El Colegio de Médicos de Valladolid celebró ayer el acto conmemorativo del centenario de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC), un encuentro en el que su presidente, el Dr. Serafín Romero, puso en valor "la solidaridad de todos los médicos hacia compañeros y sus familias en situaciones difíciles" algo que, a su juicio, "es el ADN de nuestra Fundación"

La celebración, que tuvo lugar en la sede de la corporación médica, congregó a beneficiarios, familiares, médicos colegiados, socio protectores, personal de la Fundación y de la entidad colegial encargados de la protección social quienes recorrieron los cien años de historia de la Fundación y la solidaridad de los médicos del Colegio de Médicos de Valladolid, que cuenta con 3.537 colegiados.

Además del presidente de la Fundación, en el acto participaron el presidente y secretario general del Colegio de Médicos de Valladolid, los doctores José Antonio Otero y José Luis Almudí, respectivamente. También asistieron el secretario general de la FPSOMC, el Dr. Juan Manuel Garrote, su directora técnica, Nina Mielgo; y el Dr. Javier Arrollo, ex presidente del Colegio de Médicos de Valladolid y ex patrono de la FPSOMC.

El Dr. Serafín Romero destacó, en primer lugar, la importancia de celebrar el centenario de forma compartida con todas las instituciones colegiales y agradeció al Colegio de Médicos de Valladolid su implicación en esta celebración. “Cuando cumplimos 100 años de un proyecto común hay que dar las gracias a todos los que han hecho posible que exista la Fundación”, afirmó.

Por ello, expresó su agradecimiento a todas las Juntas Directivas de los Colegios de Médicos “por su importante contribución a lo largo de los años”, a todos los médicos y médicas anónimos “que con su aportación solidaria hacen posible que tengamos la Fundación que tenemos” y a todos a los que “le ponen cara, voz, emoción, empatía y afectividad a la Fundación con su trabajo desde los Colegios”.

La FPSOMC atiende cada año a 3.000 beneficiarios con un importe cerca de 14 millones de euros repartidos entre la totalidad de sus prestaciones asistenciales, de orfandad, discapacidad, de conciliación o protección, promoción y prevención de la salud de la profesión médica. “Tantas y tantas personas han podido ser atendidas desde la solidaridad que forma parte del ADN de esta Fundación”, señaló el Dr. Romero.

Aludió a que esta Fundación “es única” y aseguró que no tiene ayudas externas. “Nos debemos sentir muy orgullosos -dijo- por lo que hacemos entre todos y por ser solidarios con los más necesitados”. Transmitió, además, a los allí presentes “la tranquilidad de saber que, con esta Fundación, en cualquier momento difícil recibirás ayuda”.

Finalmente, explicó su convicción de porqué merece la pena trabajar en el ámbito colegial. “Poder ayudar a un compañero con problemas de adicción y que tenía todo perdido, ver como gracias a la solidaridad de todos y al programa PAIME pudo volver a casa y recuperarse. Merece la pena hacer lo que hacemos”, señaló.

Por su parte, el Dr. José Antonio Otero recordó que desde 1.936  hasta 1.940 el Colegio de Médicos de Valladolid fue la sede del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y su Fundación, antiguo Patronato.

 Los Colegios de Médicos tienen, para el Dr. Otero, tres funciones fundamentales: “Defender la profesión, proteger al médico y su familia, y garantizar a los ciudadanos con los que trabajamos como médicos que reunimos las condiciones adecuadas”. Por ello, la Fundación cumple un papel importante porque “sin ella -manifestó-sería prácticamente imposible cumplir las dos últimas funciones”. 

 “Actualmente -señaló- todos aspiramos al Estado del Bienestar, que se ocupa de que nadie se quede apartado del camino. Si apoyamos organismos de solidaridad como la Fundación, garantizaremos que la sociedad civil viva en condiciones dignas y el mantenimiento del Estado de Bienestar”. Por ello pidió a los más jóvenes “que se creen inmunes ante cualquier situación” que contribuyan para hacer fuerte “esta gran obra social que es la Fundación”. 

