El Dr. Jose Antonio Lorente Acosta, director-científico y propulsor del Programa DNA-PROKIDS de Identificación Genética de Menores Desaparecidos y contra el Tráfico de Seres Humanos, asegura, en esta entrevista, que “el compromiso de la profesión médica debe ser total e inequívoco contra la trata de personas” y que se requiere de una acción coordinada internacional “que permita hacer un seguimiento adecuado de los niños que salen fuera de su país de origen” para controlar los 4 millones de niños que hay desaparecidos y sin identificar.

El Dr. Lorente, catedrático de Medicina Legal experto colaborador del FBI de EEUU, de la Guardia Civil y la Policía españolas en temas de ADN, participa en la Jornada “El papel del profesional sanitario en la trata de personas”, organizada por la Organización Médica Colegial (OMC), a través de su Fundación para la Cooperación Internacional (FCOMCI), los días 12 y 13 de enero en la sede de la corporación médica, para hablar “el ADN contra el tráfico de humanos”.

Las cifras de niños sin identificar en todo el mundo superan ampliamente los 4 millones, según cuenta el Dr. Lorente, quien hace una década, puso en marcha el programa de investigación genética DNA-PROKIDS, desarrollado en la Universidad de Granada. Esta iniciativa lucha contra el tráfico de personas, especialmente de niños, a través de la identificación genética. ”Tras 10 años –dice el experto- tenemos más de 1.000 niños identificados y más de 11.000 muestras en las bases de datos que los 16 países, que participan, tienen de modo independiente”.

-¿Cuáles son los retos actuales en la lucha contra el tráfico de personas y, en concreto, contra el tráfico de menores y las adopciones ilegales? ¿Qué cifras se manejan?

Teniendo en cuenta que -lamentablemente- el problema empieza a superar claramente las medidas políticas y policiales, además de que la falta de sensibilidad social no es la necesaria para la gravedad del problema, las medidas a aplicar son las de siempre: mayor coordinación internacional, mayor rigidez en controles y penas impuestas e identificación inmediata de todas las víctimas, de modo muy especial la de los menores. Las cifras de niños sin identificar en todo el mundo superan ampliamente los 4 millones, según la UNODC, pero deben ser mucho mayores, porque estos son los casos conocidos.

-Según datos de la Oficina Europea de Policía (Europol) se ha perdido la pista de 10.000 niños refugiados al llegar a Europa. ¿Qué medidas se desarrollan para paliar esta situación?

La verdad es que se les trata de hacer un seguimiento puntual por parte policial para ver si a partir de unos pocos casos, por extrapolación y similitud, se pueden resolver múltiples situaciones, pero son situaciones complejas asociadas a explotación sexual y laboral ante todo.

-¿Qué balance haría sobre el desarrollo de DNA-PROKIDS a lo largo de estos 10 años? ¿Qué logros se han conseguido?

Tras 10 años tenemos más de 1.000 niños identificados y más de 11.000 muestras en las bases de datos que los 16 países que participan tienen de modo independiente. En este sentido estamos muy satisfechos, porque la semilla está plantada y hay que desarrollarlo más intensamente, pero su efectividad está fuera de toda duda.

-En el ámbito internacional, ¿en qué instituciones y organismos públicos oficiales se está implantando?

DNA-PROKIDS se desarrolla siempre colaborando con Gobiernos como los de México, Guatemala, Honduras, Peru, Paraguay, Tailandia, Indonesia, Filipinas, etc. a través de instituciones policiales o judiciales. En total hay 16 países y algunos países (como México, que es un Estado Federal, aportan más de un Estado).

-¿En qué otros espacios tiene cabida este programa además de para la trata de personas, adopciones ilegales o reagrupación familiar de refugiados?

DNA-PROKIDS tiene cabida en estas situaciones, pero protocolos similares se pueden usar para luchar contra el tráfico ilícito de órganos, y en ello estamos trabajando con los primeros estudios piloto de lo que llamamos DNA-PRO-ORGAN.

