Más del 10% de la población en España sufre alteraciones de la tiroides pero cerca de la mitad no lo sabe, según datos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) dados a conocer con motivo de la celebración de la Semana Internacional de la Tiroides, que se celebra del 24 al 30, con el objetivo de promocionar el diagnóstico precoz de esta enfermedad

La enfermedad más frecuente es el hipotiroidismo, que acontece porque la glándula tiroides tiene dificultades para fabricar sus hormonas. Por lo tanto, se fabrica menos o bien no fabrica nada. En la actualidad, según afirmó el doctor Luis Vila, del grupo Tiro SEEN de la SEEN, "en nuestro entorno la causa que puede producir un hipotiroidismo es un proceso que llamamos autoinmune, y el diagnóstico del hipotiroidismo es sencillo, basta con hacer un análisis de sangre -se analiza la tirotropina (TSH)-; pero el problema es que los síntomas pueden pasar desapercibidos y, por tanto, no se piensa en esta enfermedad". 

Según este especialista, habitualmente se suele asociar el hipotiroidismo con la ganancia de peso pero no siempre ocurre y no es el síntoma más importante ni el más evidente; sí lo son síntomas muy inespecíficos como cansancio, depresión, disminución de la memoria, piel seca o caída del cabello. "El médico debe saber ver de la manera más adecuada la oportunidad de analizar la TSH, ya que estos síntomas pueden estar asociados a un gran número de otras enfermedades", añadió.

Según una nota informativa de esta sociedad médica, por el contrario, el hipertiroidismo se da justo a la inversa: la glándula fabrica un exceso de hormonas. Esta situación suele ser mucho más evidente, los síntomas suelen ser más claros: pérdida de peso de una manera relevante, notar que el corazón se acelera de manera incontrolada y sin motivo aparente, insomnio, nerviosismo, mayor sudoración, entre otros síntomas.

El doctor Vila explicó que "para diagnosticarlo, en algunos casos vale la pena pedir la analítica, por ejemplo cuando en la familia hay antecedentes de enfermedades de la tiroides; cuando hay deseo de gestación; cuando hay abortos repetidos o infertilidad; en caso de una depresión; en algunas obesidades; o cuando sube el colesterol de la sangre y en personas de más de 65 años, en las que el riesgo es claramente más elevado".

Por todo ello, el diagnóstico precoz es fundamental para evitar otras graves enfermedades. Para los expertos de la SEEN, la presencia de estas alteraciones de la tiroides hay que prestarles más atención en las mujeres que desean quedarse embarazadas o cuando ya lo están, y los recién nacidos. Tal y como explicó este especialista, "durante la gestación parte del desarrollo cerebral del bebé depende de la hormona de la tiroides que hace la madre, la tiroxina. Si se llega a la gestación con hipotiroidismo franco, no diagnosticado y por tanto no tratado, puede suponer un riesgo para el feto. Por otro lado también se han visto más problemas durante la gestación, por ejemplo más abortos, cuando la glándula no funciona bien".

 Fuente: medicosypacientes.com


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