60 prestaciones anuales a través del COM Valladolid

El Colegio de Médicos de Valladolid gestiona actualmente 60 prestaciones de la Fundación, de las cuales 23 son para huérfanos menores de 21 años, y 13 para huérfanos discapacitados y el resto para 12 becas anuales para estudios superiores curso 2016-17, médicos jubilados y discapacitados y 21 residencia de mayores. Así lo explicó Belen Villacé, responsable de gestionar las ayudas en la institución colegial. 

 En primer lugar, puso en valor la labor de la Fundación y resaltó "su evolución en el tiempo adaptando sus prestaciones a las nuevas necesidades de las personas".

Para ella, este trabajo comporta una especial atención con las personas necesitadas que están pasando por verdaderos momentos difíciles en la vida. “No se trata de un mero trámite administrativo; estamos gestionando unas ayudas en situaciones donde las emociones están a flor de piel porque una persona acaba de perder a un ser querido o está en situación de necesidad extrema y lo más importante en esos momentos es darle apoyo moral”. Después 34 años en este trabajo, “desde ese aspecto emocional, cada caso hay que gestionarlo de una manera particular”.  

 De su caso personal, contó como su madre y abuela, ambas viudas de médicos, salieron adelante gracias a las ayudas de la Fundación "en un tiempo, el de mi abuela, donde no existían las pensiones de viudedad". Explicó que actualmente su madre, enferma de Alzhéimer, está ingresada en la residencia y es beneficiaria de la prestación de Residencia de Mayores de la FPSOMC. "La pensión de mi madre es mínima y sin esta ayuda no podría estar en esta residencia atendida", afirmó Villacé quien hizo hincapié en que "con una aportación mínima solidaria se puede ayudar a mucha gente".

 Ayudar a los que lo necesiten, esencia de la Fundación 

Ana, Lorena y Juan Pernía, tres hermanos huérfanos de médicos, pusieron la nota emotiva en este acto del COM Valladolid. La mayor, Dra. Ana Pernía, Médico de Familia, relató junto a sus hermanos la experiencia de afrontar la vida tras la pérdida de sus dos padres hace siete años y lo que para ellos supuso y supone la ayuda de la FPSOMC, puesto que Juan, todavía sigue estudiando 4º de Medicina.

Huérfanos de médicos con 22, 20 y 13 años -su padre, Anestesista, fallecido de muerte súbita hace 7 años, y su madre Médico de Familia, murió de cáncer dos años después-, contaron las enseñanzas que les habían transmitido sus padres: “ayuda siempre y no mires a quién” que es la “esencia” de la Fundación.

Para ellos, las ayudas que les ha prestado la Fundación a través del COM Valladolid han sido fundamentales para sus estudios: Medicina de Familia (Dra. Ana Pernía), Fisioterapia (Lorena) y Medicina (Juan).

También contó con la participación de Guillermo Domenech, Médico de Familia quien se quedó huérfano de médico cuando tenía 14 años y estudió en el antiguo Colegio de Hijos y Huérfanos de Médicos de Guadalajara, toda una institución educativa de la época, convertido hoy en  Residencia de Mayores Siglo XXI de Guadalajara, otra de las prestaciones de la Fundación. "Sin las ayudas de la Fundación no podría haber estudiado ni estaría aquí ahora mismo en su Centenario", aseguró el Dr. Domenech quien acabó su carrera en 1.971.

Previamente al acto, los doctores Serafín Romero y Juan Manuel Garrote mantuvieron una reunión de trabajo con la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Valladolid y su Comisión Deontológica, en la que abordaron aspectos de interés para los colegiados de Valladolid, en particular, y para los profesionales médicos y la Sanidad, en general.

Fuente: medicosypacientes.com

 


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