-¿Qué apoyos recibe por parte del Gobierno de España DNA-ProKids?

Tristemente los apoyos del Gobierno de España han sido prácticamente nulos, casi nada por no decir absolutamente nada, desde España (o sea, desde la AECID o el propio MAEC), aunque hemos tenido el apoyo puntual y personal, maravilloso e inestimable por cierto, de algunos embajadores y miembros de AECID por todo el mundo. Esperemos que ahora con el nuevo Gobierno con el que estamos ya entrando en contacto formal este tema cambie porque en el fondo es asociar el nombre de España a la solución de un terrible problema que lacara a la humanidad en su conjunto como tal.

- Se pretende presentar una resolución al Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC), en el que se incluya el proyecto DNA-ProKids, para que sea utilizada como iniciativa piloto. ¿Qué se supondría este logro como avance en la lucha contra la trata de personas?

Creo que supondría dos cosas. Primero, demostrar que los avances de la ciencia tienen una aplicación social y que sirven para solucionar problemas del conjunto de la sociedad y no sólo de una parte de ella, y segundo, poner las cosas muy difíciles a aquellos criminales traficantes que se basan en la impunidad derivada de la falta e imposibilidad de identificación de las víctimas que, como es el caso de los niños, sólo podrían identificarse con ADN.   

-¿A qué retos se enfrenta DNA-PROKIDS actualmente?

Teniendo en cuenta que la efectividad está demostrada con cifras, los retos básicos son tres. Uno, aumentar el número de países participantes; dos, aumentar la cantidad de casos que se manejan en los países ya implicados; tres, conseguir una perfecta coordinación internacional que permita hacer un seguimiento adecuado de los niños que salen fuera de su país de origen.

-¿Cómo se aborda por parte de las instituciones y organismos internacionales la trata de personas?¿Hay medidas eficaces implantadas para su control?

En mi opinión se trabaja mucho y bien, pero de modo un tanto descoordinado entre países e instituciones, y estos son los huecos que aprovechan las bandas de criminales para, perfectamente organizadas, actuar. Falta desde una legislación nacional similar hasta leyes internacionales, coordinación de información y, por supuesto, mayor uso de la ciencia. Las medidas actuales no son, en general, totalmente efectivas, y eso no lo digo yo, lo dicen los informes y memorias.

-¿Cuál es el papel del profesional sanitario en la prevención del tráfico de seres humanos y adopciones ilegales de niños en todo el mundo?

El papel del profesional sanitario es muy importante por múltiples motivos, y obviamente depende mucho del país donde se encuentre.

En países en vías de desarrollo el médico debe de ser consciente de la existencia y gravedad del problema, así debe estar al tanto de la importancia de un certificado de nacimiento exacto y bien hecho, comprobando datos y detalles, debe igualmente de evitar participar en cualquier actividad que le pueda generar dudas pues el tráfico de menores y las adopciones ilegales son un hecho, y finalmente debe ser la persona que tenga la confianza de las familias en caso de que haya problemas o desaparezcan niños, él debe transmitir la esperanza con la existencia de programas como DNA-PROKIDS.

En países de nuestro entorno, el médico y el profesional sanitario en general debe igualmente ser consciente de que el tráfico y trata de seres humanos existe, porque a veces no se ve o no se piensa en ello. Centrados en los menores, el profesional advertir a las familias de los problemas que pueden suponer las llamadas “adopciones rápidas” que a veces se ofrecen a las personas que llevan mucho tiempo esperando, porque la gran mayoría -si no todas- proceden de casos de niños robados en su país de origen. Igualmente, el médico tiene la obligación legal de denunciar los casos sospechosos que pueda atender, y sólo se sospecha lo que se conoce que puede estar mal.

El compromiso de la profesión médica debe ser total e inequívoco contra la trata de personas.

Fuente: medicosypacientes.com


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