanitario.

"Es una innovación como Dios manda y de forma ordenada habría que tratar a todos los pacientes diagnosticados", según destacó el Sáez Aguado, que recordó que éste será uno de los temas que aborden el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) que se celebra la próxima semana. 

Sáez Aguado defendió la necesidad de "universalizar" el plan ya que estos medicamentos han demostrado una "eficacia altísima" y curan a más del 95% de los pacientes, según los datos de la primera fase del Plan, en la que se administraron a los pacientes más graves. No obstante, el consejero advirtió de que habrá que ver cómo "impacta" esa inversión en los presupuestos sanitarios de las comunidades ya que, como recordó, cuando el plan se puso en marcha hace dos años el Gobierno les "engañó" sobre el impacto que tendría la inversión en los objetivos de déficit. 

"Yo estuve en aquella reunión con Hacienda, en la que nos dijo que no podía haber fondo específico pero se comprometieron a que no computara como déficit, pero luego se les debió olvidar y sí que impactó de forma importante", señaló. De hecho, y pese a admitir que Castilla y León es una región muy "saneada", comentó que los nuevos tratamientos de la hepatitis C supusieron un gasto equivalente al 0,1 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB), lo que les impidió ese año cumplir con sus objetivos de déficit.  "Pelearemos por ver el impacto que puede tener incorporar a todos los pacientes, y habrá que discutir los efectos presupuestarios de la medida", zanjó.

El consejero de Sanidad de Castilla y León, denunció que el Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene un problema "crónico y mal resuelto" de financiación y lamenta que si no ha evolucionado más en los últimos 30 años es porque el Estado ha "ejercido poco" sus competencias en este ámbito.

El consejero lamentó que la sanidad pública arrastre "síntomas de fatiga" desde el punto de vista organizativo que se suelen atribuir a las comunidades autónomas cuando, en realidad, el Ministerio de Sanidad ha tenido un "papel débil" en estas décadas "aunque se está recuperando". "Es fácil criticar al entramado autonómico y a que cada una hace lo que quiere, pero si hemos actuado es porque era nuestra obligación, mientras que las autoridades estatales han ejercido menos sus competencias", resaltó.

                                                                                       

Fuente: medicosypacientes.com